Arquitectura Infraestructural Habitacional para la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.
Autor: Mg.Arq.Leandro Tomás Costa
Prohibida todo tipo de plagio y utilización sin autorización del autor en relacción a la presente obra.
Resumen:
Dos
teorías surgen como solución a un entorno ambiental en crisis y como propuestas
ante la pronta escasez de recursos energéticos y materiales, la Tercera
Revolución Industrial y la Cuarta Revolución Industrial. Ambas tienen en común
el devenir en estrategias avanzadas para el desarrollo de una sociedad cibernética
distribuida en el planeta, que llevará implícitos los problemas de la
superpoblación mundial y del control total de los sujetos, las cosas y las
energías, a través de infraestructuras de información física y metafísica. Infraestructuras
como verdaderos laberintos de pura interioridad que serán el nebuloso dominio
desde el cual se deberá proyectar una arquitectura habitacional inevitablemente
infraestructural.
Palabras claves: Tercera Revolución Industrial, Cuarta Revolución Industrial,
Sociedad Cibernética, Infraestructuras físicas y metafísicas, Arquitectura
Habitacional.
Abstract:
Two
theories arise as a solution to an environmental environment in crisis and as
proposals in the face of the rapid shortage of energy and material resources,
the Third Industrial Revolution and the Fourth Industrial Revolution. Both have
in common the becoming of advanced strategies for the development of a
distributed cyber society on the planet, which will involve the problems of
global overpopulation and total control of subjects, things and energies,
through physical and metaphysical information infrastructures. Infrastructures
such as true labyrinths of pure interiority that will be the nebulous domain
from which an inevitably infrastructural housing architecture must be
projected.
Keywords: Third Industrial Revolution, Fourth Industrial Revolution, Cyber
Society, Physical and Metaphysical Infrastructures, Housing Architecture.
1.INTRODUCCIÓN
1.1 Una
imagen preliminar.
El Rio de la Plata, llegando a Buenos Aires, una noche de
luna y estrellas sobre el río verde amarronado.
Las siluetas de las islas infraestructurales, las Islas
replicantes, se yerguen frente a la costa, flotando, absorbiendo la luz de la
luna entre sus jardines y bosques elevados.Los caminos y sus recodos interconectan islas técnicas,
pantanos, inundaciones y tierra firme, en parte abandonada, nuevamente salvaje.
En las islas flotantes, que son arquitectura, ciudad y
paisaje, humanos y máquinas crean, en sociedad; belleza, luz, oscuridad; un
hábitat y una experiencia.
1.2. Introito.
“… es el rizoma, o
red infinita, donde cada punto puede conectarse con todos los restantes puntos
y la sucesión de las conexiones no tiene término teórico, dado que ya no hay
exterior o un interior: en otras palabras, el rizoma puede extenderse al infinito.”De
Umberto Eco sobre el Laberinto Rizomático.
La tercera y cuarta revolución industrial constituye
un nuevo régimen técnico que se inscribe en la historia de la cibernética; en
el devenir espacial de las infraestructuras físicas, metafísicas, e informacionales
que, como el laberinto rizomático de Umberto Eco, nos sitúa en el interior
radical de un mundo infraestructural. Si, en términos heideggerianos, el ser en
el mundo moderno era un ser en las estructuras, el sujeto contemporáneo sería,
entendemos, un ser en las infraestructuras, un sujeto de las redes
cibernéticas, o sujeto por las mismas.
Una arquitectura del mundo infraestructural tiende a
la escala territorial, y el sujeto, a la dimensión de la población.
Actualmente, dada una creciente superpoblación
mundial, se necesita una vez y mediala superficie del planeta tierra
como condición material y espacial para el reproducción de la vida humana y su
cultura técnica. Esto, a la vista del proyecto de una futura arquitectura de
alcance planetario, nos aproxima una propuesta clara, la producción, o, mejor
dicho, la replicación artificial del poder generativo del suelo planetario
posibilitado por una arquitectura infraestructural habitacional que aloje,
especialmente en la dimensión tridimensional de las urbes, a una creciente
población y su civilización, en hábitats integrales, heterogéneos y profusos en
lugares para la exploración de nuevas prácticas sociales liberadoras.
La correspondiente Investigación sostiene, por lo
tanto, que ahí donde se encuentra el peligro de un mundo infraestructural, se
encuentra, potencialmente, el proyecto de una nueva genealogía arquitectónica
que nos permitiría tornarlo habitable.
1.2.1. Propuesta
arquitectónica relativa.
Poner por delante una cosa, y entenderla como cosa es
propio del ser humano. Es el pensar. El proyectar es también un poner delante
algo en tanto es previamente pensado y arrojado. El proyecto arquitectónico es
poner delante lo pensado como arquitectura ¿Dónde? En el futuro problematizado.
En nuestro caso, en el contexto-problema ya expresado.
Proponer el proyecto arquitectónico para el contexto
de una sociedad cibernética relativa a un entorno, un hábitat humano en estado
de catástrofe, no puede ser un simple poner. Sobreponer dicho territorio sería
un poner encima, elevado sobre dicho contexto por el momento insalvable. Solo
así podríamos, en todo caso, salvarnos nosotros, los humanos. Así, elevándonos
o también flotando, pero ¿sobre qué?, ¿con que? Sobre la misma técnica moderna
que nos ha puesto en la encrucijada, técnica cuyo devenir es la cibernética, y
su avanzada, la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.
La Tercera y Cuarta Revolución Industrial es la
revolución de las infraestructuras, las redes tridimensionales de información
física y metafísica. De dichas infraestructuras deberá surgir la arquitectura
próxima, futura. La genealogía de la Arquitectura Infraestructural se remonta,
para ser estrictamente justos, a Yona Friedman, para quien una Infraestructura
Espacial era:
“Una parrilla tridimensional,
elevada sobre pilotes, situada por encima de la superficie del suelo.”
Con las viviendas dispuestas en los huecos de las
estructuras y los usos pesados, como flujos vehiculares y de transporte, los
equipamientos industriales y de reunión masiva, ocupando el suelo terrestre.
Una Arquitectura Infraestructural Habitacional actualizada
y relativa a la Tercera y Cuarta Revolución Industrial deviene de sus modos de
producción distribuidos y replicantes, no presentes aun en el momento en que
Yona Friedman hipotetizo su arquitectura espacial.
Cada nodo del rizoma territorial productivo de la
Tercera y Cuarta Revolución Industrial, es un potencial conglomerado de
Arquitectura infraestructural; en este sentido es también una Arquitectura
Replicante pues replica, en tanto responde a las problemáticas
socio-contextuales del sitio donde se dispone, no con sistemas únicos, sino con
organizaciones variables y formas arquitectónicas diversas.
La Arquitectura Infraestructural Habitacional es la
arquitectura de la sociedad cibernética de seres humanos y máquinas. Los seres
humanos son los mediadores y facilitadores de la sociedad de máquinas, sociedad
que no existiría sin la mediación de los seres humanos. La sociedad entre seres
humanos y máquinas permite una rápida y económica construcción de los ámbitos
de alojamiento que el ser humano necesitará para superar el problema de la
superpoblación y los cataclismos socio-ambientales, atravesando la etapa de
transición demográfica hasta el equilibrio poblacional.
La Arquitectura Infraestructural Habitacional es, en
realidad, una meta-arquitectura, una matriz casi abstracta que replica la
potencialidad generativa y reproductiva del suelo terrestre, urbano y natural,
en diversos estratos por encima del mismo.
1.2.2 Sobre la
Tercera y la Cuarta Revolución Industrial
El desarrollo de la arquitectura moderna en Europa, en
Norteamérica, y gradualmente en el resto del mundo, se ha relacionado,
históricamente, con las sucesivas revoluciones industriales, desde el siglo
XVIII a la actualidad.
Hoy nos encontramos en el umbral de la Tercera y
Cuarta Revolución Industrial, y la arquitectura no queda exenta de las
solicitaciones y finalidades impuestas desde los actores de poder;
solicitaciones y finalidades que deberán ser previamente meditadas en tanto sus
sentidos, por el colectivo disciplinar, es decir proyectadas anteponiendo los
efectos sociales, políticos, ambientales y económicos de tal o cual aporte.
El economista norteamericano Jeremy Rifkin y el
economista alemán Klaus Schwab, son los teóricos de la nueva revolución
industrial. Rifkin propone la tercera, mientras Schwab la cuarta. Ambos
coinciden en ver en la Técnica una fuerza posibilitadora del cambio social,
desde lo social.
En este sentido, Rifkin define de manera muy clara lo
que una Revolución Industrial es, en términos estrictamente técnicos y
económicos. Dice Rifkin:
“… de mis
investigaciones he deducido que las grandes revoluciones económicas de la
historia acontecen allí donde convergen unas nuevas tecnologías de la
comunicación con unos nuevos sistemas energéticos.”
La
teoría de Jeremy Rifkin es una propuesta para un mundo en crisis por la escasez
de petróleo y las catástrofes socio-ambientales, que ha ser salvado por las
tecnologías cibernéticas gestionadas en red, las tecnologías para la producción
de energías renovables y la fabricación digitalizada de bienes, en forma
distribuida. Rifkin imagina una multi-internet mundial de datos, energía y
cosas, que se intercambiarían en un mercado colaborativo, con costos marginales
cada vez menores –coste marginal tendiente a cero-.
