martes, 5 de noviembre de 2019

Un Hábitat Integral. Una Arquitectura Replicante

  
SUB-TÍTULO: Arquitectura Infraestructural Habitacional para la Tercera y Cuarta Revolución Industrial como Nuevo Régimen Técnico.

AUTOR: Mg. Arq. Leandro Tomás Costa – Investigador UBA/FADU. –
DIRECTORA: Dra. Arq. Liliana Giordano


1. RESUMEN:
“… es el rizoma, o red infinita, donde cada punto puede conectarse con todos los restantes puntos y la sucesión de las conexiones no tiene término teórico, dado que ya no hay exterior o un interior: en otras palabras, el rizoma puede extenderse al infinito.”
De Umberto Eco sobre el Laberinto Rizomático[2].

La tercera y cuarta revolución industrial constituye un nuevo régimen técnico que se inscribe en la historia de la cibernética; en el devenir espacial de las infraestructuras físicas, metafísicas, e informacionales que, como el laberinto rizomático de Umberto Eco, nos sitúa en el interior radical de un mundo infraestructural. Si, en términos heideggerianos, el ser en el mundo moderno era un ser en las estructuras, el sujeto contemporáneo sería, entendemos, un ser en las infraestructuras, un sujeto de las redes cibernéticas, o sujeto por las mismas.

Una arquitectura del mundo infraestructural tiende a la escala territorial, y el sujeto, a la dimensión de la población.

Actualmente, dada una creciente superpoblación mundial, se necesita una vez y media[3] la superficie del planeta tierra como condición material y espacial para el reproducción de la vida humana y su cultura técnica. Esto, a la vista del proyecto de una futura arquitectura de alcance planetario, nos aproxima una propuesta clara, la producción, o, mejor dicho, la replicación artificial del poder generativo del suelo planetario posibilitado por una arquitectura infraestructural habitacional que aloje, especialmente en la dimensión tridimensional de las urbes, a una creciente población y su civilización, en hábitats integrales, heterogéneos y profusos en lugares para la exploración de nuevas prácticas sociales liberadoras.

La correspondiente Investigación sostiene, por lo tanto, que ahí donde se encuentra el peligro de un mundo infraestructural, se encuentra, potencialmente, el proyecto de una nueva genealogía arquitectónica que nos permitiría tornarlo habitable.

Relevancia.

Esta nueva revolución industrial significa una gran oportunidad para el desarrollo económico, social y ambiental de Latinoamérica. La tercera y cuarta revolución industrial, en cuanto nuevo régimen técnico, propone una nueva abundancia, energética, digital, física y biológica, que podría sacar de la pobreza a vastas regiones paupérrimas del planeta, siempre y cuando, dicha revolución adquiera el carácter distribuido y colaborativo que debería caracterizarla.

2. DE LOS SENTIDOS AL PROYECTO. UN POSICIONAMIENTO.

“Pensar en el significado de una práctica implica su consideración integral, atender al orden del sentido que cobra como totalidad.”[4]
Roberto Doberti. Espacialidades

Una investigación en el campo académico debe, sin dudas, tener un sentido.
En el marco de una investigación sobre el proyecto arquitectónico, sin embargo, tal sentido deberá desplegarse según dos vertientes en mutua correspondencia. Esto es, la vertiente de la significación estratégica del Sentido, en cuanto dirección lógica de la investigación; y la vertiente fenoménico-táctica, atenta a las experiencias de los sentidos y a los futuros enunciados del campo estético.

Ambas vertientes del sentido se relacionan poieticamente a través del Proyecto.
El proyecto es aquel saber-hacer que, como también propone el filósofo Peter Sloterdijk, acompaña al ser humano desde el inicio de su aventura sobre la faz del Planeta Tierra. El Proyecto, en cuanto su carácter general de anticipación e hipótesis fue, además, un probable componente de la actividad Teórica primordial del ser humano.

Imaginemos un cazador primitivo que proyecta una piedra, u alguna otra arma, a un animal que, al ser cazado, se transforma en alimento para la horda. Luego, este humano primitivo, héroe cazador de dicha horda, buscará perfeccionar la técnica por medio de instrumentos de caza que le permitan una mayor distancia al blanco, sin pérdida de eficacia, es decir que simultáneamente se encontrará a mayor distancia del blanco, pero más cercano a la finalidad de la caza en sí.

Si se trata de un animal en movimiento, el cazador, el héroe, deberá percibir y estudiar el territorio, y anticipar los desplazamientos, oscilaciones, y cambios de humor de la bestia. Un primer lanzamiento de ataque errado puede despertar el ánimo agresivo de determinados animales, poniendo en peligro al cazador. La prudencia, una virtud destacada por Aristóteles, forma parte de los principios para el establecimiento de una distancia prudencial al fin intrínseco, el fin interno del cazador, es decir la caza.

Para los antiguos griegos, Artemisa, una de las diosas más antiguas del panteón, es la tutora del saber cazar, así como del instrumental mítico del arco y la flecha, instrumental que le fue provisto a su responsabilidad por Hefestos, dios de la industria. Así el proyectar, en cuanto arrojar una potencia-poder hacia delante en el espacio y el tiempo, y la industria, se constituyen como una práctica asociada fundamental para la vida humana en sociedad.

La caza es el fin interno del cazador, en cuanto el cazador es definido como una causa eficiente de la técnica correspondiente al cazar. Vista así, esta práctica tiene, en términos heideggerianos, una adecuación “a la mano”, una adecuación a los aspectos tácticos en cuanto ordenación atenta al campo, a los pormenores materiales, espaciales y temporales más directos de la relación entre los actores, en nuestro ejemplo, el cazador y su presa.

Si la caza es la finalidad interna al cazador, su razón de ser, es también la práctica que le permite ser nombrado en la horda. Se trata de: “El Cazador de la Tribu”. En tal sentido, el cazar será una práctica fundamental a la sociedad que constituye la horda, por lo tanto, el cazar formará parte de una sociedad en cuanto practica social, y como tal participará de un entramado de finalidades más amplias y estratégicas. Volviendo a Heidegger, es una práctica “Ante los ojos”, es decir, mediada por una visión planificada a distancia, en el centro espacial y simbólico de la tribu, externa a la interioridad técnica del cazar, y del cazador. Los objetivos de la estrategia, siguiendo con nuestro ejemplo, serán la provisión a la horda, en tiempo y forma, de alimento y pieles para la confección de abrigos y tiendas de campaña. Estos objetivos constituyen, las finalidades externas del cazador.

Así, provisto de finalidades externas, las solicitaciones de la horda, y de finalidades internas, como aquellas más propias de la técnica del cazar, nos encontramos con el cazador en el momento cúlmine, en el instante de dar fin a sus fines. En el nivel estratégico de las decisiones, el consejo de la tribu traza y proyecta la acción del cazador en una primera instancia. Acto seguido, con el cazador en el territorio que le corresponde como tal y ante el blanco de su accionar, se apresta al proyecto en cuanto consumación de una táctica especifica. Anticipa entonces el movimiento final de la bestia proyectando el arma, previa rápida y breve teoría de la ubicación futura del impacto del arma en el cuerpo del animal. La comprobación es instantánea. La presa cae. El cazador exhala y relaja sus músculos. El fin refuerza su lugar en el concierto de las prácticas sociales de la horda.

Con el fin de la práctica del cazador, tiene su fin la estrategia correspondiente trazada en una primera instancia.  Se comprueba, tanto en el nivel táctico como en el estratégico de esta historia, la cualidad des-alejante del proyectar humano. El gobernante que solicita y el cazador que caza se acercan, manteniendo una relativa distancia del animal a ser cazado. El proyectar la caza y el proyectar el arma sobre el animal, requieren de un pensar el objeto del cazar, es decir el animal. En este sentido, el proyecto es una práctica que, manteniendo una distancia espacial y temporal, des-aleja.

Milenios pasan y la horda deviene población de una incipiente ciudad estado de la era agraria. El cazador, emplazado en los bordes de la ciudad, deviene agricultor que proyecta las semillas sobre una tierra estratégicamente seleccionada por los gobernantes. El cultivo se transforma también en alimento. El plan productivo del gobernante, el proyectar las semillas del agricultor como producción, alimenta los trazados comerciales y materiales de todo tipo. Dichos trazados se pueden dibujar y codificar, para controlar el traslado y posterior almacenamiento de las mercancías. Los alimentos cosechados se pueden almacenar, para posterior reparto entre hombres y dioses, en edificaciones progresivamente más sofisticadas y significativas. Dichas edificaciones son estructuras que ordenan el pensamiento.

El proyectar, en todas sus dimensiones y escala, transforma y da forma a una cultura, a un mundo. El ser humano es un ser del proyecto. Lo es hoy y lo será en un futuro. El proyectar es lo más semejante a nuestro destino.

2.1 DEL SENTIDO SEGÚN LOS FINES.

“…la arquitectura está condicionada por la existencia de fines o finalidades externas llamadas así por provenir de la sociedad. Pero existen otras finalidades: son las que llamamos fines internos al cuerpo del saber disciplinar, por provenir de exigencias o requerimientos internos a la disciplina.”[5]Jorge Sarquis, Itinerarios de Proyecto.

Una investigación proyectual tendrá entonces una relación determinante con unos fines externos y unos internos; los primeros serán del orden estratégico, y estarán definidos por las solicitaciones, que, desde la sociedad, se proyectan hacia la disciplina. Los fines internos, por su parte, serán las interiorizaciones, interpretaciones, réplicas y transformaciones de dichas solicitaciones, en términos de lo desarrollos teóricos, metodológicos y técnicos, apropiados al proyecto de la arquitectura.

En el plano de los fines externos, esta investigación se propone, en una primera instancia, rastrear la condicionalidad entre el proyecto de la arquitectura y lo que llamamos el nuevo régimen técnico[6], es decir la tercera revolución industrial y la cuarta revolución industrial, como fenómenos que forman parte de la historia general de la cibernética.

La investigación correspondiente, parte de una conjetura según la cual la arquitectura, y su proyecto, son condiciones para toda revolución industrial y, por lo tanto, lo son también para el desarrollo pleno de la tercera y cuarta revolución industrial.

Ante esta nueva revolución industrial, observando el devenir de las dos primeras, cabe preguntarse ¿qué problemas y desafíos implicará para las sociedades humanas? ¿de qué manera condicionará a la arquitectura y su proyecto? Pero más importante aún en función de la conjetura que da inicio a esta investigación ¿De qué manera deberá condicionar la arquitectura y su proyecto, a la revolución industrial, para que esta no se constituya como una nueva modalidad de explotación del planeta, y de las poblaciones humanas?

Para determinar los fines y sus derivaciones, es fundamental plantear al contexto y su genealogía.

3. DEL CONTEXTO Y LAS FINALIDADES.

Para Heiddegger, la esencia de la técnica moderna, su discurso y su destino compartido con la metafísica, es la explotación del planeta por un ser humano que se vanagloria de sí mismo, como dueño y señor de la Tierra. La Técnica de la Era Industrial des-oculta entidades, las trae a la vista y a la mano, ya no como la Tejné de los antiguos griegos, que hacía de la Poiesis una actividad para el des-ocultamiento de la verdad, sino que el desocultar moderno extrae las energías y riquezas presentes en la tierra, tornándolas en bienes intercambiables en términos económicos.

La sobre-explotación de la Tierra por parte de la técnica moderna, deviene crisis ecológica y económica, es decir una crisis Ambiental, una crisis del ámbito humano.

Cuando nos informan sobre una crisis Ambiental terminal, un cambio climático catastrófico ¿Qué nos imaginamos? O más bien, ¿que nos muestran? ¿Qué imágenes del mundo nos muestran, por ejemplo, los medios de comunicación? Un desierto donde había un bosque, un polo norte derritiéndose, icebergs a la deriva, glaciares que disminuyen su tamaño, mega-urbes con aires irrespirables, centrales nucleares a punto del colapso, poblaciones de animales en extinción, agua potable en extinción, poblaciones humanas en extinción, culturas en extinción, etc., etc.

