Autor: Mg.Arq. Leandro Tomás Costa
LA ESCASEZ.
El desarrollo de la arquitectura moderna se ha
relacionado, históricamente, con las sucesivas revoluciones industriales. Ahora
nos encontramos en el umbral de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, y la
arquitectura, como corpus disciplinar, es requerida por solicitaciones y
finalidades impuestas desde los actores de poder; solicitaciones y finalidades
que requieren ser meditadas de manera urgente, en cuanto sus sentidos,
oportunidades y riesgos.
El economista y sociólogo norteamericano
Jeremy Rifkin y el economista alemán Klaus Schwab, son los teóricos de la nueva
revolución industrial. Rifkin propone la tercera, mientras Schwab conjetura la
cuarta. Ambos coinciden en ver en la Técnica una fuerza capaz de profundas
transformaciones sociales y de los ámbitos humanos. Rifkin define de manera
clara lo que una Revolución industrial es, en términos técnicos. Dice Rifkin:
“… de mis
investigaciones he deducido que las grandes revoluciones económicas de la
historia acontecen allí donde convergen unas nuevas tecnologías de la
comunicación con unos nuevos sistemas energéticos.”[1]
A partir de dicha convergencia es posible
fundamentar la génesis de verdaderas invenciones DE arquitectura, en cuanto
nodos (equipamientos arquitectónicos habitacionales, industriales, para el
transporte, etc.), vinculados por el florecimiento de las vías de comunicación
terrestres, aéreas, materiales e informacionales.
La historia advierte también, una relación
condicionante entre Revolución Industrial y la densificación de las metrópolis,
no solo con humanos, sino con objetos técnicos, como los llamó el filósofo
francés Gilbert Simondon, para quien ambos, humanos y entidades técnicas,
evolucionaron juntos desde el paleolítico a la actualidad. Nos indica
igualmente, acerca del crecimiento de la población humana mundial, a partir de
condiciones de vida mejores gracias a la Técnica, Técnica que Heidegger, quizás
su filosofo más relevante, llamó Moderna, una Técnica cuya esencia es,
precisamente, des-ocultar las energías presentes en la naturaleza (incluyendo
la humana), es decir, disponerlas para la industria y la economía mundial.
Para el filósofo alemán Peter Sloterdijk ,
quien continúa críticamente el pensamiento de Heidegger, la Técnica Moderna es,
asimismo, una ideología de la producción no reproductiva, es decir del consumo
de materias no renovables y de la transformación progresiva de las renovables,
en no renovables. Esa ideología, según
Sloterdijk, se traslada, en esta era de la globalización, la información y el
consumo individuales, a los modos de habitar de las poblaciones metropolitanas,
como instrucciones de comportamiento social, sin socialización, afectando tanto
a las comunidades por fuera de la sociedad del consumo y sus espacialidades,
como a los que creen imperar en dicha sociedad y espacios.
Slotedijk concibe una teoría que denomina
antropotécnica, como aquella política ancestral y compleja, de la generación de
islas humano-técnicas para la incubación biológica y cultural de los humanos,
por los humanos, en hábitats integrales. Aquellos hábitats antropotécnicos,
requieren hoy, más que ayer, de entidades técnicas complejas, abúndate cantidad
de materias primas y energía, por eso cuando Sloterdijk define a nuestro
momento histórico como el umbral de la era Post-fósil[2],
es decir de la escasez del petróleo como fundamento material de la sociedad de
consumo, reclama un urgente desarrollo tecnológico, para nuevas instancias de
abundancia, que garanticen la supervivencia de la población humana en el
planeta.
ABUNDANCIA.
La teoría de la Tercera Revolución Industrial es una propuesta
para un mundo en crisis por la escasez de petróleo y los desastres
socio-ambientales, que deberá ser rescatado por las tecnologías cibernéticas
gestionadas en red, las tecnologías para la producción de energías renovables y
la fabricación digitalizada de bienes, en forma distribuida y colaborativa.
Rifkin solicita una Arquitectura, como nodos de una
infraestructura mundial, donde cada edificio se comporte como un soporte de
tecnologías para la producción de energía renovable. Esto haría de las
ciudades, entidades potencialmente autosuficientes, desde el punto de vista
energético, lo cual mejoraría, sensiblemente, los niveles de la llamada huella
ecológica.
Por su
parte, Klaus Schwab sostiene que nos encontramos en el inicio de una Cuarta
Revolución Industrial cualitativamente distinta de la Tercera Revolución Industrial,
aunque relacionada. De lo estudiado acerca de esta teoría interpretamos y
proponemos, que dicha diferencia estribaría en el desarrollo de la Inteligencia
Artificial, como un factor y actor, que acelera exponencialmente los
desarrollos técnicos, haciendo más eficiente, económica y compleja, a la
producción industrial.
Para
Schwab, la Cuarta Revolución Industrial se caracteriza por disrupciones
continúas debidas a la interacción de los mundos físico, digital y biológico, a
través de la generación de información. Dichos desarrollos tecnológicos
devienen metamorfosis radicales del mundo, que tornan inciertas a las
condicionantes del proyecto arquitectónico, por lo que Schwab solicita una
Arquitectura de alta densidad y concentración, que, haga lugar a dicha
incertidumbre, mediante configuraciones de los ámbitos que le permitan mutar en
el tiempo.