Rifkin
solicita una arquitectura, para la Tercera Revolución Industrial, donde cada
edificio se materialice como un soporte de tecnologías de producción de energía
renovable. Es decir que cada edificio, interconectado a otros, debería producir
su propia energía y compartir su excedente en una red. Esto haría de las
ciudades entidades autosuficientes desde el punto de vista energético, lo cual
mejoraría, sensiblemente, los niveles de la llamada huella ecológica
Por su parte Klaus Schwab con la
Teoría de la Cuarta Revolución Industrial, polemiza con Rifkin sin nombrarlo
directamente. Schwab sugiere que nos encontraríamos en el inicio de una Cuarta
Revolución Industrial cualitativamente distinta de la Tercera Revolución
Industrial de Rifkin, aunque relacionada.
Schwab declara que la Cuarta
Revolución Industrial se caracteriza por disrupciones continúas debidas a la
interacción de los mundos físico, digital y biológico, a través de la
generación de información; más exactamente de la escritura de la información.
Dichos desarrollos tecnológicos devienen metamorfosis radicales del mundo que
tornan inciertas a las condicionantes del proyecto arquitectónico, por lo que
Schwab solicita una Arquitectura que, precisamente, haga lugar a dicha
incertidumbre, mediante configuraciones de los ámbitos que le permitan mutar en
el tiempo. Requiere, entonces, una arquitectura flexible ante los usos como
estrategia para absorber, en un solo contenedor arquitectónico, todas las
actividades posibles de manera de ahorrar suelo, energía, capital, material y
tiempo. Dice Schwab:
“Los edificios
tendrán la capacidad de transformarse de manera instantánea para servir como
teatro, gimnasio, centro social, discoteca o lo que sea, lo cual minimizará la
huella urbana en general. Esto les permitiría a las ciudades obtener más, a
partir de menos.”
1.2.3. Los límites y
peligros de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.
1.2.3.1. Superpoblación.
Si bien, la tercera y cuarta revolución industrial, como unas
revoluciones técnicas combinadas y simultáneas, plantean una probable nueva
abundancia de energía y materia; la superpoblación mundial, como fenómeno
demográfico que crece exponencialmente poniendo en jaque al Ambiente podría,
según los mismos Rifkin y Schwab, limitar seriamente al proceso revolucionario
y finalizarlo, antes de que el mismo logre desarrollarse plenamente.
1.2.3.2. Una
infraestructura cibernética de control social.
La
cibernética es la ciencia de los sistemas de control e información. Los
sistemas de información devienen redes, infraestructuras de control de la
información sobre objetos y sujetos. Dichas infraestructuras se interrelacionan
y determinan espacialidades; conforman una heterogeneidad unitaria.
La
sociedad de control sobre las poblaciones, la sociedad de la Biopolítica que
Michael Foucault ideó como teoría en Vigilar y Castigar, deriva actualmente en
la Sociedad de la Transparencia denunciada por el filósofo coreano-alemán
Byung-Chul Han, como una nueva evolución técnica del control soberano sobre las
poblaciones humanas.
Si
en Vigilar y Castigar, el dispositivo cárcel podía ser entendido como la
concreción de la Biopólitica, es decir, como tecnología de control de los
individuos y sus cuerpos, con la Sociedad de la Transparencia de Byung Chul Han, la cárcel, en
cuanto ámbito concreto y centralizado, pierde su sentido en comparación con la
efectividad del mundo cibernético contemporáneo de las infraestructuras de
información. Las plataformas de individuación y control mediante la
información, generan a diario millones de prisioneros voluntarios, en un parque
mundial a lo Gran Hermano.
El mundo
infraestructural concretiza las infraestructuras materiales e inmateriales de
la economía de la globalización, aunque más que hablar de economía de la globalización
deberíamos hablar de arquitectura de la globalización.
De forma
voluntaria o coercitiva, las poblaciones humanas, en especial las
pertenecientes a las urbes de la globalización, se vuelcan, o son arrojadas al
laberíntico infraestructural del mundo globalizado exacerbado por un terror a
una crisis de la exterioridad producto de la violencia, las diversas epidemias
y pandemias y los llamados accidentes ambientales.
Salvo
excepciones sin peso relativo, podemos decir que nadie escapa al mundo infraestructural,
al laberinto rizoma que tiende a una extensión potencial y virtualmente
infinita.
Salir de
una red significa, en este mundo actual, entrar en otra red. Si una de las
líneas de comunicación de flujos de información y materia se corta, adrede o
no, siempre habrá otra que la reemplace, tarde o temprano.
Así, todas
las poblaciones, no importa ya de donde, son interpretadas y puestas en
utilidad por las infraestructuras cibernéticas. Los sujetos somos objeto del
cálculo, como predijo Heidegger en relación a la técnica moderna y su peligro
intrínseco.
En este
contexto parece perdida toda posibilidad de constituir ámbitos libres de la
dominación técnica en el mundo infraestructural. Sin embargo, fue también
Heidegger quien dijo que, ahí donde radica el peligro de la Técnica Moderna, radica también lo que
salva, lo que nos retornaría al origen, sutil manera, he aquí una hipótesis, de
referirse a una revolución.
1.3. Metodología.
En resumen, la
investigación articula el desarrollo de un escrito teórico de interpretación
del contexto de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, y unas
prefiguraciones arquitectónicas, como aproximaciones imaginarias, programáticas
y de los enucnciados de proyecto futuros, relativos al tema.
La
investigación propone un camino de la transducción, es decir de la
transformación de los diferentes modos del problema, en si el contexto
estudiado, en un programa de sentidos arquitectónicos, desde el dominio mismo
del problema. En este sentido, la réplica a cada problema específico no se
expresa como solución sino como una invención arquitectónica y técnica que
generará, a su vez, otras problemáticas.
1.4. Enunciados
o hipótesis proyectuales iniciales.
1.4.1. Enunciado preliminar.
El proyecto de
un sentido para la arquitectura relativa al contexto de la Tercera y Cuarta
Revolución Industrial, es condición para el modo en que dicha Revolución
Industrial se desarrolle.
1.4.2. Enunciado proyectual genérico.
Del dominio del
problema, es decir del contexto relativo a la Tercera y Cuarta Revolución
Industrial surgirán las condiciones para el proyecto de una arquitectura
habitacional por venir.
1.4.3. Enunciado proyectual específico.
1.5. Experimentación
proyectual
Como muestra de lo expuesto arriba, desarrollamos una
propuesta, ahora urbano-arquitectónica, para la ciudad de Buenos Aires, más
precisamente, sobre el rio de la Plata y su costa. Llamamos al proyecto Isla
replicante para Buenos Aires. Un territorio técnico y artificial,
semi-flotante, sobre el que se reproduce la vida. Una oportunidad para explorar
una arquitectura que pueda adaptarse a las catástrofes socio-ambientales
contemporáneas. En el desarrollo del texto aquí presentado, informaremos sobre
el significado, las estrategias y tácticas de esta experimentación proyectual.
2.DESARROLLO DEL
ARTÍCULO.
2.1- El origen.
2.1.1. Un período de
escasez. Una nueva abundancia
La
perspectiva de un final en la disponibilidad de petróleo, material sobre el que
se basa la sociedad contemporánea de la segunda revolución industrial, ha
desatado un verdadero pánico y toda una serie de conflictos ambientales,
económicos, sociales, políticos y militares. A su vez, la industria en base al
petróleo se inscribe en esa técnica moderna de la sobre explotación de los
recursos no renovables del planeta. El filósofo Peter Sloterdijk llama a esta
sociedad; ‘sociedad de la producción no regenerativa’ y a su naciente era; la
era ‘post-fósil’, una era donde la escasez resurge como un fantasma que
atemoriza, principalmente a las sociedades de consumo, las cuales comienzan un
derrotero esquizofrénico de movidas geo estratégicas para garantizar esos 50 o
70 años más de petróleo antes de que se torne imposible, por los enormes
costos, su extracción.
El
planeta se ha visto devastado por el desarrollo de una segunda revolución
industrial imparable. La población mundial continúa creciendo, así como el
consumo de productos industriales, lo que empuja la huella ecológica planetaria
al punto de no retorno a niveles de sustentabilidad y resiliencia Ambiental.
En este contexto desalentador, la
emergencia de una era post-fósil, es decir de la escasez del petróleo como
fundamento material de la sociedad de consumo, reclama un urgente desarrollo
tecnológico para nuevas instancias de abundancia material, energética y
alimentaria, que garanticen la supervivencia de la población humana en el
planeta.
Hoy
conviven tres revoluciones industriales en simultaneo. Por un lado, la segunda
revolución industrial correspondiente a la fase de la producción de energía y
materia industrial en base a los combustibles fósiles se encuentra en franca
decadencia, pero aún vigente. Por otro lado, un nuevo poder lateral, una nueva
topología revolucionaria, se gesta con la tercera y cuarta revolución
industrial que proponen, de varias maneras, la sustitución del carácter
energético y material de la segunda.
2.1.2. La
Cibernética. Algo en común.
La
tercera revolución industrial y la cuarta revolución industrial tienen en común
su ascendencia en la Cibernética y su proyecto de un mundo bajo el control de
tecnologías de la comunicación capaces de recibir y producir información.
Ciertamente,
toda revolución industrial que se precie tiene su metáfora. Si la metáfora de
las dos primeras fue la de la estructura racionalizada, la funcionalidad de la
máquina, la metáfora correspondiente a la tercera y cuarta revolución
industrial es la infraestructura, las redes materiales e inmateriales, o
líquidas, metáfora debida a Zygmunt Bauman.
No
por casualidad Umberto Eco propone, en el prólogo de “El Libro de los
Laberintos”, que nos encontramos sujetos a un laberinto rizomático que lo
envuelve todo, un laberinto infraestructural sin centro, o con centros
infinitos, una trama de múltiples direcciones que podríamos llamar cibernética.
Así, la infraestructura pasó de estar constituida por
un tipo de información materializada analógica y jerárquicamente vertical, a
una constitución también digital, desterritorializada y lateral, con puntos de
intensidad variable.