Una crisis ambiental es entonces una crisis del ambiente integral donde habita el ser humano. Desde hace más de doscientos años, el mundo dominante, el ambiente integral del ser humano contemporáneo, es el mundo de la era industrial, producto de la historia de sus revoluciones técnicas y económicas, las revoluciones industriales; revoluciones que se fundan en la búsqueda constante de una abundancia de los recursos, las producciones y los consumos.

3.1. UNA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

Las revoluciones industriales, según Jeremy Rifkin, se inician cuando y donde confluyen unas nuevas tecnologías de la comunicación con unos nuevos sistemas energéticos. Así la primera revolución industrial, se inicia en la Europa del siglo XVII, con la introducción de la máquina de vapor aplicada a las imprentas y la industria textil en Inglaterra y Europa.

La imprenta rotativa a vapor, revolucionó la divulgación de libros con textos de todo tipo, impresos a mayor velocidad y a un coste menor. El gran despliegue de esta tecnología posibilitó la primera política alfabetizadora masiva de escala continental, sentando las bases para el surgimiento de la escolarización pública, entre mediados y fines del siglo XIX. Esto permitió disponer de poblaciones preparadas, educadas y disciplinadas para el desarrollo de una Era Industrial motorizada por el ferrocarril, a su vez alimentado a carbón y propulsado a vapor.

Con la máquina a vapor, y los abundantes recursos de carbón, nace el capitalismo realmente moderno y la búsqueda de la velocidad en el transporte y la comunicación para la competencia comercial de gran escala, entre las potencias industriales emergentes. La investigación tecnológica, racional y empírica de nuevas máquinas más veloces, prepara el camino para la segunda revolución industrial.

3.1.1. La Urbe de la Primera Revolución Industrial. Una nueva topología central.

La primera revolución industrial es también una revolución urbana. La ciudad se transforma en urbe moderna sin fortificación, la cual atrae, mediante la infraestructura de los ferrocarriles y las modernas líneas marítimas, a las materias primas, y también, y fundamentalmente, a las poblaciones Rurales, para ser trasformadas en maquinarias de la producción industrial. La urbe moderna es el nuevo centro unívoco del poder mundial.

Se originan también las infraestructuras sanitarias urbanas de la modernidad ingenieril iluminista y positivista, sin las cuales la urbe moderna no habría existido. Las infraestructuras son las nuevas arquitecturas invisibles que permiten el desarrollo moderno.

3.1.2. La Primera Revolución Industrial y la Arquitectura.

La arquitectura de la primera revolución industrial es la arquitectura de la ilustración avanzada, la arquitectura de las grandes máquinas, por eso la arquitectura por excelencia de la primera revolución industrial, es la arquitectura que aloja máquinas, principalmente de la Industria y el ferrocarril; es decir las fábricas modernas, y las naves de acero y vidrio de las grandes estaciones de ferrocarril, las arquitecturas modélicas proyectadas por el nuevo arquitecto de la era industrial, el ingeniero.

De la inventiva proyectual de la ingeniería moderna, surgen verdaderos manifiestos arquitectónicos. Podemos nombrar dos de especial interés, el Cristal Palace de Joseph Paxton, construido en el Hyde Park de Londres para la Gran Exposición del año 1851, y el Paláis des Machines, del arquitecto Ferdinand Dutert, construido en París, para la Gran Exposición Universal del año 1889.
CRISTAL PALACE                                                                                                                                                                                                                                            .   PALAIS DES MACHINES
El actual interés filosófico por el Cristal Palace se lo debemos, a lo planteado por Peter Sloterdijk quien encuentra en la idea de un invernadero total, algo así como un Arca de Noé contemporánea, una solución para el hábitat humano, dada la destrucción actual del planeta.
Por su parte, el Palais des Machines, se concibió como alojamiento de máquinas para ser expuesta en la Exposición Universal de 1889. La técnica ingenieril y arquitectónica de las grandes estaciones centrales de ferrocarril, como la gran estación King´s Cross en Londres, de 1852, se ve resignificada como futura casa para máquinas, el edificio industrial avanzado, que redeado de los nuevos barrios de habitación obrera, convertirían a las ciudades, en territorios de producción de máquinas, y la incubación cultural de la clase proletaria.

Es la economía de la industria moderna la que comienza determinando los principios estéticos de la arquitectura contemporánea, pero la arquitectura y su proyecto devuelven nuevos ámbitos habitables sin los cuales la industria no hubiese podido desarrollarse. El arquitecto se ve condicionado a su vez por la ingeniería y las normas que se desprenden de la actividad productiva de la misma. Hacia fines del siglo XIX surgirá una síntesis del arquitecto y el ingeniero, el arquitecto moderno.


3.1.3. El sujeto de la Primera Revolución Industrial.

La primera revolución industrial nace por obra del poder burgués, pero el obrero industrial será la figura emergente fundamental en términos de la dimensión poblacional. El obrero industrial será, en definitiva, la figura política de la nueva era de la máquina; y la máquina, el objeto técnico, el gemelo evolutivo, que lo acompañará en el nuevo entorno humano.

3.2. LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

En los albores del siglo XX, a la invención de la electricidad y sus tecnologías de producción y comunicación se une el desarrollo del motor de combustión interna alimentado en base al petróleo, la nueva materia prima para la producción de la energía industrial. Esta nueva convergencia da origen a la segunda revolución industrial.

La producción masiva, posibilitada por las nuevas tecnologías de fabricación modernas, tendrían en el automóvil el objeto técnico fundamental para un nuevo despliegue económico planetario, siendo en los Estados Unidos, la naciente potencia mundial, donde se originaría esta revolución técnica, posibilitada también por nuevas redes de rutas, tanto para el transporte automotor, como aéreas para la incipiente técnica de la aviación.
La cadena de producción fordista pasaría a simbolizar el nuevo desarrollo ideal de una sociedad maquinista y el petróleo será, desde entonces, el oro negro que ambicionarán todas las potencias mundiales hasta la actualidad.

En el inicio de la segunda revolución industrial se consideró al petróleo como un recurso infinito; aun así, la desesperación de las potencias mundiales por adquirir mayores cantidades de este recurso contribuyó a propiciar beligerancias de gran escala, como la Primera y Segunda Guerra mundial. Pasada la Segunda Guerra Mundial, la producción mundial de petróleo se disparó aceleradamente hasta un primer parate productivo importante a nivel mundial con la crisis del petróleo del año 1973.

Para entonces, varios estudios advertían sobre un cercano punto máximo de inflexión en la producción de petróleo, cercano al año 1970. Alrededor de dicho año, la disponibilidad de petróleo empezaría a decaer hasta agotarse irremediablemente.

Sin embargo, el uso del petróleo en la producción industrial se profundizó, paradójicamente, con la crisis del petróleo. Antes de la crisis del petróleo los objetos industriales eran mayoritariamente metálicos, pero para producirlos hacia falta mucha energía la cual se producía en base a petróleo. Por lo tanto, ante una primera escasez del mismo, los responsables de la Industria manufacturera mundial decidieron optimizar la economía del petróleo, basando la producción de todo tipo de objetos, en material plástico de origen fósil, ahorrando de esta manera tiempo, material y energía.

Así es que la sociedad de la segunda revolución industrial se convirtió en una sociedad del petróleo, material que se encuentra en prácticamente todo objeto que nos rodea actualmente.

También a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, y como desarrollos militares relativos a dicha contienda, nace la cibernética; ciencia interdisciplinaria que, no solo estudia, sino que proyecta entornos o sistemas de control de la energía y la información.

Como vemos la energía, y su control, es una parte clave de esta historia, aunque no su única clave. Las otras tres claves son el espacio, el tiempo y la población humana, sin olvidar que si hablamos de energía hablamos también de materia y forma.

3.2.1. La Urbe de la Segunda Revolución Industrial. Una nueva topología multicéntrica y el devenir Rizoma.

La urbe de este período glorifica la verticalidad y lo aéreo, aunque también el desplazamiento automotriz por gigantescas estructuras viales en red. Es la urbe de las infraestructuras visibles e invisibles. El centro mantiene su reinado hasta el nacimiento de la cibernética, pero con el surgimiento de los sistemas complejos en red, productivos, habitacionales y también informacionales, la ciudad comienza a multiplicar sus centros. El centro mantiene su importancia, pero de manera relativa a otros centros asociados de menor importancia. La extensión de las urbes parece inevitable, lo mismo que la decadencia de la segunda revolución industrial; su devenir basura, como muy bien interpreto Rem Koolhass en espacio chatarra[7].

3.2.2. La Segunda Revolución Industrial y la Arquitectura.

La arquitectura de la segunda revolución industrial, es la arquitectura de la era de los combustibles fósiles, más precisamente del petróleo y sus derivados. Es la arquitectura relativa al automóvil y su incidencia en la cultura urbana. Es también la arquitectura afectada por las redes telefónicas, las redes del intercambio aéreo, de la producción en masa de todo tipo de productos, de los grandes ámbitos de trabajo, de la vida en altura, de los nodos en los cruces de las infraestructuras viales modernas. Es la arquitectura del estilo internacional, Es la arquitectura de la globalización y de los grandes comercios. La arquitectura de los entornos climatizados mediante máquinas. Es la arquitectura de la primera cibernética.

En esta era de la técnica, afloran las primeras arquitecturas modernas en Latinoamérica. El apóstol de la buena nueva fue, sin dudas, Le Corbusier, quien en 1929 desarrolla un viaje por Argentina, Brasil y Uruguay; gran parte en avión, y queda maravillado con el salvaje paisaje de Sudamérica. A partir de este viaje, Le Corbusier da una serie de conferencias, escribe y publica su libro Precisiones donde presenta su idea de una ‘Ciudad de los Negocios’ para Buenos Aires que, sostenemos, se trata del primer proyecto de una arquitectura infraestructural de alcance territorial.

El ejemplo de una arquitectura del mundo industrial, en la era de su segunda revolución industrial, se condensa en el edificio de la FIAT en Turin, del arquitecto Giacomo Mattè-Trucco. El edificio se organiza como una espiral que interconecta topológica y topográficamente, los diversos ámbitos y sectores de ensamble de los modelos de FIAT, para finalmente, en la cubierta de este gigantesco edificio, disponer de una pista de pruebas para los vehículos nuevos. Este edificio, que parte de una infraestructura urbano-productiva, se puede interpretar como un vórtice, un nudo en la línea de producción-comercialización del imperio FIAT, una proclama acerca de la ciudad y la arquitectura contemporánea en la era de la máquina y la velocidad.

Hacia el cambio de siglo, del interior de la ciudad fordista norteamericana, surge lo que Rem Koolhaas denominó, la ‘ciudad genérica[8]’, la ciudad rizoma que tendría en Los Angeles, la ciudad de las infinitas redes de autopistas y los equipamientos comerciales de gran porte, el modelo para el mundo de la globalización capitalista.

En este entorno de la ciudad genérica, crece la basura, verdadero problema filosófico de la contemporaneidad. Koolhaas denomina espacio chatarra a una arquitectura del tardocapitalismo, caracterizada por su delgadez material y de significación. El shopping center y los aeropuertos, son ejemplos de la espacialidad chatarra, dada su cualidad de nunca estar terminados, su potencial capacidad para convertirse en chatarra cada año, la capacidad de convertirse en medios para la propaganda del consumo y el desperdicio.

Este período, el del final de la segunda revolución industrial, lega en marcha un mundo de infraestructuras físicas y metafísicas, un mundo de la cibernética, una era de la información. También un transforma al planeta, cuyo delgado estrato habitable se ve condicionado por los desechos y los abusos debidos a las actividades de las sociedades industrializadas, sociedades cuyos habitantes dependen de la industria para sobrevivir.

3.2.3. El sujeto de la Segunda Revolución Industrial.

El habitante de las aglomeraciones urbanas modernas conforma la masa poblacional que moviliza a la industria a través de la producción y el consumo.

