lunes, 30 de junio de 2008

Concurso Banco Hipotecario:

Memoria descriptiva

“…la lucha por la nueva vivienda sólo es una escaramuza más de la gran lucha por las nuevas formas de vida”.
Mies van der Rohe


Para abordar el tema de la vivienda, y específicamente la vivienda económica, consideramos esencial comenzar a proyectar a partir del habitar y los nuevos modos de vida. Para lograr mayor flexibilidad y eficiencia en el uso de la vivienda es necesario re-significar los conceptos funcionales y tipológicos con los que se viene proyectando hace décadas, especialmente en la vivienda social. No podemos seguir hablando de “dormitorio” o “estar” como espacios presignificados, incluso la resignificación de la vivienda actual debería llegar al punto de re-pensar el mobiliario doméstico para que permita una multiplicidad de usos que, si los pensamos del modo tradicional, nos generaría pocas variantes. Es necesario producir innovaciones en este campo; el primer paso es quitar significados congelados a los objetos de uso doméstico, quitarles toda carga simbólica. Lo mismo debería ocurrir con los espacios. Un lugar de la vivienda que de noche se usa para dormir, con una simple operación debe permitir durante el día otro uso más dinámico del espacio, incluso como área de trabajo. De hecho, en las viviendas de gente de escasos recursos esto sucede espontáneamente, producto de la necesidad, pero muchas veces los arquitectos pasamos por alto estos datos de la realidad ya que reducimos el programa arquitectónico a un simple problema de funciones y metros cuadrados, para pasar rápidamente a diseñar la envolvente formal y el sistema constructivo.
Asimismo, esa resignificación de los espacios habitables debe ir acompañada de la resignificación de ciertos materiales constructivos cuyos imaginarios se encuentran rígidamente instalados, como por ejemplo el ladrillo, la madera, etc. Muchas veces se descartan materiales para la vivienda social porque su uso, de la manera tradicional, resulta oneroso, lo que conlleva a utilizar materiales de baja calidad o deficiente terminación, produciéndose cierto rechazo en el usuario que se siente discriminado porque en su imaginario la vivienda digna tiene mucha relación con la calidad constructiva. Pero la innovación en la disposición constructiva de los materiales tradicionales puede dar como resultado un ahorro en los costos de construcción sin que el usuario de la casa se sienta marginado.
Nuestra propuesta también se basa en la idea de que hoy la vivienda debería plantearse como un sistema de crecimiento modular combinatorio basado en estructuras iniciales elementales a base de núcleos fijos en contraposición a la vivienda acabada, tabicada de una forma laberíntica, construida con bajas calidades. Esta situación de vivienda acabada construida con bajo presupuesto ha frenado la posibilidad de innovación, de introducir nuevos materiales y sistemas de construcción. Es primordial entender a la vivienda como proceso y no como objeto acabado. Además, el tiempo de construcción es una variable que incide de forma dramática en la construcción de las viviendas tradicionales. Reduciendo solamente este factor obtendríamos un ahorro significativo en los costos finales.
Este prototipo permite un crecimiento, en principio, de dos módulos más que se suman a los tres originales. Este sistema constructivo modular nos permite una flexibilidad en planta que posibilita diferentes disposiciones para distintas maneras de habitar. La casa puede crecer a medida que la familia se transforma, adaptándose a sus necesidades. El cambio y la imprevisibilidad son el patrón, y ante eso es necesario responder con un programa versátil. Ya no existe la vivienda standard ni la familia standard. Pero paradójicamente la estandarización de ciertos componentes fijos nos permite una flexibilidad difícil de lograr de otra manera. Lo fijo y lo móvil constituyen un sistema orgánicamente integrado. La coordinación modular fijo-móvil permite distintas ubicaciones a los componentes móviles, el intercambio de posición entre los subespacios habitables, el posicionamiento planificado de los lugares de guardado y servicios, la ubicación estratégica de las ampliaciones y las expansiones, etc. Asimismo permite que algunos espacios puedan ser utilizados como oficina o taller durante el día.
En el caso de este prototipo, si bien en las bases del concurso se especificó que la vivienda debía ser individual de perímetro libre, su agrupamiento en terrenos entre medianeras de 10 m de ancho por 30 m de profundidad es factible.
El prototipo responde a ciertos criterios constructivos básicos: la racionalización y la estandarización. Nos pareció que la construcción tipo armazón o entramado es el sistema más adecuado. En este caso se eligió un armazón de estructura de madera, que si bien, a primera vista no parece el sistema más económico, sí permite una estandarización y un trabajo seriado que posibilita un armado más veloz y con menor necesidad de ajuste. También nos permite el fácil armado o desarmado de algunos paneles cuando, en el momento de la ampliación, necesitan transformarse en vanos o tabiquería interior.
La caras de los paneles de 2,60 x 0,90 m se compone de placas de madera tratada que pueden ser de placas fenólicas o de OSB. Entre placa y placa se coloca la aislación térmica y la barrera de vapor.
Otra premisa fundamental que tomamos en el momento de proyectar este prototipo fue que se adecuara a ciertos aspectos que identifican a las viviendas del noreste de nuestro país. La presencia de la galería y de los patios enfatizan ese diálogo con la tradición arquitectónica de esta región argentina. La relación adentro-afuera no se da de manera abrupta sino que los espacios habitables permiten tener una expansión semicubierta para el desarrollo de las actividades cotidianas.
Por otra parte la elección de la madera como material constructivo predominante no sólo se apoya en la disponibilidad y fácil ejecución, sino que también tiene fundamento en la tradición constructiva de la región.
Asimismo, otro factor de importancia para el proyecto fue el factor bioclimático. Las altas temperaturas que se registran en esta zona del país nos obligan a considerar dispositivos que aseguren un hábitat confortable en el interior de la vivienda. El doble techo, los pisos ventilados, los paneles aislados térmicamente, las celosías y las ventilaciones cruzadas generan un ámbito confortable que no sólo posibilita un mejor descanso durante la habitual “siesta” casi obligatoria en el norte del país, sino que también permite trabajar en un entorno más confortable en las áreas de la vivienda diseñadas para ese fin.

Creemos que la innovación en el proyectar de la vivienda actual, específicamente de la vivienda económica, debe estar acompañada de un profundo estudio del habitar de los usuarios, la resolución tecnológica del proyecto debería subordinarse no sólo a las nuevas formas de vida sino también a los imaginarios de los habitantes ya que muchos de los planes de vivienda fracasan por no tenerlos en cuenta.








Concurso Banco Hipotecario: T3 (L.Costa, A. Lozupone, J.P. Negro, A.Martinez) + H. Schikler