2.1.3. La estrategia urbana y arquitectónica de la
Cibernética.
“Las ordenes mediante
las cuales regulamos nuestro Ambiente son una especie de información que le
impartimos. Como cualquier otra clase de informe, están sometidas a
deformaciones al pasar de un ente a otro. Generalmente llegan en una forma
menos coherente y, desde luego, no más coherente que la de partida. En las
comunicaciones y en la regulación luchamos siempre contra la tendencia de la
naturaleza a degradar lo organizado y a destruir lo que tiene sentido, la misma
tendencia de la entropía a aumentar, como demostró Gibbs.”
Como
ya mencionamos, la tercera y cuarta revolución industrial se inscribe en la
historia de una Cibernética que deviene ámbito de las redes. En este sentido
esta nueva revolución industrial, es una revolución que, si bien se relaciona
con la era de la máquina, la trasciende y se acerca más a la idea de Gilbert
Simondon de mundo configurado según Conjuntos Técnicos, es decir,
espacialidades técnicas totales de asociaciones humano-maquínicas. Ya no la
máquina como objeto más o menos sensible, sino una máquina
cibernético-espacial.
Recordemos
que la teoría originaria de la cibernética se la debemos al matemático y
filósofo norteamericano Norbert Wiener. El término Cibernética viene del griego
Kubertnetes (timón) o mejor, de Kibernetikos, que significa piloto o gobernante
de un barco.
La
Cibernética nace en los Estados Unidos, en el ámbito académico y militar de la
Segunda Guerra Mundial, como el desarrollo de sistemas de control para las
máquinas de cálculo de los dispositivos balísticos de guerra, las máquinas
industriales y de los sistemas de producción de energía. En un inicio se trató
de una teoría de los mensajes aplicado a la ingeniería de las máquinas, y al
estudio de los organismos vivos, es decir que la cibernética unifica dos mundos
en uno, el natural y el artificial.
En
la teoría de los mensajes, Wiener pretende fundar una ciencia de la
comunicación entre los humanos, de los humanos con las máquinas, y de las
maquinas entre sí.
Como
desarrollo tecno-científico, la cibernética tiene por objetivo el generar
lógicas para el control cualitativo y cuantitativo de los ambientes, mediante tecnologías sensibles a la
información e interacción entre los humanos y máquinas. El obstáculo a dicho
control se llama Entropía que es la medida de la desorganización de un
determinado sistema; siendo la información, la medida de la lucha contra esa
desorganización.
Así
es que el concepto de Cibernética, aplicado al campo social humano, se asemeja
tanto a la idea de Biopolítica de Michael Foucault, en cuanto Técnica para el
control de las poblaciones mediante normas aplicadas a los cuerpos, como al
concepto más arquitectónico de Antropotécnica, del filósofo alemán Peter
Sloterdijk que, siguiendo la idea de Biopolítica, le incorpora una pre-historia,
es decir un origen en los ámbitos tribales de las hordas humanas primitivas,
como ámbitos inmunológicos de incubación de humanos, por humanos, vía un
distanciamiento cultural de la riesgosa Naturaleza.
La
Cibernética pretende no solo describir un mundo o el universo, sino desarrollar
tecnologías de información, de concentración y eficiencia en la enunciación de
mensajes, sean estos físicos o metafísicos. En este sentido la cibernética es
una verdadera tecno-ciencia potencialmente proyectual.
Como
vemos, las teorías de la tercera revolución industrial son estrictamente
cibernéticas. El tema fundamentaI es el establecimiento de una producción y un
control de la energía a escala planetaria, es decir, del control de la producción
industrial y energía como información, para limitar la entropía propia de todo
sistema.
Las
ciudades actuales son grandes consumidoras de matrial y de energía; de esto se
ocupa la propuesta de la tercera y cuarta revolución industrial de Rifkin y
Schwab, de la posibilidad de transformar a las ciudades y sus edificios en
soportes para la producción de energía, alimentos y bienes. Las ciudades
intercambiarían, a su vez, sus producciones de energía, información y materia
con otras ciudades de las regiones propias y cercanas; y de las regiones a los
continentes para, por último, resultar en un intercambio global.
La propuesta de la tercera y cuarta revolución
industrial requiere de una nueva infraestructura. Toda Infraestructura requiere
de espacios nodales de control. La tercera y cuarta revolución industrial
tendría además soportes espaciales para los dispositivos de producción industrial
distribuida y de energía renovable. Dichos soportes espaciales deberían ser, en
gran medida, los edificios de las ciudades. Los edificios nuevos deberán ser
proyectados teniendo en cuenta la nueva infraestructura de la tercera y cuarta Revolución
Industrial y los existentes deberán actualizarse.
2.2- El límite
poblacional.
En
sus últimos escritos, Jeremy Rifkin amplía el mundo infraestructural planteado
en la tercera y cuarta revolución industrial, con la idea de una macroeconomía
distribuida y colaborativa de producción industrial generalizada. Mediante la
incorporación de la impresión 3d/4d y las plataformas colaborativas, la
organización rizomática de la producción transformaría al actual mundo de
escasez en un mundo de abundancia debido a una tendencia al coste marginal cero
en la economía, esto quiere decir, una tendencia a la gratuidad.
“…Cuando el
coste marginal de producir unidades adicionales de un producto o un servicio es
casi cero, la escasez es sustituida por la abundancia. El valor de intercambio
no sirve de nada porque todo el mundo puede obtener casi todo lo que necesita
sin pagar por ello. Los productos y servicios tienen un valor derivado de
usarlos y compartirlos, pero ya no tienen un valor de intercambio.”
La abundancia de la tercera revolución industrial requiere de recursos
de todo tipo; algunos, como la energía solar, son recursos renovables
relativamente fáciles de conseguir, otros, como los alimentos, el agua, y el
espacio habitable y productivo, no lo son. Jeremy Rifkin es consciente del
límite entre la cantidad de seres humanos, y la posibilidad de la industria
para abastecerse de materias primas para sustentar el consumo.
“Hoy en día, todos los seres humanos, sean
ricos o pobres, consumen los recursos equivalentes a una Tierra y media; en
otras palabras: hace falta casi un año y medio para regresar lo que consumimos
en un año. Naciones Unidas calcula que, si el crecimiento demográfico y las
tendencias de consumo siguen como hasta ahora, incluso sin que se dé un cambio
apreciable en la calidad de la vida de los pobres del mundo, en 2030
necesitaremos el equivalente a dos planetas como la Tierra para regenerar los
recursos que consumamos.”
Rifkin no solo explicita el límite, sino que lo entiende como
inquebrantable. Solo encuentra una solución a dicho límite en la reducción de
la población humana en el planeta, mediante el control de la natalidad; en
especial en las regiones sub-desarrolladas del planeta. Dice:
“Para que la
población humana se adecue a la biodiversidad del planeta y para que la
sociedad pase de la escasez a una abundancia sostenible, deberemos abordar la
gran desigualdad entre la huella ecológica de los ricos y de los pobres, y al
mismo tiempo, reducir la población humana del planeta.”
Para
Schwab, la superpoblación es también uno de los límites más importantes al
desarrollo de la cuarta revolución industrial, con el agravante de tratarse de
una población que, según Schwab y otros, tiende a vivir cada vez más tiempo, lo
que pondría al sistema financiero basado en las cajas de previsión, en situación
crítica, al sobrepasar los habitantes jubilados a los aportantes.
“Se prevé que la población mundial
crezca de 7200 millones en la actualidad a 8000 millones hacia 2030 y a 9000
millones en 2050. Esto debería conducir a un aumento de la demanda agregada.
Pero hay otra poderosa tendencia demográfica, el envejecimiento.”
La idea,
en nuestra opinión muy discutible, de limitar la natalidad para reducir el
impacto en el ambiente de la superpoblación mundial, no es nueva. En 1968, el
biólogo norteamericano Paul Ehrlich, desarrolló una teoría y una fórmula para
medir el vínculo entre Superpoblación, Tecnología, y el Impacto sobre el
Ambiente en su libro “La Explosión Demográfica”, donde se conjetura que la
Superpoblación es el origen del gran problema ecológico planetario, solo
resoluble mediante un control mundial de la natalidad.
Para
probar su hipótesis, Ehrlich desarrolló una ecuación de tres factores como
forma de medir el impacto sobre los sistemas ambientales, la ecuación I
(Impacto)= P (Población) x R (Riqueza) x T (Tecnología), que multiplica la
cantidad de individuos, por la medida de los recursos que consumen, por el
índice de destrucción ambiental de las tecnologías utilizadas por dichos
individuos. La ecuación I=PRT demuestra, según Ehrlich, que la población y el
control de natalidad es la clave, pues, aunque mejoren circunstancialmente los
coeficientes de Riqueza y Tecnología, la Población Mundial continúa creciendo
exponencialmente, llevando al impacto sobre el ambiente en la misma
trayectoria.
Si bien
la tasa de natalidad ha disminuido en el mundo y las técnicas transgenéticas de
producción de alimentos han permitido proveer de alimentos a más población, el
problema según Ehrlich, parece haberse aplazado, mas no solucionado. La presión
sobre el suelo para la producción petrolera y de otras materias, la
sobre-generación de residuos, la expulsión de las especies vivas de sus hábitats
naturales y, fundamentalmente, el llamado cambio climático, entre otros
problemas, están a la orden del día.
Sin
embargo, Ehrlich naturaliza una única respuesta al problema planteado con la
ecuación I=PRT, antes de ponerla realmente a trabajar, con el objeto de generar
una política en una determinada dirección; la política del control de la
natalidad, en especial para las regiones del subdesarrollo. ¿No pueden los
factores R y T mejorar continua y exponencialmente, en el sentido de una mejor
distribución de la riqueza espacial del planeta? ¿No puede el proyecto
arquitectónico contribuir al desarrollo de una cultura Técnica no destructiva
del planeta y su suelo?