Si el sujeto emergente de la primera revolución industrial fue el obrero industrial, y su práctica consistió en el formar parte de una producción; el sujeto de la segunda revolución industrial cierra el círculo y se establece como masa de consumidores, como población dispuesta a satisfacer sus expectativas materiales y espirituales consumiendo un mundo de objetos tecnificados.

Así, la modernidad líquida, diría Zygmunt Bauman, mide a las sociedades humanas contemporáneas por su capacidad y cualidad de consumo.

“Una ´sociedad de consumidores´ no es sólo la suma total de dichos consumidores; es una totalidad que, como diría Émile Durkheim, es ‘mayor que la suma de sus partes’. Se trata de una sociedad que (empleando una antigua noción que llegó a hacerse popular en cierto momento por influencia de Althusser) ‘interpela’ a sus miembros fundamentalmente (o, quizás, exclusivamente) en cuanto consumidores, y que juzga y evalúa a sus miembros, sobre todo, por sus capacidades y su conducta en relación al consumo.” [9]

Si bien Latinoamérica y las regiones económicamente subdesarrolladas tienen un acceso limitado al consumo industrial, no dejan de pertenecer a dicha sociedad en la forma, no de una capacidad de consumo, sino de la incapacidad de consumo.

El planeta es el mercado de una sociedad que lo consume, lo devora y lo destruye. Esta situación es terminal, pudiéndose extender temporalmente su existencia por unas décadas, pero no de manera indefinida. Es la sociedad de consumo la que está encontrando su límite catastrófico, e inevitable.

3.3 LA TERCERA Y CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

3.3.1. El instante previo. Un período de escasez.

La perspectiva de un final en la disponibilidad de petróleo, material sobre el que se basa la sociedad contemporánea de la segunda revolución industrial, ha desatado un verdadero pánico y toda una serie de conflictos ambientales, económicos, sociales, políticos y militares. A su vez, la industria en base al petróleo se inscribe en esa técnica moderna de la sobre explotación de los recursos no renovables del planeta. El filósofo Peter Sloterdijk llama a esta sociedad; ‘sociedad de la producción no regenerativa’ y a su naciente era; la era ‘post-fósil’, una era donde la escasez resurge como un fantasma que atemoriza, principalmente a las sociedades de consumo, las cuales comienzan un derrotero esquizofrénico de movidas geo estratégicas para garantizar esos 50 o 70 años más de petróleo antes de que se torne imposible, por los enormes costos, su extracción.

El planeta se ha visto devastado por el desarrollo de una segunda revolución industrial imparable. La población mundial continúa creciendo, así como el consumo de productos industriales, lo que empuja la huella ecológica planetaria al punto de no retorno a niveles de sustentabilidad y resiliencia Ambiental.
En este contexto desalentador, el pesimismo golpea, por no decir que deja fuera de combate a todo optimista que se precie. La emergencia de una era post-fósil, es decir de la escasez del petróleo como fundamento material de la sociedad de consumo, reclama un urgente desarrollo tecnológico para nuevas instancias de abundancia material, energética y alimentaria que garanticen la supervivencia de la población humana en el planeta.
3.3.2. Una nueva abundancia.

Debemos aclarar que las revoluciones industriales se solapan, se combinan; así la primera Revolución Industrial coexistió, en cuanto revolución en su fase terminal, con el inicio de la segunda.
Hoy conviven tres revoluciones industriales en simultaneo. Por un lado, la segunda revolución industrial correspondiente a la fase de la producción de energía y materia industrial en base a los combustibles fósiles se encuentra en franca decadencia, pero aún vigente. Por otro lado, un nuevo poder lateral, una nueva topología revolucionaria, se gesta con la tercera y cuarta revolución industrial que proponen, de varias maneras, la sustitución del carácter energético y material de la segunda.

3.3.3. La Cibernética. Algo en común:

La tercera revolución industrial y la cuarta revolución industrial tienen en común su ascendencia en la Cibernética y su proyecto de un mundo bajo el control de tecnologías de la comunicación capaces de recibir y producir información.

Dada las veloces transformaciones tecnológicas y su carácter disruptivo, las revoluciones técnicas son cada vez más cercanas en el tiempo, dejando muy rápidamente obsoleta a toda numeración relativa a la Revolución Industrial (1ra, 2da, 3ra, etc.). Es fundamental el poder profundizar en lo que todas estas revoluciones tienen en común, para poder aportar una visión más amplia, al tiempo que específica, de su accionar en el mundo y su afectación a la disciplina del proyecto arquitectónico.

Ciertamente, toda revolución industrial que se precie tiene su metáfora. Si la metáfora de las dos primeras fue la de la estructura racionalizada, la funcionalidad de la máquina, la metáfora correspondiente a la tercera y cuarta revolución industrial es la infraestructura, las redes materiales e inmateriales, o líquidas, metáfora debida a Zygmunt Bauman.

No por casualidad Umberto Eco propone, en el prólogo de “El Libro de los Laberintos”, que nos encontramos sujetos a un laberinto rizomático que lo envuelve todo, un laberinto infraestructural sin centro, o con centros infinitos, una trama de múltiples direcciones que podríamos llamar cibernética.

Así, la infraestructura pasó de estar constituida por un tipo de información materializada analógica y jerárquicamente vertical, a una constitución también digital, desterritorializada y lateral, con puntos de intensidad variable y guerras intestinas que suelen llamarse económicas.

3.3.4. El sujeto de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.

La Cibernética contribuyó a la transformación del mundo en un mundo infraestructural, un mundo de redes y cuando decimos mundo de redes, podemos hablar de un sujeto de redes, o sujeto que habita infraestructuras. El sujeto de la tercera y cuarta revolución industrial consume, básicamente, información, sea esta material o digital, aunque, prontamente será capaz de producir su propia energía y sus propios bienes, gracias a la atomización de la producción industrial con las máquinas de impresión 3d y la robótica.

Se cumpliría, en el mejor de los futuros, aquello solicitado por el filósofo Gilbert Simondon respecto de la relación mediadora inter-máquinas del ser humano en la era de la cibernética.

3.3.5 LA TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL:

Desde la trama de un mundo en trance final, el de la segunda revolución industrial basado en los combustibles fósiles, pero fundamentalmente, desde el epicentro político y económico de dicha revolución industrial, los Estados Unidos de Norte-América, surge, como si de una profecía redentora se tratara, la propuesta, el proyecto de una tercera revolución industrial

El profeta es el economista, sociólogo y tecnólogo norteamericano Jeremy Rifkin.
Rifkin organiza su propuesta según la tradición pragmática de una lógica dialéctica del tipo problema-solución, donde el problema sería la falta futura de combustibles para la producción de energía y bienes industriales, y la solución se encontraría en las redes cibernéticas de comunicación, en infraestructuras de información como Internet, transformadas en medios distribuidos de intercambio de energía renovables.

La tercera revolución industrial, parte de la tesis fundamental de Rifkin que plantea lo siguiente: “…de mis investigaciones he deducido que las grandes revoluciones económicas de la historia acontecen allí donde convergen unas nuevas tecnologías de la comunicación con unos nuevos sistemas energéticos.”[10]

Como resultado de la convergencia entre unas nuevas tecnologías de comunicación con nuevos sistemas energéticos, derivan nuevas infraestructuras con capacidad evolutiva que se transforman con cada Revolución Industrial, siendo las tecnologías de comunicación el equivalente a un sistema nervioso que controla y distribuye las cantidades de energía correspondientes, para dotar a la economía de la producción industrial, de la vitalidad que necesita para su desarrollo.

La tercera revolución industrial de Rifkin propone una nueva abundancia energética, mediante la relación de las nuevas tecnologías de comunicación, como Internet con los sistemas de producción de energía renovable in-situ, esto es, en cada ámbito edilicio
 “En el siglo XXI, cientos de millones de seres humanos se generarán su propia energía verde en sus hogares, sus despachos y fábricas, y la compartirán entre sí a través de redes inteligentes de electricidad distribuida (una especie de inter-red de suministro) del mismo modo que ahora crean su propia información y la comparten por internet.”[11]

3.3.6. La Urbe de la Tercera Revolución Industrial. Una Estrategia de la Cibernética.

“Las ordenes mediante las cuales regulamos nuestro Ambiente son una especie de información que le impartimos. Como cualquier otra clase de informe, están sometidas a deformaciones al pasar de un ente a otro. Generalmente llegan en una forma menos coherente y, desde luego, no más coherente que la de partida. En las comunicaciones y en la regulación luchamos siempre contra la tendencia de la naturaleza a degradar lo organizado y a destruir lo que tiene sentido, la misma tendencia de la entropía a aumentar, como demostró Gibbs.”[12]

Como ya mencionamos, la tercera revolución industrial (TRI) se inscribe en la historia de una Cibernética que deviene ámbito de las redes. En este sentido la TRI, es una revolución que, si bien se relaciona con la era de la máquina, la trasciende y se acerca más a la idea de Gilbert Simondon de mundo configurado según Conjuntos Técnicos, es decir, espacialidades técnicas totales de asociaciones humano-maquínicas. Ya no la máquina como objeto más o menos sensible, sino una máquina cibernético-espacial.

Recordemos que la teoría originaria de la cibernética se la debemos al matemático y filósofo norteamericano Norbert Wiener. El término Cibernética viene del griego Kubertnetes (timón) o mejor, de Kibernetikos, que significa piloto o gobernante de un barco.

La Cibernética nace en los Estados Unidos, en el ámbito académico y militar de la Segunda Guerra Mundial, como el desarrollo de sistemas de control para las máquinas de cálculo de los dispositivos balísticos de guerra, las máquinas industriales y de los sistemas de producción de energía. En un inicio se trató de una teoría de los mensajes aplicado a la ingeniería de las máquinas, y al estudio de los organismos vivos, es decir que la cibernética unifica dos mundos en uno, el natural y el artificial, pasando a teorizar un nuevo contexto más complejo.

En la teoría de los mensajes, Wiener pretende fundar una ciencia de la comunicación entre los humanos, de los humanos con las máquinas, y de las maquinas entre sí.
Como desarrollo tecno-científico, la cibernética tiene por objetivo el generar lógicas para el control cualitativo y cuantitativo de los ambientes, mediante tecnologías sensibles a la información e interacción entre los humanos y máquinas. El obstáculo a dicho control se llama Entropía que es la medida de la desorganización de un determinado sistema; siendo la información, la medida de la lucha contra esa desorganización.

Así es que el concepto de Cibernética, aplicado al campo social humano, se asemeja tanto a la idea de Biopolítica de Michael Foucault, en cuanto Técnica para el control de las poblaciones mediante normas aplicadas a los cuerpos, como al concepto más arquitectónico de Antropotécnica, del filósofo alemán Peter Sloterdijk que, siguiendo la idea de Biopolítica, le incorpora una pre-historia, es decir un origen en los ámbitos tribales de las hordas humanas primitivas, como ámbitos inmunológicos de incubación de humanos, por humanos, vía un distanciamiento cultural de la riesgosa Naturaleza. Sobre estos temas volveremos en el desarrollo de la Tesis correspondiente a esta Investigación.

La Cibernética pretende no solo describir un mundo o el universo, sino desarrollar tecnologías de información, de concentración y eficiencia en la enunciación de mensajes, sean estos físicos o metafísicos. En este sentido la cibernética es una verdadera tecno-ciencia potencialmente proyectual.

Como vemos, la teoría de la tercera revolución industrial es estrictamente cibernética. El tema fundamentaI es el establecimiento de una producción y un control de la energía a escala planetaria, es decir, del control de la energía como información, para limitar la entropía propia de todo sistema.

Las ciudades actuales son grandes consumidoras de energía; de esto se ocupa la propuesta de la tercera revolución industrial de Rifkin, de la posibilidad de transformar a las ciudades y sus edificios en soportes para la producción de energía. Las ciudades intercambiarían, a su vez, sus producciones de energía con otras ciudades de las regiones propias y cercanas; y de las regiones a los continentes para, por último, resultar en un intercambio global, intercontinental, de la energía renovable.