EL PELIGRO.
Tanto
Rifkin como Schwab coinciden en un pronóstico según el cual es probable un aumento
de la Superpoblación mundial como efecto de la expansión económica de la nueva
revolución industrial.
Para Rifkin, la
abundancia en la Tercera Revolución Industrial requiere de recursos de todo
tipo. Algunos, como la energía solar, son recursos renovables relativamente
fáciles de conseguir, otros, como los alimentos, el agua, y el espacio
habitable, dejan de serlo ante el fenómeno de la Superpoblación.
Por su parte, Klaus Schwab, considera que la Superpoblación se vinculará
además con el problema del envejecimiento creciente de la población mundial, es
decir de la longevidad extendida debido a los desarrollos biotecnológicos.
En 1968,
el biólogo y demógrafo norteamericano Paul Ehrlich, desarrolló una teoría y una
fórmula (I= PAT) para medir el vínculo entre Superpoblación, Tecnología, y el
Impacto sobre el Ambiente, en su libro “La Explosión Demográfica”, cuya tesis
sostiene que la Superpoblación es el origen del gran problema ecológico
planetario, solo resoluble mediante un control mundial de la natalidad, idea
aún vigente en los círculos de poder mundial, que iguala, sostenemos,
injustamente, responsabilidades entre los pueblos ricos y pobres del mundo.
La
ecuación, I (Impacto)= P (Población) x R (Riqueza) x T (Tecnología) demuestra,
según Ehrlich, que la población y el control de natalidad es la clave para el
problema de la Superpoblación, pues, aunque mejoren circunstancialmente los
coeficientes de Riqueza y Tecnología, con una Población Mundial en crecimiento exponencial,
el impacto sobre el ambiente planetario y su suelo, seguirían la misma
trayectoria.
Un sentido
común nos dice que, a mayor densidad, mayor Superpoblación, sin embargo,
Ehrlich, diferencia claramente ambos conceptos. Superpoblación sería la
relación entre el número de personas que habitan una zona, con la Capacidad de
Carga de dicha zona, es decir la disposición de un ambiente y sus dominios
asociados, para admitir las actividades del grupo humano que lo habita. Una
ciudad como New York, con alta densidad promedio y gran consumo de toda clase
de materias y energías, puede no tener Superpoblación, aunque sin dudas potencia
el efecto de Superpoblación en numerosas regiones del mundo, más allá de las
fronteras nacionales.
Ehrlich,
representa a las ciudades como ineficientes e insalubres terminales de consumo
energético y materias primas, pero ¿Qué sucedería si pudiésemos densificar a
las ciudades y resignificarlas como hábitats integrales auto-suficientes, es
decir capaces de producir y reciclar sus propias energías y materiales? ¿Cómo
deberían ser las cualidades de las infraestructuras arquitectónicas
habitacionales, que tanto Rifkin y Schwab, como Peter Sloterdijk solicitan,
para que dicho hábitat integral se distribuya equitativamente y con justicia
social entre las poblaciones? ¿Cómo podría la Tercera y Cuarta Revolución
Industrial, en cuanto nuevo modo de producción, contribuir al desarrollo de una
nueva arquitectura y una nueva política de la arquitectura en el sentido de las
preguntas anteriores?
LOS LIMITES.
A partir del estudio de las teorías de la
Tercera y Cuarta Revolución Industrial surge, como información significativa el
problema de la Superpoblación, por lo tanto resumimos lo que sigue: El límite y riesgo de la Tercera y Cuarta
Revolución Industrial, como nuevo período de crecimiento económico mundial y
poblacional, es la Superpoblación y sus potenciales efectos ecológicos y
sociales colaterales, dado el contexto de una sociedad de consumo globalizada
que tiende a la concentración de la riqueza y a la exclusión de las masas
poblacionales que se encuentran por
fuera de dicha sociedad.
Por lo tanto, proponemos el siguiente enunciado
de investigación y proyecto: El límite a
la Superpoblación, la sobre explotación del suelo terrestre y la exclusión
socio-espacial, como efectos del desarrollo de la Tercera y Cuarta Revolución
Industrial, es la ciudad densificada y resignificada, como un Hábitat Integral autosuficiente
mediante una arquitectura infraestructural habitacional ,producto también de
los avances de dicha nueva revolución industrial, que permita replicar las
potencialidades del suelo y la cultura, mediante la distribución, con justicia
social, del hábitat, las energías y la materia.
IMPORTANTE I: Este escrito es un resumen preliminar del estado del arte correspondiente a mi Tesis Doctoral: Una Revolución Espacial. Arquitectura Infraestructural Habitacional para la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.
IMPORTANTE I: Este escrito es un resumen preliminar del estado del arte correspondiente a mi Tesis Doctoral: Una Revolución Espacial. Arquitectura Infraestructural Habitacional para la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.
IMPORTANTE II: Este texto fue presentado (en versión del idioma inglés) y, lamentablemente, rechazado por las autoridades del SIGRADII, para el Congreso de 2019. Queda totalmente prohibida la reproducción, copia y plagio de las ideas aquí relacionadas, desarrolladas y construidas.
[1] Rifkin, J. (2011). La
Tercera Revolución Industrial. Buenos Aires: Paidós. Pág.:14
[2] Sloterdijk,
P. (2007). En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la
globalización. Madrid: Siruela.
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