Si la
superpoblación y la presión crítica sobre el suelo terrestre son potenciales
efectos del desarrollo de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial ¿no
podríamos, por ejemplo, desarrollar nuevas tecnologías arquitectónicas para
densificar nuestras ciudades de manera socialmente inclusiva en el sentido de
una redistribución de la riqueza espacial? ¿Podría ser esta una solución a la
Superpoblación? En términos de Ehrlich, esto no sería posible porque la
Superpoblación no tiene directamente que ver con la densidad habitacional en
las ciudades.
Un
sentido común nos dice que, a mayor densidad, mayor superpoblación. Sin embargo, Ehrlich, diferencia claramente
ambos conceptos, Densidad y Superpoblación.
Para
Ehrlich, superpoblación es la relación entre el número de personas que habitan
una zona, con la capacidad de carga de dicha zona, es decir la disposición de
un ambiente y sus dominios asociados, para admitir las actividades del grupo
humano que lo habita. Plantea Ehrlich:
“¿Cuándo puede decirse que un área
está superpoblada? Cuando su población no puede mantenerse sin que los recursos
no renovables disminuyan aceleradamente (o se conviertan los recursos
renovables en no renovables), degradándose la capacidad del medio ambiente de
sostener a la población.”
Ehrlich
pone de ejemplo a países con altos niveles de densidad poblacional, como
Holanda –más de 361 hab/km2-, Taiwán -562,9- y Hong Kong -5126-, para
ejemplificar economías que pueden sustentar dichas poblaciones en estándares
aceptables, en comparación con países en vías de desarrollo con muy poca
densidad, pero altos niveles de superpoblación. Holanda, no estaría
superpoblada porque tiene la capacidad de sustentar la vida y las prácticas de
su población, mediante una economía globalizada, de importaciones-exportaciones
de energías, alimentos y bienes industrializados. Es decir que Holanda tiene el
poder económico para no caer en niveles de superpoblación.
Son, sin
embargo, las potencias económicas de la globalización quienes ponen en peligro
–con las complicidades locales correspondientes-, a los depredados países de
Latinoamérica, Asia y África, debido a los altos niveles de consumo material a
los que están habituados, materiales que, además, extraen de dichas regiones
del subdesarrollo. Por esta razón, es importante encontrar una solución mundial
al problema, empezando por los que más consumen. Ahora bien, Ehrlich representa
a las ciudades como ineficientes terminales de consumo energético y materias
primas, además de considerarlas como focos infecciosos.
Pero ¿qué
sucedería si pudiésemos alojar a las poblaciones metropolitanas en arquitecturas
de forma equitativamente distribuida espacialmente, según nuevas
configuraciones capaces de contener y posibilitar tecnologías para la
producción de energías renovables y la reproducción de materiales y alimentos
de diversos tipos? Se trataría de entornos humanos radicalmente nuevos en el
sentido de un cambio de la política arquitectónica, de un estar anclado al
suelo y poseerlo, dominarlo, y explotarlo, a una re-distribución socialmente
justa y equitativa del espacio tridimensional, en sectores específicos de las
metrópolis existentes y sus entornos cercanos.
2.2.1. Una Transición
Demográfica.
En el año 2012 se re-edita un famoso libro sobre
economía, ecología y demografía, se trata de Los Limites del Crecimiento de la
biofísica Donella Meadows y los economistas Jorgen Randers y Dennis Meadows. El
libro es resultado de una investigación encargada por el Club de Roma a este
grupo de científicos del M.I.T., que desarrollan un software específico para poder
previsualizar, anticipar escenarios y disyuntivas respecto de las problemáticas
económicas y ecológicas del planeta.
La
tesis sostenida aun hoy por los autores vivos, es que el crecimiento de la
economía y de la población, llevan a la humanidad más allá de los límites
físicos del planeta, poniendo a las poblaciones en peligro. Es decir que, a
mayor población mundial, mayor el riesgo de colapso económico, energético y
material.
La
investigación da una importancia fundamental al límite demográfico y plantea
claramente que la industrialización es una vía contradictoria y paradójica de
controlar la tasa de crecimiento de la población, dado que por un lado la
limita y por el otro la alimenta.
Para
entender el carácter aparentemente contradictorio del crecimiento, estabilidad
y contracción de la tasa de crecimiento poblacional en las sociedades
industriales debemos entender la dinámica de la transición demográfica.
Previo
al inicio de un período de industrialización genuino, sea directo o indirecto,
la población correspondiente se mantiene gracias a una política que propicia la
mayor cantidad de nacimientos, dada una probable cantidad importante de
decesos. La manera de mantener una economía de escala doméstica y nacional en
estas sociedades pre industriales es equivalente a mantener equilibrada la
relación nacimientos-defunciones, y dado que las tasas de defunciones en las
sociedades preindustriales suelen ser mayores al estándar del mundo
industrializado, la alternativa es la de propiciar una alta tasa de natalidad.
Cuando
una población da comienzo a un proceso de industrialización y crecimiento
económico, mejoran sensiblemente los estándares de salud, y la inercia de la
tasa de crecimiento poblacional dispara exponencialmente el crecimiento
demográfico, ya que se reduce la tasa de defunciones y, por inercia cultural,
se mantienen altas tasas de natalidad.
Entonces,
si la industrialización mejora los estándares educativos y los sistemas de
salud, la población tiende a equilibrarse y, eventualmente, reducirse; aunque,
dado que los humanos de las sociedades industrializadas tienden vivir cada vez
más tiempo, la población que envejece se suma y convive con más capas
generacionales, incrementando de esta manera el número de la población.
Recién
después de un largo proceso de interiorización de una cultura industrial y
moderna, una población puede reducir, voluntaria y pacíficamente, la tasa de
natalidad, de manera de alcanzar un equilibrio en su tasa de crecimiento
poblacional general.
Por
lo tanto, dado el complejo contexto que relaciona catástrofe biológica-ambiental,
la emergencia de un nuevo régimen técnico y el crecimiento exponencial de la
población mundial, cabe la pregunta ¿Cómo alojar a una población mundial en
crecimiento exponencial, de manera justa y a tiempo, para concluir el período
de transición demográfica?
Una
primer tesis sería entonces que la condición para llevar a buen puerto a la
tercera y cuarta revolución industrial, es la producción de una espacialidad
que aloje, con justicia social y distribución de la riqueza espacial del
planeta, a una creciente población mundial, durante el período de Transición
Demográfica, hasta que el crecimiento poblacional se equilibre, sin coerciones
violentas y sin exclusiones sociales, de manera de reducir sensiblemente y
finalmente anular el problema de la superpoblación.
2.3. Una sociedad cibernética.
Nos
preguntamos por la forma en que la arquitectura condiciona al desarrollo de la
tercera y cuarta revolución industrial reafirmando una hipótesis según la cual
toda revolución industrial, teniendo en cuenta sus genealogías, se desarrollan
plenamente si y solo si, se gestan sus arquitecturas correspondientes.
El
sentido estratégico de este tema se relaciona con el advenimiento concreto de
un Nuevo Régimen Climático, como denomina Bruno Latour al cambio climático;
régimen de características catastróficas para el ambiente humano planetario, y
el surgimiento simultaneo de lo que llamamos acá un Nuevo Régimen Técnico como
reverberación y origen del primero, es decir que apostamos por la idea de una
condicionalidad recíproca entre los registros naturales y técnicos.
Si
en las dos primeras revoluciones industriales, la nueva forma significativa es
la máquina, en la Tercera y Cuarta Revolución Industrial es la constitución de
una infraestructura cibernética planetaria, con variados estados de equilibrio,
una red de máquinas y hombres interconectados de manera transindividualizada;
lo que Simondón llamó un Conjunto Técnico.
Simondon,
siguiendo a teóricos como Norbert Wiener, reflexiona sobre el camino que
debería tomar la cibernética, como una nueva disciplina científica que unifica
los saberes científico-técnicos modernos, mediante un control de los procesos
informacionales y las formas devenidas.
Simondón
ve, en la versión dominante de la cibernética, más bien pragmática, un futuro
estancamiento evolutivo de los objetos técnicos, al perseguir una
automatización lógica cada vez más eficiente, que permitiría la estabilidad de
los sistemas, al costo de tornarlas incapaces de asociarse creativamente con el
ser humano. Para Simondon, solo el ser humano puede, con sus indeterminaciones
e incertidumbres, mediar entre las máquinas de manera de permitirle a las
mismas, nuevas instancias de individuación, nuevas formas.
Por
otro lado, Simondon intuye una futura explotación despótica hacia las máquinas
por parte del ser humano, lo que retornaría como una explotación renovada de lo
humano, dado que la máquina deviene tal, debido a un creador humano que la
informa.
La
Tercera y Cuarta Revolución Industrial propone una potencial distribución en
redes colaborativas de las capacidades productivas, una nueva sociedad
productiva de coste marginal tendiente a cero. Practicamente el sueño del
socialismo industrialista original. En este sentido, el planteo de Simondon,
por una sociedad de humanos y objetos técnicos encuentra hoy una potencialidad
concreta.
La
relación entre humanos y máquinas se reflexiona, con Simondon, como asociación
conveniente y ambiente social, como cultura y civilización cibernética total.
En la actualidad esta relación se convierte en mundo, o como se la suele llamar,
desde hace más de tres décadas, globalización.
La
tesis que planteamos rastrea inicialmente la metáfora arquitectónica más
adecuada con el fin de desarrollar una genealogía que nos brinde tanto
vestigios, como auspicios para el proyecto arquitectónico, en esta era de la
técnica.