3.3.7. La Tercera Revolución Industrial y la Arquitectura.

La propuesta de la tercera revolución industrial requiere de una nueva infraestructura. Toda Infraestructura requiere de espacios nodales de control. La tercera revolución industrial tendría además soportes espaciales para los dispositivos de producción de energía renovable. Dichos soportes espaciales deberían ser, en gran medida, los edificios de las ciudades. Los edificios nuevos deberán ser proyectados teniendo en cuenta la nueva infraestructura de la Tercera Revolución Industrial y los existentes deberán actualizarse.

La TRI propone las siguientes condiciones, o cinco pilares, para su concreción:
“…1) la transición hacia la energía renovable; 2) la transformación del parque de edificios de cada continente en microcentrales eléctricas que recojan y reaprovechen in situ las energías renovables; 3) el despliegue de la tecnología del hidrógeno y de otros sistemas de almacenaje energético en todos los edificios, y a lo largo y ancho de la red de infraestructuras, para acumular energías como las renovables, que son de flujo intermitente; 4) el uso de la tecnología de Internet para transformar la red eléctrica de cada continente en una “interred” de energía compartida que funcione exactamente igual que internet (millones de edificios podrán generar localmente –in situ- pequeñas cantidades de energía y podrán vender los excedentes que reingresen en la red, compartiendo esa electricidad con sus vecinos continentales), y 5) la transición de la actual flota de transportes hacia vehículos de motor eléctrico con alimentación de red y/o con pilas de combustible, capaces de comprar y vender electricidad dentro de una red eléctrica interactiva continental de carácter inteligente.”[13]

Como vemos, la hipótesis de esta investigación que, recordemos, sostiene que la Arquitectura y su proyecto son condición para el desarrollo pleno de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, se ve corroborada en los puntos 2, 3 y 4 del programa de los cinco pilares de la Tercera Revolución Industrial.

3.3.8. Límites de la Tercera Revolución Industrial:

La tercera revolución industrial se propone como una nueva abundancia económica. En sus últimos escritos, Jeremy Rifkin amplía el mundo infraestructural planteado en la tercera revolución industrial, con la idea de una macroeconomía distribuida y colaborativa de producción industrial generalizada. Mediante la incorporación de la impresión 3d y las plataformas colaborativas, la organización rizomática de la producción transformaría al actual mundo de escasez en un mundo de abundancia debido a una tendencia al coste marginal cero en la economía, esto quiere decir, una tendencia a la gratuidad.

“…Cuando el coste marginal de producir unidades adicionales de un producto o un servicio es casi cero, la escasez es sustituida por la abundancia. El valor de intercambio no sirve de nada porque todo el mundo puede obtener casi todo lo que necesita sin pagar por ello. Los productos y servicios tienen un valor derivado de usarlos y compartirlos, pero ya no tienen un valor de intercambio.”[14]
 La abundancia de la tercera revolución industrial requiere de recursos de todo tipo; algunos, como la energía solar, son recursos renovables relativamente fáciles de conseguir, otros, como los alimentos, el agua, y el espacio habitable y productivo, no lo son. Jeremy Rifkin es consciente del límite entre la cantidad de seres humanos, y la posibilidad de la industria para abastecerse de materias primas para sustentar el consumo.
   “Hoy en día, todos los seres humanos, sean ricos o pobres, consumen los recursos equivalentes a una Tierra y media; en otras palabras: hace falta casi un año y medio para regresar lo que consumimos en un año. Naciones Unidas calcula que, si el crecimiento demográfico y las tendencias de consumo siguen como hasta ahora, incluso sin que se dé un cambio apreciable en la calidad de la vida de los pobres del mundo, en 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas como la Tierra para regenerar los recursos que consumamos.”[15]

Rifkin no solo explicita el límite, sino que lo entiende como inquebrantable. Solo encuentra una solución a dicho límite en la reducción de la población humana en el planeta, mediante el control de la natalidad; en especial en las regiones sub-desarrolladas del planeta. Dice:

“Para que la población humana se adecue a la biodiversidad del planeta y para que la sociedad pase de la escasez a una abundancia sostenible, deberemos abordar la gran desigualdad entre la huella ecológica de los ricos y de los pobres, y al mismo tiempo, reducir la población humana del planeta.”[16]
 3.3.9. LA CUARTA REVOLUCION INDUSTRIAL.
 Por su parte el economista alemán Klaus Schwab con la teoría de la cuarta revolución industrial, polemiza con Rifkin sin nombrarlo directamente. Schwab sugiere que nos encontraríamos en el inicio de una cuarta revolución industrial cualitativamente distinta de la tercera revolución industrial de Rifkin.

De lo estudiado interpretamos que existirían dos diferencias importantes en la cuarta revolución industrial respecto de la tercera revolución industrial; esto es, el surgimiento de la Inteligencia Artificial como un factor-actor que acelera exponencialmente los desarrollos técnicos, y las disrupciones continúas debidas a la interacción de los mundos físico, digital y biológico, a través de la generación de información.

Schwab pone el acento en un tipo de escritura cibernética de la información, que abre el camino a la transformación de la materia. En este punto se acerca a lo planteado por Sloterdijk respecto de la potencial capacidad del ser humano de transformarse, proyectarse a sí mismo y a su ambiente, mediante lo que podríamos llamar tecnologías replicantes[17], es decir mediante replicas transformadas ingenierilmente, de referencias físicas naturales.

En un mundo de creciente escasez material y energética, podríamos imaginar la producción replicante de materiales naturales en vías de extinción, incluyendo materiales para la construcción que tienden a escasear, como los que componen el hormigón, mediante análogos producidos, por ejemplo, por bacterias programadas con ese fin.

Lo más interesante que plantea la teoría de la cuarta revolución industrial es la posibilidad de poder escribir materia, replicarla y generar nuevas variaciones de las originales a través de sistemas de información-fabricación. La cuarta revolución industrial es una revolución de la escritura, una escritura verdaderamente creativa, que plantea urgentes discusiones públicas y democráticas, acerca de las disyuntivas éticas y morales emergentes.  

3.3.10. La Urbe de la Cuarta Revolución Industrial.

El planteo de Schwab respecto de las organizaciones urbanas para la cuarta revolución industrial, no se diferencia de lo planteado por Rifkin; solo acentúa y toma posición respecto de la necesidad de densificar las ciudades, como manera de frenar la expansión de las mismas y reducir el impacto directo de las urbanizaciones sobre el suelo planetario.

3.3.11. La Cuarta Revolución Industrial y la Arquitectura.

La cuarta revolución industrial se caracteriza por disrupciones continuas, debidas a la interacción de los mundos físico, digital y biológico, a través de la generación de información. Dichos desarrollos tecnológicos devienen metamorfosis radicales del mundo que tornan inciertas a las condicionantes del Proyecto Arquitectónico, por lo que Schwab solicita una arquitectura de carácter unitario, que, precisamente, haga lugar a dicha incertidumbre, mediante configuraciones de los ámbitos que le permitan mutar en el tiempo.
“Los edificios tendrán la capacidad de transformarse de manera instantánea para servir como teatro, gimnasio, centro social, discoteca o lo que sea, lo cual minimizará la huella urbana en general. Esto les permitiría a las ciudades obtener más, a partir de menos.”[18]

Uno de los aportes más interesantes de la teoría de Schwab, es su compendio enciclopédico de tendencias tecnológicas relativas a la fabricación, y a la construcción, en especial lo referido a la Impresión 3d, las redes con sensores y la Robótica.

Respecto de la Impresión 3d, Schwab destaca la capacidad de fabricar de manera aditiva, para producir mayor número de variaciones de un modelo o prototipo, utilizando plantillas digitales de manera de ahorrar material de moldeo, al tiempo de posibilitar personalizaciones según requerimientos específicos de los productos, a bajo costo.

Actualmente se encuentran operativas, en diversos países industrializados, enormes impresoras para la impresión de estructuras arquitectónicas, aplicadas a la fabricación de viviendas, por ejemplo. Estas impresoras reducen el tiempo de fabricación de las estructuras, al tiempo que permiten la experimentación de una variedad de soluciones estructurales y formales inéditas.

Aplicada al proyecto de arquitectura, la impresión 3d de escala edilicia permitiría reducir costos, pérdida de material y tiempo. También permitiría, como dijimos, personalizar prototipos para proveer soluciones específicas para diversos entornos urbanos o rurales, y diversas problemáticas socio-económicas.

La internet de las cosas, es decir, de los sensores dispuestos en diversos tipos de objetos industrializados que intercambian información sensible, aplicada a las instalaciones sanitarias permitirá, por ejemplo, controlar, mediante una red de control de fluidos, los caudales de distintos tipos de aguas (potable, cloacales, grises recicladas, etc.) para ser utilizadas y reutilizadas eficientemente.

Sobre la Robótica, lo más interesante de las nuevas tecnologías de fabricación, es la posibilidad de la complementación humano-robótica con vistas a la construcción de nuevas arquitecturas, con ahorro de tiempo y materiales. Esta investigación sostiene la importancia de esta complementariedad, dado que, para cuando la sociedad mundial tome realmente conciencia de la situación ambiental catastrófica y decida actuar, se van a requerir equipos de trabajo y construcción que operen a gran velocidad para edificar o más bien re-edificar un nuevo hábitat, en muy poco tiempo.

3.3.12. Límites de la Cuarta Revolución Industrial.

En términos de Schwab, uno de los límites más importantes al desarrollo de la cuarta revolución industrial sería, lo mismo que para la tercera revolución industrial de Rifkin, la superpoblación mundial, con el agravante de tratarse de una población que tiende a vivir cada vez más tiempo, lo que pondría al sistema financiero basado en las cajas de previsión, en estado de crisis, al sobrepasar los habitantes jubilados a los aportantes (en los países del ‘Estado de Bienestar’).
“Se prevé que la población mundial crezca de 7200 millones en la actualidad a 8000 millones hacia 2030 y a 9000 millones en 2050. Esto debería conducir a un aumento de la demanda agregada. Pero hay otra poderosa tendencia demográfica, el envejecimiento.”[19]

4. DE LOS LÍMITES.

Si bien, la tercera y cuarta revolución industrial, como unas revoluciones técnicas combinadas y simultáneas, plantean una probable nueva abundancia de energía y materia; la superpoblación mundial, como fenómeno demográfico que crece exponencialmente poniendo en jaque al Ambiente podría, como dijimos, limitar seriamente al proceso revolucionario y finalizarlo, antes de que el mismo logre desarrollarse plenamente. A continuación, precisamos estos problemas.

4.1. Superpoblación mundial:

La idea de Jeremy Rifkin de limitar la natalidad para reducir el impacto en el ambiente de la superpoblación mundial, no es nueva. En 1968, el biólogo norteamericano Paul Ehrlich, desarrolló una teoría y una fórmula para medir el vínculo entre Superpoblación, Tecnología, y el Impacto sobre el Ambiente en su libro “La Explosión Demográfica”, donde se conjetura que la Superpoblación es el origen del gran problema ecológico planetario, solo resoluble mediante un control mundial de la natalidad.

Para probar su hipótesis, Ehrlich desarrolló una ecuación de tres factores como forma de medir el impacto sobre los sistemas ambientales, la ecuación I (Impacto)= P (Población) x R (Riqueza) x T (Tecnología), que multiplica la cantidad de individuos, por la medida de los recursos que consumen, por el índice de destrucción ambiental de las tecnologías utilizadas por dichos individuos. La ecuación I=PRT demuestra, según Ehrlich, que la población y el control de natalidad es la clave, pues, aunque mejoren circunstancialmente los coeficientes de Riqueza y Tecnología, la Población Mundial continúa creciendo exponencialmente, llevando al impacto sobre el ambiente en la misma trayectoria.

Si bien la tasa de natalidad ha disminuido en el mundo y las técnicas transgenéticas de producción de alimentos han permitido proveer de alimentos a más población, el problema según Ehrlich, parece haberse aplazado, mas no solucionado. La presión sobre el suelo para la producción petrolera y de otras materias, la sobre-generación de residuos, la expulsión de las especies vivas de sus hábitats naturales y, fundamentalmente, el llamado cambio climático, entre otros problemas, están a la orden del día.