La
Tercera y Cuarta Revolución Industrial, tanto para Jeremy Rifkin, como para
Claus Schwab, trata de redes distribuidas de producción y control de la
energía, redes de intercambio de información y redes productivas, que podrían
transformarse en alternativas al ineficiente mundo de la producción industrial
en base a los combustibles fósiles; era que se encuentra en su ocaso al
depender de los no recursos, esto es de lo no retornable de las materias
naturales con las que se produce energía y bienes.
La
metáfora de la red es una metáfora biológico espacial, pero aun no
arquitectónica. De manera preliminar encontramos en la teoría esferológica del
filósofo alemán Peter Sloterdijk, una pista, cuando propone una interpretación
de la espacialidad contemporánea como una espuma, como una organización de
esferas de paredes finas que sostienen las individualidades agrupadas
tridimensionalmente, de los sujetos cosmopolitas de las metrópolis de la
globalización.
La
representación de una organización intrincada de espacios de diferente valor,
nos recuerdan a Deleuze y sus rizomas. Del rizoma podemos derivarnos a la idea
de una organización multidireccional extensiva. La idea de una organización
espacial extensiva e intrincada nos recuerda, a su vez, a los laberintos
arquetípicos que fueron, desde sus inicios, concepciones que podrían situarse
en relación a tres genealogías de la forma y el espacio arquitectónico: un
posible laberinto esférico-platónico fuertemente estable, desde el punto de vista
morfológico, uno hilemórfico aristotélico, matérico-formal con estructuras
diversas, y uno informacional o cibernético infraestructural, donde la forma
deviene y es metaestable, es decir con momentos estables susceptibles de
transformación posterior.
A
partir de esta investigación preparatoria encontramos el antecedente teórico de
Umberto Eco, sobre las tres épocas del laberinto, siendo las mismas: el
laberinto univiario, en general con unas formas arquitectónicas simples y un
exterior natural, el laberinto manierista, con múltiples caminos confusos y
engañosos; y el laberinto rizomático, como una macro infraestructura
contemporánea de pura interioridad.
El
laberinto rizomático es una metáfora del establecimiento de un mundo dominado
por la cibernética. Es también signo de un estado de situación del sujeto
contemporáneo, en el momento del establecimiento de una sociedad de la
información de carácter absoluto.
La
cibernética, término que, como dijimos, acuña el filósofo y matemático
norteamericano Norbert Wiener, es la teoría de la información para la no
perdida inútil de la energía, la información y la acción en el medio
tecno-científico. La cibernética es control negentrópico de la energía,
cuestión también central de las teorías de la Tercera y Cuarta Revolución
Industrial y problemática crucial para la teoría del Nuevo Régimen Climático de
Bruno Latour.
El
mundo de la cibernética generalizada depende de energía, insumos materiales e
industriales. Fenómenos concretos que condicionan y determinan la posibilidad
de la expansión planetario de la cibernética.
EL
filósofo alemán Peter Sloterdijk interpreta la metamorfosis de la cultura
occidental actual, como resultado de una sociedad que se adentra en una era de
la producción industrial post-fósil. Una sociedad forzada a proyectar y fundar
una nueva abundancia en base a materias replicantes y sintéticas, ante una
creciente escasez de recursos naturales para la explotación, situación que pone
en riesgo la vida de miles de millones de seres humanos; en especial en las
regiones paupérrimas del planeta que sufren el subdesarrollo y la
superpoblación.
En
este sentido, la Tercera y Cuarta Revolución Industrial se presenta como una
solución a dicha creciente escasez de la era post-fósil. La cibernética
propuesta por Rifkin y Schwab, es la cibernética del control de las energías
renovables, de una eficiencia sensible, debido al desarrollo de los sensores
electrónicos vinculados en redes informáticas, para el potencial control de
todos los entes del mundo y, básicamente, el desarrollo de las tecnologías de
replicación informático-biológicas; que permitiría la producción de una cultura
material sintética y artificial.
Este
factible nuevo mundo de abundancia material y energética tiene, dos problemas
relacionados. El primero, tratado en la primera parte de la investigación, lo
manifiestan tanto Rifkin como Schwab; se trata de la superpoblación mundial
debida al nuevo crecimiento económico; superpoblación que pondría nuevamente en
jaque al planeta y su capacidad de brindarnos recursos alimentarios y
habitacionales. El segundo problema, aún más profundo, es la sociedad de
control que todo desarrollo cibernético implica cuando se instaura de forma
acrítica y totalitariamente, en el hábitat humano, entendiendo por el mismo al entorno
cultural y natural determinado por las relaciones sociales
correspondientes.
Heidegger,
en La pregunta por la Técnica, denuncia el peligro de la explotación perversa y
sistemática del planeta y los seres vivos que aloja. Heidegger ilustra el discurso
metafísico de la explotación del planeta por una esencia de la Técnica Moderna
que hace hablar al ente dominante, un sujeto contemporáneo que se pavonea sobre
su extensión.
La
esencia de la Técnica Moderna es la Técnica que sitúa al ente para su explotación
como energía por parte de un discurso de poder y dominación. La cosa, más que
el objeto, se ve esclavizada por este discurso, es decir que dicha explotación
se da en el sentido de una esclavitud que determina la existencia de todos los
llamados seres, para transformarlos, cosificación mediante, en entes dominados
tecnológicamente.
Es
Heidegger también, quien en su última época de producción teórica sitúa a la
cibernética como un problema determinado por la esencia de la Técnica Moderna,
al afirmar que el surgimiento de la cibernética es el fin de la filosofía en
tanto disciplina que agrupó y pensó, originariamente, a las ciencias. La
cibernética es, para Heidegger, la instauración definitiva de la concepción
metafísica del mundo; un mundo artificial de la eficiencia funcional.
Es
este un punto de vinculación interesante con lo dicho por Gilbert Simondon al
respecto, para quien:
“El ser técnico no
tiene naturaleza; puede ser un análogo funcional del individuo, pero jamás es
un verdadero individuo orgánico.”
Heidegger,
por su parte, responde de la siguiente manera, en la famosa entrevista a la
revista Der Spiegel:
“SPIEGEL: Sin
embargo, se le podría objetar de manera completamente ingenua: pero, ¿Qué es lo
que esta dominando? Todo funciona. Cada vez se construyen más centrales
eléctricas. Cada vez se producirá con más destreza. En la parte de mundo
altamente tecnificado los hombres están bien atendidos, Vivimos en un estado de
bienestar. ¿Qué faltaría en realidad?
HEIDEGGER: Todo
funciona. Esto es precisamente lo inhóspito, que todo funciona y que el
funcionamiento lleva siempre a mas funcionamiento y que la técnica arranca al
hombre de la tierra cada vez más y lo desarraiga. No sé si vio usted, estaba
espantado, pero desde luego lo estaba cuando vi las fotos de la Tierra desde la
luna. No necesitamos bombas atómicas, el desarraigo del hombre es un hecho.
Solo nos quedan puras relaciones técnicas. Donde el hombre vive ya no es más la
tierra.”
El
ser técnico de Simondon, la máquina más específicamente, se apropia del
accionar operacional cotidiano, sustituyendo al ser humano en cada vez más
tareas. El problema, plantea Simondon, es que el ser humano al ver amenazada su
labor, ha intentado en determinados momentos de la historia, luchar contra la
máquina, demonizándola. El miedo al autómata es, para Simondon, un miedo sin
sentido pues es el ser humano el responsable de la creación técnica. Dicha
representación como creador, como mediador entre los objetos técnicos, es la clave
para el lugar del ser humano, en una sociedad de máquinas.
“En la verdadera
relación complementaria, es preciso que el hombre sea un ser inacabado que
completa la máquina, y la máquina un ser que encuentra en el hombre su unidad,
su finalidad, y su conexión con el conjunto del mundo técnico;…; hombre y
máquina son mutuamente mediadores, ya que la maquina posee en sus caracteres la
integración a la espacialidad y la capacidad de salvaguardar información a
través del tiempo, mientras que el hombre, mediante sus facultades de
conocimiento y su poder de acción, sabe integrar la máquina a un universo de
símbolos que no es espacio-temporal, y en el cual la máquina jamás podría
integrarse por sí misma.”
Si
los seres humanos no son libres en la técnica, entonces son sujetos por un
discurso cibernético totalizador. Esto, para Simondon, constituye la trampa
paradojal de la técnica como poder, pues si los humanos quedan sujetos,
entonces dejan de poder mediar verdaderamente entre máquinas, pues se
transformarían en sujetos definitivos de las mismas.
Como
dijimos, Heidegger desoculta lo que la Técnica Moderna es esencialmente.
Previamente nos recuerda el origen griego antiguo de la palabra Técnica, este
es el desocultar poietico para traer a la presencia la cosa en tanto verdad. La
pregunta de Heidegger es entonces ¿de qué manera desoculta la Técnica Moderna?
“El desocultar que
domina la técnica moderna tiene el carácter de poner en el sentido de la
provocación. Esta acontece de tal manera que se descubren las energías ocultas
en la naturaleza; lo descubierto es transformado; lo transformado, acumulado;
lo acumulado, a su vez, repartido y lo repartido se renueva cambiando.
Descubrir, transformar, acumular, repartir, cambiar, son modos del desocultar.”
La
Técnica Moderna dispone de la naturaleza como una fuente calculable de fuerzas.
Lo dispuesto es lo dicho-puesto; lo puesto en dicho; lo puesto en logos;
entonces lo puesto en razón, es decir lo puesto en racionalidad. La
racionalidad puesta en función del desocultar las fuerzas de la naturaleza es
la Técnica Moderna.