Sin embargo, Ehrlich naturaliza una única respuesta al problema planteado con la ecuación I=PRT, antes de ponerla realmente a trabajar, con el objeto de generar una política en una determinada dirección; la política del control de la natalidad, en especial para las regiones del subdesarrollo. ¿No pueden los factores R y T mejorar continua y exponencialmente, en el sentido de una mejor distribución de la riqueza espacial del planeta? ¿No puede el proyecto arquitectónico contribuir al desarrollo de una cultura Técnica no destructiva del planeta y su suelo?

Si la superpoblación y la presión crítica sobre el suelo terrestre son potenciales efectos del desarrollo de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial ¿no podríamos, por ejemplo, desarrollar nuevas tecnologías arquitectónicas para densificar nuestras ciudades de manera socialmente inclusiva en el sentido de una redistribución de la riqueza espacial? ¿Podría ser esta una solución a la Superpoblación? En términos de Ehrlich, esto no sería posible porque la Superpoblación no tiene directamente que ver con la densidad habitacional en las ciudades.

Un sentido común nos dice que, a mayor densidad, mayor superpoblación.  Sin embargo, Ehrlich, diferencia claramente ambos conceptos, Densidad y Superpoblación.
Para Ehrlich, superpoblación es la relación entre el número de personas que habitan una zona, con la capacidad de carga de dicha zona, es decir la disposición de un ambiente y sus dominios asociados, para admitir las actividades del grupo humano que lo habita. Plantea Ehrlich:

“¿Cuándo puede decirse que un área está superpoblada? Cuando su población no puede mantenerse sin que los recursos no renovables disminuyan aceleradamente (o se conviertan los recursos renovables en no renovables), degradándose la capacidad del medio ambiente de sostener a la población.”[20]

Ehrlich pone de ejemplo a países con altos niveles de densidad poblacional, como Holanda –más de 361 hab/km2-, Taiwán -562,9- y Hong Kong -5126-, para ejemplificar economías que pueden sustentar dichas poblaciones en estándares aceptables, en comparación con países en vías de desarrollo con muy poca densidad, pero altos niveles de superpoblación. Holanda, no estaría superpoblada porque tiene la capacidad de sustentar la vida y las prácticas de su población, mediante una economía globalizada, de importaciones-exportaciones de energías, alimentos y bienes industrializados. Es decir que Holanda tiene el poder económico para no caer en niveles de superpoblación.

Son, sin embargo, las potencias económicas de la globalización quienes ponen en peligro –con las complicidades locales correspondientes-, a los depredados países subdesarrollados de Latinoamérica, Asia y África, debido a los altos niveles de consumo material a los que están habituados, materiales que, además, extraen de dichas regiones del subdesarrollo. Por esta razón, es importante encontrar una solución mundial al problema, empezando por los que más consumen. Ahora bien, Ehrlich representa a las ciudades como ineficientes terminales de consumo energético y materias primas, además de considerarlas como focos infecciosos.

Pero ¿qué sucedería si pudiésemos alojar a las poblaciones metropolitanas en ambientes de forma equitativamente distribuida espacialmente, según nuevas configuraciones capaces de contener y posibilitar tecnologías para la producción de energías renovables y la reproducción de materiales y alimentos de diversos tipos? Se trataría de entornos humanos radicalmente nuevos en el sentido de un cambio de la política arquitectónica, de un estar anclado al suelo y poseerlo, dominarlo, y explotarlo, a una re-distribución socialmente justa y equitativa del espacio tridimensional, en sectores específicos de las metrópolis existentes y sus entornos cercanos.

4.2. UNA INFRAESTRUCTURA DE CONTROL SOCIAL:

La cibernética es la ciencia de los sistemas de control e información. Los sistemas de información devienen redes, infraestructuras de control de la información sobre objetos y sujetos. Dichas infraestructuras se interrelacionan y determinan espacialidades; conforman una heterogeneidad unitaria.

La sociedad de control sobre las poblaciones, la sociedad de la Biopolítica que Michael Foucault ideó como teoría en Vigilar y Castigar, deriva actualmente en la Sociedad de la Transparencia denunciada por el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han, como una nueva evolución técnica del control soberano sobre las poblaciones humanas.

Si en Vigilar y Castigar, el dispositivo cárcel podía ser entendido como la concreción de la Biopólitica, es decir, como tecnología de control de los individuos y sus cuerpos, con la Sociedad de la Transparencia[21] de Byung Chul Han, la cárcel, en cuanto ámbito concreto y centralizado, pierde su sentido en comparación con la efectividad del mundo cibernético contemporáneo de las infraestructuras de información. Las plataformas de individuación y control mediante la información, generan a diario millones de prisioneros voluntarios, en un parque de diversiones inserto en un mundo a lo Gran Hermano, un 1984 de Orwell, aunque colorido y sutil.

El mundo infraestructural concretiza las infraestructuras materiales e inmateriales de la economía de la globalización, aunque más que hablar de economía de la globalización deberíamos hablar de arquitectura de la globalización.

Las redes existen porque son, a su vez, extensión del poder ejercido por sus constructores y gobernantes humanos; esto mientras no se manifiesten abiertamente las entidades cibernéticas inteligentes (Inteligencia Artificial) que forman actualmente los dispositivos de control mediante lenguajes de informáticos.

De forma voluntaria o coercitiva, las poblaciones humanas, en especial las pertenecientes a las urbes de la globalización, se vuelcan, o son arrojadas al laberíntico infraestructural del mundo globalizado, incluso las poblaciones marginales del sub-desarrollo infraestructural, están de todas maneras vinculados a las redes a través de redes alternativas conectadas con redes más o menos legales, o controladas como probabilidades estadísticas oficiales.

Salvo excepciones sin peso relativo, podemos decir que nadie escapa al mundo infraestructural, al laberinto rizoma que tiende a una extensión potencial y virtualmente infinita.

Salir de una red significa, en este mundo actual, entrar en otra red. Si una de las líneas de comunicación de flujos de información y materia se corta, adrede o no, siempre habrá otra que la reemplace, tarde o temprano.

Existen distintos tipos de redes; algunas, como las redes de salud pública, las redes de servicios sanitarios urbanos, etc., son fundamentales para la calidad de vida y la supervivencia de los habitantes, especialmente en las ciudades. Otras son parte de entramados de seducción, coerción y transformación de las sociedades humanas, con fines comerciales y políticos.

El poder en las redes puede obligar o persuadir, pero siempre busca sujetar la dimensión de la Población, dentro de una determinada lógica discursiva, dentro de unas determinadas lógicas de dominación económica, política y espacial.

Así, las poblaciones, las más vulnerables y las más poderosas, no importa ya de donde, son interpretadas y puestas en utilidad por las infraestructuras cibernéticas. Los sujetos somos objeto del cálculo, como predijo Heidegger en relación a la técnica moderna y su peligro intrínseco.

En este contexto parece perdida toda posibilidad de constituir ámbitos libres de la dominación técnica en el mundo infraestructural. Sin embargo, fue también Heidegger quien dijo que, ahí donde radica el peligro de la Técnica, radica también lo que salva, lo que redirige, lo que nos retornaría al origen, sutil manera, he aquí una hipótesis, de referirse a una revolución, lo más cercano a nombrarla de lo que pudo situarse el filósofo alemán.

4.2.1. La solución es el peligro, y la solución.
La investigación, en su sentido pragmático, sostiene que, desde el interior de la tercera y cuarta revolución industrial, surgirán las condiciones técnicas para el desarrollo de una solución al problema ámbito de la cultura humana, en el momento de su sincronización y unificación planetaria, a través de la cibernética.

En un examen de la relación entre la arquitectura, su proyecto, y el desarrollo de las revoluciones industriales que han sido y que son, vislumbramos una hipótesis según la cual, el proyecto de una nueva arquitectura es condición para el desarrollo pleno de la tercera y cuarta revolución industrial.

Estudiados los referentes teóricos del caso, y meditadas las implicancias ambientales de la tercera y cuarta revolución industrial, observamos que el peligro de la superpoblación y el peligro de la instauración de una sociedad de control se encuentran explícitos en las teorías de esta nueva revolución técnica, quedando implícito un peligro que los engloba, el de la instauración de un mundo infraestructural que, como si de un verdadero laberinto se tratara, mantendría sujetas en las redes y a las poblaciones.

Por lo dicho cabe preguntarse ¿es la tercera y cuarta revolución industrial, en cuanto un nuevo régimen técnico una solución al problema ambiental? O, por el contrario, dicho nuevo régimen cumple con la premisa de dominación del planeta por parte del ser humano.
En este sentido, podemos afirmar que la tercera y cuarta revolución industrial es tanto el problema como la solución al destino de una técnica destructora y explotadora del planeta y las poblaciones excluidas, y que, dada la solución, los problemas no desaparecerán, sino que surgirán nuevos; es decir que, una vez instaurada la nueva revolución técnica podremos continuar la historia humana, por otras edades más; lo que dada la contingencia de las catástrofes climáticas y sociales, no sería poca cosa.

La superpoblación es un problema de distribución de la riqueza material y espacial. Si algo caracteriza al nuevo régimen técnico es el constituirse como una nueva topología de un mundo de configuración y disposición lateral y distribuida, un potencial hábitat integral –que esta investigación propicia- por oposición a una jerárquica, vertical y centralista. Es decir que, frente a las dudosas propuestas de control de natalidad, oponemos el objetivo de una distribución equitativa de la riqueza material y espacial del planeta, entre todas poblaciones humanas y, para no ser contradictoriamente injustos, con las no humanas.

Por otro lado, la instauración de una tercera y cuarta revolución industrial que provea, abarate, y democratice las tecnologías, generará las condiciones para un paulatino freno a la actual tasa de crecimiento exponencial de la población.

Tenemos, además, el problema de la variable tiempo. Según los cálculos, el establecimiento de una tasa de natalidad equilibrada con la tasa de mortalidad se encuentra más adelante en relación al tiempo de colapso del planeta. Es decir que nos quedaremos sin planeta habitable antes de llegar al punto de equilibrio.

Todo nuevo proyecto de configuración y disposición del hábitat humano, requiere, dadas las condiciones técnicas y políticas actuales de un tiempo considerable para su concreción.
Para que una tercera y cuarta revolución industrial desarrollada lleve a la población mundial a buen puerto, es decir restringiendo al máximo la superpoblación, sin catástrofes y muertes masivas, deberá proveer, rápidamente, de espacios habitables que alojen a una población mundial en peligro mediante una arquitectura que permita atravesar un período denominado transición demográfica hasta lograr un equilibrio poblacional.

4.2.2. Una Transición Demográfica. Una Revolución Espacial.

En el año 2012 se re-edita un famoso libro sobre economía, ecología y demografía, se trata de Los Limites del Crecimiento de la biofísica Donella Meadows y los economistas Jorgen Randers y Dennis Meadows. El libro es resultado de una investigación encargada por el Club de Roma a este grupo de científicos del M.I.T., que desarrollan un software específico para poder previsualizar, anticipar escenarios y disyuntivas respecto de las problemáticas económicas y ecológicas del planeta.

La tesis sostenida aun hoy por los autores vivos, es que el crecimiento de la economía y de la población, llevan a la humanidad más allá de los límites físicos del planeta, poniendo a las poblaciones en peligro. Es decir que, a mayor población mundial, mayor el riesgo de colapso económico, energético y material.

La investigación da una importancia fundamental al límite demográfico y plantea claramente que la industrialización es una vía contradictoria y paradójica de controlar la tasa de crecimiento de la población, dado que por un lado la limita y por el otro la alimenta.
Para entender el carácter aparentemente contradictorio del crecimiento, estabilidad y contracción de la tasa de crecimiento poblacional en las sociedades industriales debemos entender la dinámica de la transición demográfica.

Previo al inicio de un período de industrialización genuino, sea directo o indirecto, la población correspondiente se mantiene gracias a una política que propicia la mayor cantidad de nacimientos, dada una probable cantidad importante de decesos. La manera de mantener una economía de escala doméstica y nacional en estas sociedades pre industriales es equivalente a mantener equilibrada la relación nacimientos-defunciones, y dado que las tasas de defunciones en las sociedades preindustriales suelen ser mayores al estándar del mundo industrializado, la alternativa es la de propiciar una alta tasa de natalidad.