La
cibernética de la era de la globalización corresponde al estadio técnico más
avanzado de este poner a disposición la naturaleza para la racionalidad de la
producción.
Entonces,
si para Simondon el ser humano debe completar a la máquina para que la misma
conforme una sociedad con este y con los demás objetos técnicos, el valor de
proyectar y construir un ámbito para la supervivencia de la especie humana, en
momentos en que peligran los originarios terrestres, es estratégica para unos y
otros, seres humanos y objetos técnicos.
Al
mismo tiempo, si el ser humano no logra conformar los lugares para una reunión
colectiva libre de dominación cibernética, aun dentro del ya citado laberinto
rizomático, el mismo ser humano quedaría atrapado dentro de lógicas del
automatismo cibernético al punto de caer en estados de individuación sistémica
estables, es decir, incapaces de posteriores evoluciones, gran peligro para una
sociedad de humanos y máquinas.
¿Por
qué decimos que es un peligro el caer en un automatismo humano-técnico? Porque
el automatismo lleva a lo estable; el automatismo implica el no movimiento. El
no movimiento de lo estable contradice el movimiento del universo.
El
universo se transforma. Lo constatamos en los choques estelares, en los ya
comprobados agujeros negros, en la desertificación gradual acaecida en el
planeta Marte, hace millones de años atrás, en el accionar de los agentes
bióticos y abióticos, en la evolución de las especies animales y vegetales.
Una
organización, técnica y/o biológica que no se transforma, o que está
incapacitada para la transformación, es una organización estable; una
organización estable, sin capacidad metaestable, es una organización exámine.
Un mundo cibernético que tiende a la perfección y eficiencia de lo estable, es
un potencial un mundo muerto, aunque funcional. Un mundo “Tierra” que muere es
precisamente, lo que están detectando los científicos que denuncian el cambio
climático.
Todo
individuo debe, para devenir, mantener un gen o un agente que lo des-estabilice
en algún momento con el fin de ensayar nuevas instancias de individuación,
nuevas estabilidades formales potenciales. En el caso de una sociedad
cibernética, ese gen es el colectivo humano creativo.
Heidegger
plantea, en la famosa entrevista con la revista alemana Der Spiegel, la
exigencia del pensar la técnica moderna, con el fin de recrearla en el sentido
de una relación satisfactoria del ser humano con la misma, y la urgencia por
restablecer una tarea colectiva del pensar el hábitat humano, es decir
proyectarlo.
“El despliegue de la Filosofía en ciencias
independientes, aunque cada vez más decididamente relacionadas entre sí, es su
legítimo acabamiento. La filosofía en la época actual, ha encontrado su lugar
en la cientificidad de la humanidad que opera en sociedad. Sin embargo, el
rasgo fundamental de esa cientificidad es su carácter cibernético, es decir
técnico. Presumiblemente, se pierde la necesidad de preguntarse por la técnica
moderna, en la misma medida en que esta época marca y encausa los fenómenos de
mundo entero y la posición del hombre en él.”
Cuando
habla de sociedad se refiere a una disposición lógica del mundo según un
lenguaje unificante llamado cibernética. Lo que desde hace un tiempo llamamos
globalización o mundialización, fue preconizada por Heidegger, como un estadio
evolutivo territorial lógico, del desarrollo de la Técnica Moderna y su nuevo
discurso científico-técnico de la cibernética:
“El final de la
Filosofía se muestra como el triunfo de la instalación manipulable de un mundo
científico-técnico, y del orden social en consonancia con él, “final” de la
Filosofía quiere decir: comienzo de la civilización mundial fundada en el
pensamiento europeo-occidental.”
La
tarea final de Heidegger, su último programa filosófico será el de darle origen
a un nuevo pensar ante la victoria final de la metafísica y su poder
discursivo.
Heidegger
plantea la necesidad de retomar un pensamiento del preguntar como manera de
retornar a un sentido más originario de la técnica.
“El pensar tiene que aprender primero a
conocer lo que le queda reservado y guardado, y a entregarse a ello: en ese
aprendizaje se prepara su propio cambio. Se piensa con ello en la posibilidad
de que la civilización universal, que ahora mismo comienza, supere algún día el
cuño científico-técnico e industrial, única medida para la estancia del hombre
en el mundo; que lo supere, por supuesto no a partir de o por sí mismo, sino de
la disponibilidad del hombre para una determinación que, se la escuche o no,
habla constantemente en el destino aún incierto del hombre. Sigue siendo
igualmente incierto el que la civilización universal sea rápidamente destruida
dentro de poco, o bien se consolide durante un largo tiempo en el que no se
apoye en algo permanente; sino que, más bien, se acomode al cambio progresivo
de lo que cada vez es más nuevo.”
Para
Heidegger es indudable que dicha estancia del ser humano en el mundo deviene
civilización universal de raíz científico-técnica apoyada en el cambio
progresivo de las cosas técnicas que se manifiestan como aquello tecnológico y
novedoso.
Como
ya mencionamos, la sociedad cibernética es, para Heidegger, una sociedad del
disponer a la naturaleza humana y no humana, para poder hacer un uso eficiente
de sus energías.
Dicha
racionalidad, se constituye como el entorno intrincado del dominio
científico-técnico; dominio que oculta los ámbitos para la reunión humana de
forma directa, detrás de lógicas discursivas determinadas por el mundo
industrial y del consumo.
Desde
hace tiempo es común oír hablar de un mundo de redes cibernéticas que todo lo
atrapan; como enrevesados sitios, potencialmente escabrosos en su complejidad;
bosques tupidos del logos científico-técnico donde las informaciones más trascendentes,
y la más banales, son intercambiadas.
Los
ámbitos en dicho bosque de la información se cierran, como en el laberinto
rizomático de Umberto Eco sobre dicha racionalidad de la información,
encerrando a su vez al ser humano, como sujeto en recintos estancos. Es en este
punto donde intuimos una probable conexión, entre lo solicitado por Simondon
respecto de una sociedad de Humanos y objetos técnicos, y lo pensado por
Heidegger en relación a la construcción colectiva de unos “Claros en el
bosque”, claros como ámbitos libres de dominación cibernética para que los
seres humanos, reunidos cara a cara, proyecten sus ámbitos.
“Sabemos lo que es el
claro del bosque [Waldlictung] por contraposición a la espesura del bosque, que
en alemán más antiguo se llama Dickung [espesura]. El sustantivo Lichtung
remite al verbo lichten. El adjetivo licht es la misma palabra que
leicht.[ligero] Etwas lichten significa: aligerar, liberar, abrir algo, como,
por ejemplo, despejar el bosque de árboles en un lugar. El espacio libre que
resulta es la Lichtung. Ahora bien, das Lichte, en el sentido de libre y
abierto, no tiene nada que ver, ni lingüística ni temáticamente, con el
adjetivo licht, que significa hell [Claro]. Esto hay que tenerlo en cuenta para
entender la diferencia entre Lichtung y Licht. Sin embargo, sigue existiendo la
posibilidad de una conexión temática entre los dos: la luz puede caer sobre la
Lichtung, en su parte abierta, dejando que jueguen en ella lo claro con lo
oscuro. Pero la luz nunca crea la Lichtung, sino que la presupone. Sin embargo,
lo abierto no sólo está libre para lo claro y lo oscuro, sino también para el
sonido y el eco que se va extinguiendo. La Lichtung es lo abierto para todo lo
presente y ausente.”
Sin
estos claros en el bosque, los humanos quedarían totalmente sujetos al control
informacional eficiente, y el poder cibernético quedaría también limitado, como
dijimos, a una racionalidad cerrada en sí misma, incapaz de cambiar con el
universo, de manera creativa; creatividad que solo los humanos, reunidos en
ámbitos libres de dominación por parte de la esencia de la Técnica Moderna,
pueden propiciar.
Los
claros en el bosque para la reunión libre los seres humanos deberán ser,
entonces, libres de la esencia despótica de la Técnica Moderna; ¿pero libres de
toda técnica? La arquitectura posee su técnica, la originaria técnica griega de
la arquitectura es la tektónica. A diferencia de la espacialidad abstracta de
la cibernética, la arquitectura, desde su técnica, puede aún liberar y
construir un claro en el sentido ya expresado ¿significa esto un retorno al
Tekton, al carpintero constructor de edificios de la antigua Grecia? Sostenemos
que no; que es necesario, debido al Nuevo Régimen Climático que se desarrolla
en el planeta, que se constituya una sociedad humano-cibernética que pueda,
rápidamente, suministrar un alojamiento humano acorde.
En
este sentido Heidegger diferencia entre un espacio construido como lugar en el
sentido de un intervalo, un “Spatium”, y un espacio de lo dimensional
calculado, de la “extensio”, cuyo devenir contemporáneo se manifiesta en la
virtualidad de la espacialidad cibernética. Heidegger, de alguna manera pide
atender la carencia del primero, del espacio para el lugar como hogar, más que
el espacio para la mera ubicación de un numero poblacional en viviendas como
meras cuantificaciones. Solicita un hábitat donde el ser humano se libere para
reunirse, para crear y pensar colectivamente en el sentido del cuidar y
proteger una relación satisfactoria con la técnica y la naturaleza.
Heidegger
no niega la necesidad de un dimensionamiento, de un cálculo del espacio, sino
que insta a una jerarquía conceptual, ético-procedimental y del proyecto, donde
lo dimensional se ubica en segunda instancia luego de la reflexión sobre el
habitar y sobre el carácter del construir mismo como aquello que abre lugares
para ser habitados.