Cuando una población da comienzo a un proceso de industrialización y crecimiento económico, mejoran sensiblemente los estándares de salud, y la inercia de la tasa de crecimiento poblacional dispara exponencialmente el crecimiento demográfico, ya que se reduce la tasa de defunciones y, por inercia cultural, se mantienen altas tasas de natalidad.
Entonces, si la industrialización mejora los estándares educativos y los sistemas de salud, la población tiende a equilibrarse y, eventualmente, reducirse; aunque, dado que los humanos de las sociedades industrializadas tienden vivir cada vez más tiempo, la población que envejece se suma y convive con más capas generacionales, incrementando de esta manera el número de la población.

Recién después de un largo proceso de interiorización de una cultura industrial y moderna, una población puede reducir, voluntaria y pacíficamente, la tasa de natalidad, de manera de alcanzar un equilibrio en su tasa de crecimiento poblacional general.

Por lo tanto, dado el complejo contexto que relaciona catástrofe ambiental, la emergencia de un nuevo régimen técnico y el crecimiento exponencial de la población mundial, cabe la pregunta ¿Cómo alojar a una población mundial en crecimiento exponencial, de manera justa y a tiempo, para concluir el período de transición demográfica?

5. DE LOS ENUNCIADOS.

5.1. ENUNCIADOS CONJETURALES GENERALES.

5.1.1. Enunciado en relación a la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.
El objetivo del desarrollo pleno de la tercera y cuarta revolución industrial como revolución técnica inscripta en la historia de la cibernética, es la instauración de un régimen técnico, energético y materialmente auto-suficiente, que solucione la catástrofe Ambiental y la progresiva escasez propia del final de una segunda revolución industrial basada, principalmente, en la producción industrial en base a los combustibles fósiles.

5.1.2. Enunciado inicial de la investigación.

Es común pensar que las condiciones de producción en una revolución industrial determinan al proyecto de la arquitectura contemporánea ahí donde dicha revolución tiene lugar o alcance, pero, ¿podríamos hablar de las grandes revoluciones Industriales sin sus correlatos arquitectónicos? ¿Podrían haberse concretado las dos primeras revoluciones industriales sin las arquitecturas que las alojaron? ¿Es posible sostener dicha relación condicionante en el contexto de la tercera y cuarta revolución industrial?

Esta investigación parte de pensar que, no solo las dos primeras revoluciones industriales tuvieron como condición la necesidad de nuevas arquitecturas para su gestación, sino que la arquitectura y su proyecto serán un eslabón fundamental en el futuro despliegue de la tercera y cuarta revolución industrial, y en el modo en que esta nueva revolución industrial se concrete como praxis, es decir, como política.

5.1.3. Enunciado en relación a la Cibernética como estrategia. Hacia un Hábitat Integral.

La cibernética como tecno-ciencia para el gobierno de la información y las infraestructuras, deviene estrategia de control sobre los territorios y sus poblaciones, así también de la arquitectura y su proyecto en la era de la tercera y cuarta revolución industrial. Por esto mismo es importante propiciar y direccionar conscientemente un proyecto de inclusión y justicia social, en especial para Latinoamérica y las regiones postergadas socio-económicamente, en hábitats integrales, es decir en ámbitos heterogéneos que aúnen todas las variantes tipológico-semánticas que posibiliten el desarrollo económico, social y político de las poblaciones más postergadas.

5.1.4. Enunciado del problema específico de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, y la clave para su solución.

El desarrollo de una arquitectura infraestructural habitacional, replicante y auto-suficiente que de manera equitativamente distribuida se despliegue y aloje a las poblaciones numerosas de las ciudades, es la clave para atravesar una Transición Demográfica mundial, con el objeto de impedir niveles catastróficos de superpoblación, gran problema Ambiental que limitaría, a su vez, el desarrollo de una tercera y cuarta revolución industrial, con justicia social.

5.1.5. Enunciado en relación al Mundo Infraestructural como Nuevo Régimen Técnico.

Siguiendo a Manuel Castells[22], podemos sostener que todo proyecto revolucionario que logre desarrollarse plenamente, deviene poder, deviene régimen. Así una nueva revolución técnica se transforma en nuevo régimen técnico; el régimen dimanado de la tercera y cuarta revolución industrial constituiría, entendemos, un mundo infraestructural, un mundo de redes de control total sobre los seres humanos, no humanos y los entes en general, mediante las tecnologías cibernéticas.

Sin embargo, sostenemos también que el término, el límite del aprisionamiento propio del laberinto rizomático de la era de la cibernética ya citado, se encuentra en las mismas lógicas generativas del laberinto; en su misma capacidad de replicación, dado que permitiría a los habitantes, reconfigurar creativamente los espacios en nodos múltiples, si las infraestructuras arquitectónicas son lo suficientemente abiertas en sus codificaciones programáticas como para establecer un hábitat integral, una heterogeneidad en los usos, las formas y las materializaciones de la arquitectura y de las ciudades.

5.2. ENUNCIADOS CONJETURALES PARTICULARES.

5.2.1. El Laberinto Rizomático como estrategia.

Los modelos convencionales de la arquitectura occidental corresponden a las formas elementales, apolíneas y evidentes.

Esta genealogía de las formas inteligibles parece no responder adecuadamente, o suficientemente, a un mundo infraestructural que muta aceleradamente, que carece de una forma específica, porque a todas las comprende en simultaneidad.

Este contexto requiere, sostenemos, de un nuevo origen genealógico para desplegar un proyecto referenciado a la cultura humana de la forma compleja, a los ámbitos originarios donde progresaron las prácticas sociales elementales y las asociaciones fraternales entre los habitantes, formas análogas a esas primeras cavernas naturales intercomunicadas, habitadas por las familias de humanos primitivos, pero también a las cavernas artificiales que los primeros arquitectos malditos de la historia antigua construyeron para las reuniones misteriosas, y para los seres híbridos.

El nuevo origen genealógico para la arquitectura del nuevo régimen técnico es el Laberinto Rizomático que Umberto Eco nos propone recorrer. Es también el laberinto, o los laberintos de Jorge Luis Borges, y el del último filósofo maldito del siglo XX, Gilles Deleuze, quien, con el también metafórico Rizoma, no hacía más que precisar la forma, el procedimiento, el modo en que el Laberinto se replica, crece y se extiende hoy en día. En definitiva, el Rizoma es la nueva estrategia para la macro-arquitectura del territorio, del hábitat humano artificial, un hábitat integral.

5.2.2. Una Arquitectura Replicante como táctica.

Como explicamos anteriormente, los rizomas son organismos en red compuestos por nodos y conexiones. Desde cada nodo puede originarse y proliferar un nuevo rizoma. De aquí se sigue la metáfora de un Laberinto Rizomático, potencialmente infinito.

Cada nodo del laberinto, entonces, es capaz de replicar toda la complejidad del laberinto, al tiempo de admitir variaciones de intensidad y densidad. El laberinto se despliega, se derrama, extensivamente, por los territorios.

Una Arquitectura Replicante, no sería homogénea sino más bien monádica, pudiendo mantener una verdadera identidad frente a sitios distintos; es decir que cumple con la condición dialéctica de constituirse como igual a un común caracterizado por ciertos rasgos infraestructurales, por ejemplo, una misma tipología semántica[23] de un programa arquitectónico determinado, pero también como alteridad acomodada a las diferencias topográficas, climáticas y culturales.

La construcción de una arquitectura replicante, en el contexto de la tercera y cuarta revolución industrial, es susceptible de realizarse en todo espacio urbano, rural, aéreo o fluvial, donde lleguen las líneas de comunicación físicas y metafísicas, o informacionales. Allí donde lleguen las líneas de la nueva revolución técnica, llegarán también los potenciales nodos, los cuales se replicarían a gran velocidad mediante la actividad constructiva de sus habitantes, los humanos y las máquinas.

Los grupos de replicación de humanos y máquinas, son clave para el poder construir, a gran velocidad, la solución habitacional que la tercera y cuarta revolución industrial requiere.

Del contacto entre un contexto, una población y una arquitectura replicante se desprende una determinada arquitectura infraestructural habitacional.

El proyecto de una arquitectura infraestructural habitacional, daría como resultado la determinación de una organización informacional capaz de concretarse de diversas maneras, según contextos también diversos, sea para adaptarse miméticamente, como para destacarse como una diferencia.

Las formas de la arquitectura replicante son, potencialmente, todas las formas de la historia de la arquitectura, pues la técnica de construcción mediada por impresoras 3d y robots permite una mimesis morfológica perfecta, como máquinas del tiempo. En este sentido, la arquitectura replicante multiplica las espacialidades y las formas para un mismo tiempo; es potencialmente ecléctica y sobre-evocativa.

Pero el valor táctico fundamental de la arquitectura replicante es el de posibilitar la multiplicación en el espacio tridimensional, terrestre, marítimo y aéreo, de un suelo artificial, análogo al natural, habitable y cultivable, para las poblaciones humanas, posible de configurarse y disponerse rápidamente, mediante la colaboración constructiva entre los humanos y las máquinas de la tercera y cuarta revolución industrial.

5.2.3. Así una Arquitectura, Así un sujeto y viceversa.

Al pensar en la arquitectura de la revolución espacial como una arquitectura replicante corresponde recordar a la película de Ridley Scott, Bladerunner y la historia de los replicantes, seres humanos genéticamente fabricados, es decir réplicas artificiales, biomecánicas, de los seres humanos originales.

Hasta la fecha tenemos varias visiones anticipatorias del devenir artificial del mundo. Por un lado está lo propuesto por Donna Haraway y su manifiesto Cyborg, donde postula un devenir híbrido natural-artificial entre el hombre y lo que se podría llamar, su gemelo técnico, la máquina. Por el otro está lo anticipado por el escritor-filósofo de ciencia ficción Phillip K. Dick en su libro ‘¿sueñan los androides con ovejas eléctricas?’, origen conceptual de la película Blade runner, para quien lo real será una construcción artificial total del entorno y los entes. La idea de un mundo artificial, de réplicas remite a la pregunta por lo falso, por lo no verdadero, ¿es un mundo artificial, un mundo falso? 

La película Bladerunner demuestra que, conceptualmente, un mundo artificial puede ser tan real como uno natural. Es más, en la película, los replicantes aman y terminan por sentir compasión por la vida de todo ser, sea o no artificial.
Un hábitat integral tal como se presenta y propone en esta investigación, podría significar una tercera posición, entre lo natural y lo artificial, donde se replique técnicamente la capacidad reproductiva de suelo terrestre en un espacio tridimensional arquitectónico, fundamentalmente aéreo, para la producción de energía, alimentos y materias de todo tipo.

6. DE LOS PRECEDENTES.

6.1. Una genealogía de la Arquitectura Infraestructural.

Contemporáneo de Rifkin y Schwab, el filósofo alemán Peter Sloterdijk propone para el futuro de la humanidad, una arquitectura de crecimiento espacial tridimensional (‘espumosa’ según su metáfora), radicalmente artificial, que daría cobijo a un sujeto contemporáneo, mayoritariamente urbano, que ve escasear, progresiva y exponencialmente, la disponibilidad de los ámbitos terrestres para su supervivencia.

Es en las propuestas arquitectónicas utópicas de la última mitad del siglo XX, donde Sloterdijk encuentra los antecedentes arquitectónicos más significativos sobre el tema.

“Si el pensar tópico o utópico del último medio siglo ha existido algo así como una aventura de un nuevo urbanismo –nombres como Buckminster Fuller, Nicolas Schoffer, Yona Friedman, Eckhard Schulze-Fielitz, Paolo Soleri, Peter Cook, Ron Herron y, sobre todo, Constant dan testimonio de ello-, el acento de sus proyectos estaba puesto en el intento de transferir las ciudades fácticas a meta-ciudades literalmente metafóricas, es decir, elevadas y apiladas. En el gesto fundamental de evasión del suelo de esas ficciones de nueva ciudad no solo habría de reconocer el utopismo de una fantasía acósmica y semimundana, que se contenta con el diseño de realidades paralelas; más bien, la voluntad de pensar de nuevo, mediante grandes estructuras-modelo, el espacio metropolitano multifocal y politemático, tiene en muchos casos carácter analítico y teórico-modélico.”[24]

De las referencias hasta aquí estudiadas podemos suponer que la tercera y cuarta revolución industrial requiere, para ser una propuesta concreta en el sentido de una Justicia Social y espacial, de nuevos modelos arquitectónicos. Una arquitectura que establezca una nueva relación entre prácticas y modos de habitar disruptivos y el suelo del planeta. Dice Sloterdijk:

“La nueva descripción del espacio urbano se produce sobre zancos; sobre los paisajes ciudadanos del statu quo, a los que se renuncia sin esperanza, se levantan, sobre altos sistemas de pilares, las nuevas articulaciones espaciales, radicalmente artificiales, en las que los urbanistas del futuro han de vivir la coexistencia con sus semejantes y con las cosas. Los pilares y apoyos contribuyen lo suyo a superar con un salto a la altura la cuestión del suelo, ya no resoluble sobre la superficie real de la tierra.”[25]

En este sentido contamos con una verdadera experimentación de prefiguración y anticipación pensada para la Ciudad de Buenos Aires y la costa del Rio de la Plata. Se trata del Proyecto para la Ciudad de los Negocios[26], que el arquitecto suizo Le Corbusier propuso, en 1929, como una macro isla técnico-habitacional frente a la costa del centro de la Ciudad de Buenos Aires. La innovación de la propuesta de Le Corbusier radicaba en la integración entre arquitectura e ingeniería que posibilitaba técnicamente la conformación de un fragmento de ciudad elevada, con sus redes técnicas sobre el Rio de la Plata a la altura de la cota máxima de la barranca natural de la Ciudad de Buenos Aires.

La idea de la Ciudad de los Negocios para Buenos Aires, significó una nueva etapa en la obra de Le Corbusier, quien, desde su contacto con el paisaje Latinoamericano, se convertiría en el poeta definitivo del espacio monumental de la naturaleza en su relación con la arquitectura moderna. También significó una transformación radical para Buenos Aires, donde, como derrames de la nueva poética arquitectónica e ingenieril de Le Corbusier, se innovaría la vivienda urbana, fundamentalmente con la incorporación de las estructuraciones en hormigón armado.

El modelo de la Ciudad de los Negocios para Buenos Aires de Le Corbusier, sospechamos, inspiró más tarde a las propuestas experimentales de arquitectos de diversos grupos y tendencias internacionales, como los japoneses Metabolist Group, Archigram en Gran Bretaña, los Situacionistas en Francia, etc.

En Latinoamérica se ve la influencia del planteo macro-arquitectónico de Le Corbusier, por ejemplo, en la historia de la arquitectura moderna y monumental de Brasil. Actualmente, varios de los últimos proyectos del arquitecto brasileño Paulo Mendes Da Rocha[27], arquitecto de renombre internacional,  parecen directamente inspirados en este tipo de arquitectura infraestructural, como se puede ver en el proyecto del Plan Director del Campus de la Universidad de Vigo, en España, prácticamente una nueva ciudad que sobrevuela al territorio suavemente ondulado y montañoso que le atañe.
  
El campus proyectado por Mendes Da Rocha se organiza a partir de unos edificios-calles-infraestructuras, como ejes de articulación edilicia elevada que contienen, además, las redes técnicas. A dichos edificios ejes se adosan, en diversas etapas, edificios educativos, oficinas, estacionamientos, etc.

El modelo de arquitectura infraestructural de Le Corbusier, pensado para constituirse como un hecho instantáneo y eterno, se ve re-conceptualizado por Mendes Da Rocha como un racionalismo de las temporalidades. En el medio entre ambos modelos sucedieron verdaderos acontecimientos críticos en la arquitectura contemporánea, como el Team 10 con su crítica a la arquitectura moderna, la arquitectura posmoderna y su rescate de la historia, la arquitectura deconstructivista como representación posthumanista del espacio y la influencia de la teoría cibernética en el proyecto de una arquitectura paramétrica.

Creemos, sin embargo, que quien mejor ha definido a la arquitectura infraestructural[28] ha sido el arquitecto húngaro-francés Yonna Friedman cuando imaginó, entre los 50´s y 60´s, nuevas infraestructuras tridimensionales elevadas sobre diversos territorios urbanos y naturales. Las infraestructuras en red, dejaban de entenderse, como las trabajosas construcciones bajo tierra de la planificación e ingeniería modernas, para referirse a importantes matrices espaciales –elevadas- habitables para variadas configuraciones de los ámbitos públicos y privados, posibles de ser determinados activamente por los habitantes. En síntesis, una arquitectura infraestructural era, para Friedman, una red tridimensional constituida por una organización estructural –esqueleto-, sus cerramientos más o menos significativos y las diversas redes técnicas posibilitantes del hábitat.
 
En la Ciudad de Buenos Aires se experimentaron diversas arquitecturas habitacionales de alguna manera inspiradas en las arquitecturas complejas del Team 10, las vanguardias radicales de la época ya citadas y la influencia de la teoría cibernética. Tal es el caso de los conjuntos del Plan de Erradicación de Villas de Emergencia – Conjunto Soldati, Ciudadela I y II, etc.-. Sin embargo, estos conjuntos no pudieron plasmar de manera acabada sus aspiraciones debido a diversos factores urbanísticos, económicos, tecnológicos, políticos culturales.

Los hiperconjuntos fueron proyectados, sospechamos, conforme un modelo ideal para una Argentina industrializada que no pudo concretarse. Los habitantes de los hiperconjuntos parecen haber sido pensados también como obreros de pleno empleo para un país cercano al desarrollo industrial y el estado de bienestar. La realidad nos mostró que, más allá de los problemas arquitectónicos y urbanísticos de los hiperconjuntos, las continuas crisis económicas y políticas, no acompañaron dichos modelos. El deterioro económico de los hiperconjuntos es representativo del deterioro de las condiciones de vida del sector obrero en la Región Metropolitana de Buenos Aires, el país y Latinoamérica.

Una segunda hipótesis no excluyente, es que el cambio de paradigma urbano-espacial de la ciudad industrial centralizada, a la ciudad distribuida, rizomática, con menos industrias y más automatizadas, tornaron a los hiperconjuntos en artefactos obsoletos, al demostrarse inadecuados para posibilitar reconfiguraciones de sus ámbitos domésticos, privados y comunitarios, ante las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales, de los últimos treinta años.

Como ejemplo de una investigación sobre los hiperconjuntos y sus posibilidades de rehabilitación y reprogramación, vale el ejemplo de la Investigación Proyectual: “Estrategias de Densificación – Hábitats para la Inclusión. Desarrollo de sistemas urbano-arquitectónicos para la transformación del Hábitat en la primera corona de la Región Metropolitana de Buenos Aires, de la UBA/FADU”[29].

En esta investigación[30] se desarrolla una propuesta para la transformación del hiperconjunto habitacional ‘Barrio Ejercito de los Andes’[31] a través de la incorporación de nuevos módulos habitables de expansión y transformación de las viviendas existentes y la incorporación, mediante el mismo sistema modular, de nuevas viviendas para liberar, posteriormente, el niveles cero y el primero, en diversos sectores del conjunto,  con el objeto de conectar las pequeñas plazas del conjunto, de manera de generar un parque urbano nuevo para la ciudad, con equipamientos públicos y comunitarios que articulen al barrio con las poblaciones vecinas.

Otro antecedente sobre el tema es la Investigación Proyectual “Aéreas Vacantes”[32] del mismo autor. Desarrollada como tesis de la Maestría de Diseño Arquitectónico Avanzado (UBA/FADU), y dirigida por el Arquitecto Javier Fernández Castro, la Investigación, plantea la densificación habitacional y programática del centro de San Justo, en el partido bonaerense de La Matanza, para lo cual propone, ante la falta de espacio vacante, la posibilidad de situar una nueva infraestructura técnica posibilitante, sobre una serie de grandes equipamientos comerciales existentes, de manera de hibridarlos, desmonopolizando el espacio aéreo –también el suelo-. Por debajo de dicha estructura-infraestructura se situarían, reconfigurados, los equipamientos comerciales existentes, más unos nuevos de diverso tipo, educativos, productivos, de salud, etc., y por encima los programas habitacionales, de oficinas y comunitarios.
 

En principio y dada la historia de aciertos y des-aciertos de las primeras arquitecturas infraestructurales, podrían generarse prejuicios contrarios al desarrollo de nuevas exploraciones proyectuales sobre el tema. Sin embargo, creemos fundamental, dadas las contingencias antes explicitadas, el insistir en el proyecto de entornos habitacionales densos, al tiempo que inclusivos y ambientalmente satisfactorios, dado el fracaso de las estrategias habitacionales basadas en la baja densidad y dispersión sobre el suelo, que han convertido a vastas áreas urbanas y rur-urbanas de las metrópolis latinoamericanas en grandes zonas grises de exclusión.

6.2. LABERINTO. OTRA GENEALOGÍA.

El proyecto histórico del laberinto nos sitúa en una genealogía de la complejidad topológica, como alternativa a la genealogía apolínea del orden por simplicidad. Es importante en este primer punto no confundir complejidad con falta de racionalidad; el laberinto no es menos racional que una arquitectura del orden, el ritmo y la armonía; puede ser y usualmente es, una entidad de una racionalidad extrema.

En el prólogo a El Libro de los Laberintos de Paolo Santarcangeli, Umberto Eco deja en claro que el laberinto aproxima de manera muy certera, el arquetipo al sujeto, la Arquitectura a la condición humana, condición que deviene y tiene una historia. De este modo, Eco nos propone tres grandes edades del laberinto (que son tres grandes edades de la cultura humana), que van de las primeras configuraciones laberínticas a la concreción actual de un mundo en redes.

Discurrimos entonces el proyecto del mundo infraestructural, el mundo de las redes cibernéticas, que nos retrotrae a la caverna laberíntica original, desde un nuevo régimen técnico, el régimen abierto por la tercera y cuarta revolución industrial.

Teniendo el mundo actual, la marca del laberinto, corresponde preguntar ¿Cómo evolucionó el laberinto hasta llegar a tomar la forma de un mundo? ¿Qué genealogía de la arquitectura contemporánea lo prefiguró y lo conforma actualmente?

Si bien la breve genealogía del laberinto que practica Umberto Eco requiere de una nueva investigación más exhaustiva, a los fines de esta investigación, valen las tres categorías por Eco propuestas, siendo las mismas las que se explican a continuación.

6.2.1. El Laberinto Univiario.

Es el laberinto artificial original, que solo posee un camino entre el acceso y la llegada, la que puede ser el centro de un ovillo espiralado, o una salida de un solo camino muy enredado. Este tipo de laberinto genera un efecto subjetivo de angustia ante lo extenso del camino; plantea la pregunta por la existencia, o no, de un final a un recorrido relativamente monótono.

En el año 1931, Le Corbusier proyecta el Museo de Arte Contemporáneo de Paris basado en su idea de un Museo de crecimiento ilimitado. En los términos arqueológico-filosóficos de Eco, el proyecto de Le Corbusier es estrictamente un laberinto univiario, construido sobre pilotis. La novedad topológica es la de acceder desde el centro. En palabras de Le Corbusier:

“…el museo puede empezarse sin dinero; a decir verdad, con algunos centenares de francos se construye la primera sala. Luego puede continuarse con una, dos o cuatro salas, al mes siguiente, dos años más tarde o cuatro; cuando se quiera…”


6.2.2. El Laberinto Manierista.

Si al camino del laberinto univiario le conectamos y adicionamos caminos falsos produciendo múltiples bifurcaciones, tendríamos como resultado una topología arborescente con un 99% de caminos alternativos, tramposos, e inefectivos en su desenlace; tendríamos un Laberinto Manierista.