Es
cierto que sin bosque no tendríamos un claro, algo a ser aclarado, una
oscuridad a través de la cual desplegarnos y discurrir. El mundo de lo
iluminado enteramente es también un mundo de la metafísica. Es la ciencia la
que quiere todo clarificado. El bosque de la información es simultáneamente
claridad omnipresente y oscuridad de las esencias. Contra esto ejercita
Heidegger su pensar.
En
Construir, Habitar, Pensar, Heidegger desarrolla su pensar y dice que el hombre
habita poéticamente sobre la tierra mirando al cielo y esperando a los divinos.
No es el dios un ente que pueda ser observado directamente, sino a través de
sus manifestaciones, a través de los divinos, quienes a su vez se manifiestan a
través de la Tierra y el Cielo. La destrucción de la Tierra y el cielo por
parte de un sujeto de la esencia de la Técnica Moderna, dejaría al dios sin sus
medios para comunicarse con los mortales.
“SPIEGEL: Bien. Pero
ahora se plantea la cuestión: ¿puede el individuo influir aún en esa maraña de
necesidades inevitables, o puede influir la filosofía, o ambos a la vez, en la
medida en que la filosofía lleva a una determinada acción a uno o a muchos
individuos?
HEIDEGGER: Con esta
pregunta volvemos al comienzo de nuestra conversación. Si se me permite
contestar de manera breve y tal vez un poco tosca, pero tras una larga
reflexión: la filosofía no podrá operar ningún cambio inmediato en el actual
estado de cosas del mundo. Esto vale no sólo para la filosofía, sino
especialmente para todos los esfuerzos y afanes meramente humanos. Sólo un dios
puede aún salvarnos. La única posibilidad de salvación la veo en que
preparemos, con el pensamiento y la poesía, una disposición para la aparición
del dios o para su ausencia en el ocaso; dicho toscamente, que no «estiremos la
pata», sino que, si desaparecemos, que desaparezcamos ante el rostro del dios
ausente.”
Heidegger
nos recuerda también, citando a Holderlin que: “Poeticamente habita el hombre
sobre la tierra”. La raíz del griego para poesía es ποιεῖν, a través del latín
es Poiesis que significa, acción de hacer o producir desde el dejar aparecer.
Poiesis es la actividad creadora del hombre, de hecho, Heidegger pensaba a la
Tejne como una actividad de la Poiesis. Por lo tanto, el habitar poéticamente,
es el habitar productivo de traer a la presencia cosas, arquitectura, poesía,
esculturas, música, etc., mediante sus técnicas correspondientes. El producir
como construir es el modo de ser, del “Ser en el Mundo”.
Es
Sloerdijk quien encuentra en “Ser y Tiempo”, el indicio para reanudar una
investigación filosófico-proyectual, al recordarnos que fue Heidegger quien
dijo, primeramente:
“El ser en el mundo
es sin duda una estructura necesaria a priori del “ser ahí”
Para
a continuación decir:
“¿Qué quiere decir
“ser en”? como completamos inmediatamente la expresión en el sentido de ser “en
el mundo”, nos inclinamos a comprender el “ser en” en el sentido de este
complemento. En este sentido se trata de la forma de ser de un ente que es “en”
otro como el agua “en” el vaso, el vestido “en” el armario. Mentamos con él
“en” la recíproca “relación de ser” de este espacio.”
Pág. 66
Sloterdijk
sospecha que Heidegger abandona una posible filosofía del espacio y el lugar,
por una del tiempo; sacando partido en el sentido de continuar esa hipotesis
con su teoría de la esferología, justo en el momento que la problemática del
ambiente humano es crucial.
Sloterdijk
se pregunta por aquel “en” de “ser en el mundo” de Heidegger y desarrolla una
tesis según la cual el ser humano construye hábitats como esferas
inmunológicas. Esferas desde donde salvarse. Volviendo al Heidegger de
Construir, Habitar, Pensar:
“Los mortales habitan
en tanto salvan la tierra -la palabra "salvar" tomada en su sentido
antiguo que Lessing todavía conoció. La salvación no sólo libera de un peligro.
Salvar significa en realidad: dejar a algo libre de su propio ser. Salvar la
tierra es algo más que sacarle provecho o incluso extenuarla. El salvar la
tierra ni la domina ni la somete, a partir de lo cual sólo hay un paso hasta la
explotación sin límites.”
Salvar
algo es también rebasar una altura, elevarse por encima de ella; es vencer un
obstáculo pasando sobre. Sloterdijk, en su búsqueda de una genealogía espacial
de proyectos que salvan alturas, encuentra en las utopías arquitectónicas, de
las vanguardias europeas de los cincuentas, sesentas y setentas; las utopías de
Buckminster Fuller, Yona Friedman, Eckard Schulze Fielitz, Paolo Soleri, Peter
Cook, Ron Herron y, Constant, los modelos para una evasión del suelo, mediante
ficciones arquitectónicas, nuevos modelos urbano-arquitectónicos
proto-cibernéticos. Réplicas del suelo terrestre, natural y urbano, en altura.
“La descripción del
espacio urbano se produce sobre zancos: sobre los paisajes ciudadanos del statu
quo a los que se renuncia sin esperanza, se levantan, sobre altos sistemas de
pilares, las nuevas articulaciones espaciales, radicalmente artificiales, en as
que los urbanistas del futuro han de vivir la coexistencia con sus semejantes y
con las cosas. Los pilares y apoyos contribuyen lo suyo a superar con un salto
a la altura la cuestión del suelo, ya no resoluble sobre la superficie real de
la tierra.”
El
término “salvar” viene del latín “salvare” y este del verbo “salvus”, es decir,
lo que se mantiene entero, integro; por lo tanto, un hábitat que salva la
tierra, es un hábitat integral, un hábitat que congrega.
Las
construcciones a las que se refiere Heidegger son cosas, es decir,
etimológicamente, congregaciones o, mejor dicho, congregantes, las cosas en
tanto verdaderas construcciones, son congregantes de la cuaternidad o
cuadratura, esto es, de la tierra, del cielo, de los divinos y de los mortales.
“El construir
distintivo es un distinguido dejar habitar. Si realmente es esto, entonces el
construir ya ha respondido a la interpelación de la cuadratura. Todo planificar
permanece fundado sobre este responder que a su vez abre los recintos adecuados
a los proyectos y a los diseños.”
2.3.1. Un hábitat
integral y una arquitectura infraestructural, replicante.
“La espacialidad
cartesiana, una espacialidad que es pura extensión y rigurosa geometría. Una
pura extensión: homogénea, isótropa, ilimitada, tal vez la plenitud del
intelecto, tal vez un desierto sin marcas ni horizonte.”
Cuando
hablamos de un Hábitat Integral, nos referimos entonces a la proyección
arquitectónica y construcción de un alojamiento en tanto hábitat de múltiples
sentidos, para congregar la cuaterna; en el sentido desarrollado por Heidegger.
Es
de una intuición evidente, que los seres humanos necesitan de la tierra y el
cielo para sobrevivir.
Sigamos
entonces la metáfora heideggeriana. Las divinidades se manifiestan a través de
los signos terrestres y celestes; con las calmas y las tormentas, con las
sequias y las exuberancias de las vegetaciones, con el paso de los cometas y
los eclipses. Las divinidades son los mensajeros de un Dios que se retira al
silencio
Decir
“Sólo un dios puede aún salvarnos “es decir que solo preparando y esperando su
llegada, cuidando la Tierra y el cielo, este nos salvará, es decir, nos
restituirá al origen, al sentido del habitar.
Dios,
envía a sus mensajeros y los mismos se manifiestan a través de la Tierra y el
Cielo a los mortales, que tienen que poder ver dichos signos, es decir estar en
contacto con la destrucción de dichas naturalezas, Tierra y Cielo, dejaría a
los mensajeros sin la posibilidad de brindar sus mensajes y a los mortales sin
los medios para sobrevivir y poder esperar.
Preparar
el hábitat para la llegada de Dios es lo mismo que decir: salvemos a la Tierra
y el Cielo; y por supuesto, de esta manera nos salvaremos, tanto física, como
metafísicamente.
Repasemos
por última vez entonces las preguntas específicas relativas a la propuesta
arquitectónica que acompaña esta investigación:
¿Por
qué un hábitat integral? Porque aloja a la cuaterna en la congregación
simultanea de todos los sentidos arquitectónicos contemporáneos, es decir todas
las tipologías semánticas arquitectónicas corporizadas en edificaciones que son
también sus aglomeraciones, poblaciones, ciudades y metrópolis. Edificaciones
que salvan, es decir que se sitúan sobre la tierra.
¿Por
qué una arquitectura replicante? Porque responde, es decir replica al desafío
de construir un hábitat para la humanidad, desde las mismas lógicas
productivo-replicantes que son dominio del problema explicitado antes; en el
momento histórico de la catástrofe ambiental, catástrofe debida a la esencia de
la Técnica Moderna, y su avanzada, la cibernética.
3. RESULTADOS Y
DISCUSIÓN
Como efecto del
desarrollo teórico que antecede, se disponen a continuación dos resultados
fundamentales, uno de carácter enunciativo arquitectónico-proyectual y otro de
carácter experimental, propositivo y pre-figurativo.
3.1 Enunciados arquitectónico proyectuales.
A continuación, se enuncian los problemas y sus
réplicas como fines externos (solicitaciones desde la sociedad a la disciplina)
y fines internos (indagaciones disciplinares). Las réplicas, en tanto finalidades,
son los objetivos particulares.
3.1.1. Particularidades:
- Transducción:
problema / Réplica según fines externos
(solicitaciones del contexto):
- Catástrofe ambiental > Una arquitectura que salva
la tierra, es decir elevada sobre la misma.
- Superpoblación > Una arquitectura de densidades
múltiples. Un hábitat autosuficiente.