El laberinto manierista es el laberinto más difundido en la cultura, tanto clásica, como contemporánea. Es el laberinto como infierno, pero, en grado limitado ya que sigue teniendo, como en el laberinto univiario, un exterior al cual salir.

Siguiendo con Le Corbusier, podemos nombrar, como ejemplo de laberinto manierista, al proyecto para el Nuevo Hospital de Venecia; proyecto para dicha ciudad donde se dispone, en cuatro niveles de un organismo tipo carpeta y anfibio, un hospital de alta complejidad, para 1200 camas. Respecto de los múltiples caminos de su proyecto y la probable relación con el Laberinto Manierista, Le Corbusier es muy explícito:

“Por caminos muy diferentes, hemos encontrado la gran ley del urbanismo que luce tan adorable en Venecia.”

6.2.3. EL Laberinto Rizomático. Un entramado en red.

El Rizoma es, como ya explicamos, un organismo en red, con nodos y conexiones, donde cada nodo es potencial generador de una nueva red. El tercer laberinto es el rizoma, o red infinita; un laberinto que, según la idea de Eco, no tiene término teórico.

“…, podríamos imaginarlo como una bola de mantequilla, sin límites, en cuyo interior cabe perforar sin mucho esfuerzo una pared que separe dos conductos, creando, así, un nuevo conducto. Lo que equivale a decir que en el rizoma también las elecciones erradas dan lugar a soluciones.”[33]

Esto nos recuerda, obviamente, al Rizoma de Gilles Deleuze, quien ejemplificaba al rizoma como un mapa operable, transformable.

“El mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de recibir constantemente modificaciones. Puede ser roto, alterado, adaptarse a distintos montajes, iniciado por un individuo, un grupo, una formación social. Puede dibujarse en una pared, concebirse como una obra de arte, construirse como una acción política o una meditación…Contrariamente a un calco, que siempre vuelve “a lo mismo”, un mapa tiene múltiples entradas.” [34]

6.2.3.1. Un ejemplo urbano-arquitectónico.

Nos gustaría seguir con los proyectos experimentales de Le Corbusier, pero, lamentablemente, el maestro de la arquitectura moderna del siglo XX no llegó a ver al mundo del poder unificado por las infraestructuras de la globalización, ni al surgimiento de las potencias asiáticas que contribuyeron a darle impulso.

El mundo infraestructural comienza, realmente, con la globalización de fines del siglo XX y, si hay un ejemplo paradigmático de aquella época, es la arquitectura de Toyo Ito, quien hace de la arquitectura infraestructural un ejercicio multiescalar.
Ciertamente, la arquitectura de Toyo Ito es, siempre, un manifiesto Urbano, y sus proyectos urbanos, manifiestos de arquitectura.

Podemos comprobar la condición multiescalar de los planteos infraestructurales de Toyo Ito en dos proyectos: el primero es la propuesta urbana para el centro de Pudong, en Shanghai, China, del año 1992, donde una matriz urbana multiestrato, de mixtura programática, se desempeña como un macro sitio donde insertar edificios, como nodos potencialmente mutantes, vinculados directamente a las redes más diversas, de transporte e información, a su vez conectadas al resto de china, y por lo tanto, al resto del planeta.

Por su parte, el correlato arquitectónico del proyecto anterior, es la obra para la Mediateca de Sendai, en Japón, quizás el ejemplo más literal de una arquitectura a la manera de un nodo constitutivo de las infraestructuras, tanto físicas (Sendai es una ciudad portuaria con importantes infraestructuras físicas de todo tipo), como metafísicas. Infraestructuras de información que tienen un nodo significativo, en la Mediateca, un edificio de actividades culturales y educativas pensado para el siglo XXI y la sociedad de la información.

En la Mediateca se cumple lo teorizado tanto por Zygmunt Bauman con su modernidad liquida, como con la idea de una sociedad de transparencia de Byung-Chul Han, ambas ideas relativas a la constitución de un devenir cibernético del mundo contemporáneo.

7. DE L OS APORTES.
7.1. En General.
La investigación presenta, esencialmente, una interpretación contextual, un problema, y una experimentación proyectual derivada en cuanto principios estratégicos y tácticos, para un acontecimiento emergente, la tercera y cuarta revolución industrial, y su relación con el proyecto, arquitectónico y urbano, del hábitat humano.

7.2. Los aportes específicos.

Las contribuciones particulares de la investigación, se organizan conforme seis puntos fundamentales.

1-     Una interpretación y determinación conceptual respecto del contexto relativo al tema de la tercera y cuarta revolución industrial y su relación con la arquitectura, al que denominamos mundo infraestructural.
2-     El mundo infraestructural se deriva, a su vez, de un nuevo régimen técnico (concepto original de esta Tesis) al que pertenece la tercera y cuarta revolución industrial, en cuanto transformación de la técnica inscripta en la historia de la Cibernética.
3-     Un Problema en el modo de un límite al desarrollo pleno de la tercera y cuarta revolución industrial.
4-     Una metáfora arquitectónica, probablemente generativa, correspondiente al laberinto rizomático.
5-     La idea de una revolución espacial relativa al desarrollo de una arquitectura infraestructural habitacional que brinde una solución al problema.
6-     La idea de una arquitectura replicante, que procede de las leyes generativas propias de la naturaleza rizomática de los modos de producción de la tercera y cuarta revolución industrial.

7.3. Respecto del ámbito académico.

Se propone una nueva comprobación de la validez y vigencia de la Teoría sobre las Tipologías Semánticas de la Dra. Arqta. Liliana Giordano en lo referente a la exploración de una Arquitectura Infraestructural Habitacional como un Hábitat Integral Inclusivo, un aporte al importante bagaje de desarrollos proyectuales realizados en el ámbito de la Investigación Proyectual como Teoría, Metodología y Técnica, desarrollada por el Dr. Arq. Jorge Sarquis, así como la intención de rastrear en las problemáticas propuestas la vinculación con la Teoría del habitar del Dr. Arq. Roberto Doberti, en lo relativo a las prácticas sociales y las posibles rutas del conocimiento disciplinar a ser indagadas en esta tesis.

Los tres referentes teóricos son responsables de un fuerte vínculo entre el área del proyecto e investigación en el ámbito de la Facultad, Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, espacio donde seguramente serán debatidas las ideas aquí presentadas, tanto en grado, como en posgrado. Lo investigado será insistentemente ofrecido, a través del Instituto de la Espacialidad Humana, el CENTRO POIESIS y la Secretaría de Investigación de la UBA/FADU, para ser presentado en otros ámbitos académicos, nacionales, e internacionales.

Contribuciones de los estudiantes: En el ANEXO II, de la presentación se incorporan tres ejemplos de proyectos realizados por estudiantes del Taller Forma & Proyecto (UBA / FADU), relativos a la investigación correspondiente.

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< Smithson, A. y P. (1966). Manual del TEAM 10. Buenos Aires: Nueva Visión.
Ruina y Artificio.
Buenos Ares: Pangea.
Urbanismo situacionista.
Barcelona: Gustavo Gilli.
Content.
Cologne: Taschen.
La ciudad genérica.
Barcelona: Gustavo Gilli, Barcelona.
Del Diagrama a las experiencias, hacia una arquitectura de la acción.
Barcelona: Gustavo Gilli.
Cambiando el arte de habitar.
Barcelona: Gustavo Gilli.

Bibliografía proyectual específica:
< Acosta, W. (1936). Vivienda y Ciudad. Buenos Aires: Edición a cargo del autor.
< Días Comas, C. E. y Adriá, M. (2003) La Casa Latinoamericana moderna. Barcelona: Gustavo Gili.
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< En Revista Arquitectura y Comunidad Nacional: “Historia de la vivienda de interés social en la Argentina I y II”. AA VV. Buenos Aires 1988.
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Bibliografía proyectual específica sobre la arquitectura de los Planes Erradicación de Villas de Emergencia:
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[1] TÍTULO ORIGINAL: Arquitectura Infraestructural Habitacional para la Tercera Revolución Industrial.
El nuevo título se corresponde con los avances sobre los enunciados de la presente investigación.
El titulo original, ampliado, pasa a disponerse como un subtítulo de carácter más descriptivo.
[2] Santarcangeli, P. (1997). El Libro de los Laberintos (Prólogo de Umberto Eco). Madrid: Siruela.
[3] Prontamente, según estudios de Living Planet Report del 2014, deberemos multiplicar la superficie planetaria por cuatro para poder alojar a la suma de la población mundial y brindarle sustento.
[4] Doberti, R. (2008). Espacialidades. Buenos Aires: Infinito.
[5] Sarquis, J. (2003). Itinerarios del Proyecto, tomos I y II.  Buenos Aires: Nobuko.
[6] La designación, nuevo régimen técnico, gravita conforme la teoría del filósofo y sociólogo francés Bruno Latour, quien habla de un nuevo régimen climático, según el cual los seres humanos deberemos politizar la relación con un planeta en tránsito para evitar la catástrofe.
[7] Koolhaas, R. (2006). Espacio Chatarra. Buenos Aires:  Publicación Otra parte nro. 8.
[8] Koolhaas, R. (2011). La ciudad genérica. Barcelona: Gustavo Gilli, Barcelona.
[9] Bauman, Z. (2017). Vida Líquida. Buenos Aires: Paidós. Página: 112
[10]  Rifkin, J. (2011). La Tercera Revolución Industrial. Barcelona: Paidós. Página:14.
[11] Rifkin, J. (2011). La Tercera Revolución Industrial. Barcelona: Paidós. Página: 59.
[12] Wiener, N. (1988). Cibernética y Sociedad. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. Página:17.
[13] Rifkin, J. (2011). La Tercera Revolución Industrial. Barcelona: Paidós. Página: 60.
[14] Rifkin, J. (2014). La sociedad de coste marginal cero. Buenos Aires: Paidós.Página: 337.
[15] Rifkin, J. (2014). La sociedad de coste marginal cero. Buenos Aires: Paidós. Página: 338.
[16] Idem anterior. Página:340.
[17] Nos basamos en la idea de ser replicante de la película de de Ridley Scott, Bladerunner, que a s u vez se inspira y sigue a la historia de Phillip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?: referencia bibliográfica: Dick, P. K. (1968). ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Buenos Aires: edhasa.
[18] Schwab, K. (2017). La cuarta revolución industrial. Buenos Aires: Debate. Página: 105.
[19] Schwab, K. (2017). La cuarta revolución industrial. Buenos Aires: Ed. Debate.
[20] Ehrlich, P.y Ehrlich, A. H. (1993). La explosión demográfica. El principal problema ecológico. Barcelona: Salvat. Página: 31.
[21] Byung-Chul Han (2013). La sociedad de la transparencia. Buenos Aires: HERDER.
[22] Castells, M. P. (1997). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Volumen 1: La Sociedad Red. Madrid:  Alianza.
[23] Giordano, L. (1999). Tipologías Semánticas. En la publicación digital: http://catedragdd.blogspot.com.ar/p/morfologia-urbana-m2.html. Buenos Aires: Instituto de la Espacialidad Humana – UBA/FADU.
[24] Sloterdijk, P. (2009). Esferas III, Espumas – Esferología Plural. Madrid: Siruela. Pág.:499.
[25] Ídem Página: 499.
[26] Le Corbusier. (1999). Precisiones. Barcelona: Apostrofe.
[27] Otondo, C. (2010). Conversaciones con Mendes Da Rocha. Barcelona: Gustavo Gilli.
[28] Los conceptos e ideas de Yonna Friedman, serian luego materializados en el Centro George Pompidou de Paris, proyectado por los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers.
[30] Dirigida por el Arq. Leandro Tomás Costa.
[31] Conocido popularmente como Fuerte Apache.
[33] Santarcangeli, P. (1997). El Libro de los Laberintos (Prólogo de Umberto Eco). Madrid: Siruela. Página: 15.
[34] Deleuze, G. y Guattari, F. (2002). Mil Mesetas – Capitalismo y la esquizofrenia. Valencia: Pre-Textos. Página: 18.

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