- Sociedad cibernética de control > Un hábitat
integral libre de dominación técnica.
Transducción: problema / Réplica según fines internos (indagaciones
disciplinares):
- Escasez de materiales > Replicación sintética de
materiales.
- Nuevos medios de producción > Arquitectura
fabricada in-situ de manera distribuida.
- Catástrofes del entorno ambiental > infraestructuras de adaptación y
autosuficiencia.
3.1.2. En general
(reiteramos):
proponemos, ahora apoyados en las argumentaciones previas, una Arquitectura
Infraestructural Habitacional, como una matriz meta-arquitectónica que integre
multiplicidades, que sea capaz de adaptarse a las transformaciones técnicas
vertiginosas de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, y los modos de
habitar en una sociedad cibernética de carácter absoluto, de manera de establecer
un ámbito libre para reconstruir un entorno humano.
3.2. Experimentación
Proyectual. Isla Replicante.
Una
isla es o suele ser, en el imaginario arquitectónico-literario, una
construcción relativamente autosuficiente enmarcada por un o unos fluidos, es
un injerto. Una isla es un fenómeno territorial que se aleja del mundo,
concentrando la materia que la forma en el sentido contrario al desborde
abierto del orbe. Sin embargo, algunas islas devienen derrame y diluvio.
El
anegamiento actual del mundo tiene diversas fases. Fenómenos como la
superpoblación humana mundial, la contaminación ambiental, el nuevo régimen climático asociado a la crisis
socio-cultural producto de la economía de la globalización y la hegemonía de un
nuevo régimen técnico, provocan al proyecto, lo
revolucionan. Ni la devastada superficie del planeta, ni las legislaciones
humanas actuales pueden dar solución a las calamidades.
El
proyecto de las islas por venir, como hábitats integrales para la
experimentación del entorno humano de un futuro cercano, serán objeto de la
presente experimentación proyectual.
3.2.2. Hipótesis preliminar
relativa a la experimentación proyectual propuesta: El emergente de un Nuevo Régimen Climático y
un Nuevo Régimen Técnico condicionan el proyecto de una Nueva Política
Arquitectónica.
3.2.3. Contexto de la experimentación I.
Una ficción.
Como
parte de un proyecto estratégico de carácter regional y global de inserción
económica de la Argentina y de la metrópolis de Buenos Aires se desarrolla,
finalmente, un corredor bioceánico de conexión entre Chile y Argentina. Dicho
corredor atraviesa la cordillera por dentro, disponiendo de una infraestructura
de ferrocarril de transporte y rutas para camiones de carga, así como carriles
para vehículos particulares.
Ya en territorio argentino, el
corredor se despliega en red, hacia distintos puntos estratégicos del país,
llegando también a la ciudad de Buenos Aires y su puerto.
3.2.3. Contexto de la experimentación II.
En el
corredor bioceánico convergen infraestructuras productivas y administrativas
que requieren de nuevas cualidades arquitectónicas y espaciales, acorde a la tercera y cuarta revolución industrial.
Con el
fin de realizar las experiencias concretas de un nuevo hábitat técnico relativo
a lo expresado en la investigación se propone en particular el proyecto de una
Isla Técnico-Habitativa de carácter experimental frente a Buenos Aires, como
re-propuesta de la que hace tiempo formulara Le Corbusier con su Isla de los
Negocios para Buenos Aires, previas adecuaciones del caso según la idea de un
Arquitectura Infraestructural Habitacional.
La isla
Técnico-habitativa, es una matriz cibernético-arquitectónica experimental, para
una arquitectura infraestructural habitacional auto-suficiente y
auto-replicante, que incluye programas de usos diversos, de carácter mutable.
3.2.4. Contexto de la experimentación III.
A modo de
anticipación problemática, se conjetura una futura inundación de la costa de la
Ciudad de Buenos Aires en su margen central conexo al Rio de la Plata,
especialmente en la Cuenca del Rio Matanza Riachuelo y alrededores, por efecto
del calentamiento global de la biosfera terrestre.
Como
agravante se puede mencionar un crecimiento de la población
en Buenos Aires debido a las migraciones regionales y su probable efecto
superpoblacional
–incapacidad del territorio de proveer un sustento total a la población, en un
esquema económico tradicional-.
A
continuación, y a grandes rasgos, se ilustran los primeros esquemas relativos a
esta experimentación y se detalla la disposición, configuración y secuencia de
generación urbano-arquitectónica.
3.2.5. Disposición, según el contexto
I-II.
Como una
terminal avanzada del corredor bioceánico se proyecta y realiza la Isla
Técnico-Habitativa de la tercera y cuarta
revolución industrial para Buenos Aires.
Etapas
básicas de la configuración y generación de la Isla Técnico-habitativa.
1-
La
Isla es una infraestructura constituida, inicialmente, por una estructura
semi-flotante de pontones.
2-
Una
vez dispuestas las primeras plataformas semi-flotantes, a una distancia
adecuada de la costa, se construyen torres técnicas donde se dispondrán, en su
parte superior, los equipos constructores humano-maquínicos que contribuirán a
la edificación de la isla.
3-
A
partir de la plataforma inicial, las infraestructuras se replican, como
diferentes edificaciones sobre el rio, constituyendo el soporte material de
nuevos suelos en altura, susceptibles de ser programados para el cultivo, la
generación de materiales, la producción de energía y el tratamiento de los
residuos, al tiempo de propiciar los entornos habitacionales y de trabajo
correspondientes a una población estable y en tránsito. Al tratarse de un
hábitat auto-regenerativo, la afectación sobre el Ambiente es teóricamente
nula.
3.2.6. Disposición, según contexto III
La Isla
Técnica se concreta como un hábitat humano complejo, acorde con una tercera y cuarta revolución industrial.
Los avances técnicos allí experimentados se proyectan hacia la Ciudad y el
continente en forma de nuevas infraestructuras arquitectónicas, físicas y
metafísicas.
El
carácter replicante de los nuevos modos de producción distribuida de la nueva
revolución técnica propicia resonancias arquitectónicas a lo largo de todo el
corredor bioceánico, ampliando las redes técnico-habitativas y multiplicando
las condiciones para una revolución espacial que permitiría alojar a una
creciente población, en el momento justo del establecimiento definitivo de un nuevo régimen climático de condiciones
catastróficas.
La ciudad
de Buenos Aires se ve transformada, tanto por el desborde de un clima
planetario catastrófico, como por una revolución técnica que llega a tiempo
para poner a resguardo a las poblaciones, permitiendo, además, liberar el suelo
para su regeneración.
4. CONCLUSIÓN
4.1. Un tercer
género.
Los griegos de
la antigüedad, los inventores de la arquitectura, la arque-tektonica, tenían un
nombre para el sitio primigenio, el sitio desde el cual se desplegaron los
paisajes, lenguajes, las cosas, la escritura, y claro, la arquitectura; a este
lugar lo llamaban Khora. La noticia de su existencia nos llega en primera
instancia, por intermedio de Platon, en su Timeo, y se actualiza su pensar, con
Jacques Derrida.
Si nos interesa
la idea de Khora, es porque nos parece que, dado lo expuesto en la
introducción, el desarrollo teórico y los resultados proyectuales, es una
complexión, más que una figura, desde la cual cerrar esta historia para,
contradictoriamente, dejarla abierta.
En Khora,
Jackes Derrida, sondea el complejo entrelazado de significados y ficciones
alrededor de esta idea, por llamarla de algúna manera, pues, en verdad, Khora
no es exactamente una idea, aunque tampoco un fenómeno exclusivamente material.
Derrida lo plantea de la siguiente manera:
“Lo sabemos bién: lo que Platón designa con el nombre de Khora parece
desafiar, en el Timeo, esa “lógica de no-contradicción de los filósofos” de la
que habla Vernant, esa “lógica de la binaridad, del sí o no”. Pondría de
manifiesto pues, quizás, esa lógica distinta de la lógica del logos”, La Khora
no es “sensible”, ni “inteligible”, pertenece a un “tercer género” (triton genos, 48e, 52a).”
Es decir que Khora;
que en el lenguaje originario significa lugar, sitio, emplazamiento, región,
comarca, pero también Polis, determina tanto en la dimensión de la estrategia,
del territorio, como en las tácticas materiales y sensuales, en las sensaciones
que generan las tramas densas de sus arquitecturas. Khora es triton genos, el
tercer género. Nada más parecido a lo que proponemos como Arquitectura
Infraestructural Habitacional.
La Arquitectura
Infraestructural Habitacional, no responde, exclusivamente, a un proyecto de la
dimensión urbana o de la dimensión arquitectónica, responde, como Khora, a un
proyecto de carácter híbrido, entre lo inmutable de sus materializaciones
estructurales y lo corruptible de sus sub-organizaciones internas.
Khora está,
según Platón, entre la nodriza y la madre. Madre en latín es matrix, de donde
viene matriz. El entramado infraestructural es una matriz, matriz que, ahora
con Marx, es la base material de la sociedad industrial moderna. De la misma
manera, la Arquitectura Infraestructural Habitacional que hemos presentado acá,
en la forma de unos primeros sentidos intelectuales y prefigurativos, se
revelará como el sitio para las futuras determinaciones
de los ámbitos humanos, sin ser por esto,
infraestructuras determinadas de una vez y para siempre, sino puro devenir.
5. AGRADECIMIENTOS
A mi padre por su guía espiritual sin la cual esta tesis no existiría, a mi madre por su acompañamiento sin condiciones, a mi directora de tesis, la Dra.
Arqta. Liliana Giordano, y muy especialmente a mi mujer, Arq.Graciela
Elsztein, a mis hijas Sara y Julia, mi hermana Pilar y amistades del alma -Arq. Diego García Arrien en especial-.
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