jueves, 26 de marzo de 2020

Nuevo Régimen Climático / Nuevo Régimen Técnico



Al momento de comenzar a pensar esta nota[1], la Argentina toda entraba en una cuarentena decretada por el presidente Alberto Fernández, con el objeto, urgente y necesario, de detener el contagio y proliferación exponencial, en el territorio nacional, del coronavirus covid-19, causante de la primer gran pandemia del siglo XXI y de la era de la globalización.

Es este acontecimiento, considero, el inicio de la formación de una huella, en el sentido derridiano, que se establecerá traumáticamente, en las memorias de quienes sobrevivan.

Es, entiendo también, el momento del surgimiento definitivo de lo que llamo un Nuevo Régimen Técnico, siguiendo la idea de un Nuevo Régimen Climático[2] del filósofo y sociólogo francés Bruno Latour. El Nuevo Régimen Técnico es, sostengo, la contracara cibernética del Nuevo Régimen Climático, régimen mediante el cual el planeta se afirma como actor, o actante, en la política de la biosfera.

El Nuevo Régimen Climático de Latour es lo que resulta de unas naturalezas no-humanas constreñidas y esclavizadas por los excesos de la sobre explotación de los llamados recursos naturales (bióticos y abióticos), de la aniquilación de las especies que condicionan el equilibrio biológico y climático del planeta, equilibrio que permite la existencia de la vida terrestre. El Nuevo Régimen Climático es una reacción.

El Nuevo Régimen Técnico, por su parte, es el resultado del desarrollo de la Técnica Moderna[3] y de su discurso superador, unificante y estratégico, correspondiente a la tecno-ciencia de la cibernética. Las llamadas Tercera y Cuarta Revolución Industrial, tan en boga, no son más que una avanzada en la constitución de una sociedad cibernética. La sociedad cibernética del Nuevo Régimen Técnico se juega y despliega en las dimensiones físicas del planeta, y en las metafísicas de la cultura económico-política de la globalización.

Recordemos siguiendo a Karl Von Clausewitz[4] que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Así la lucha abierta entre regímenes ha comenzado. Hasta ahora las luchas se dieron en territorios relativamente acotados, regiones continentales como mucho. Hoy la lucha es mundial, o global, como quieran llamarla.

El auge de un mundo cibernético de extensión planetaria que, desde la caída del muro de Berlín, parece imparable, tiene hoy su contrapartida con un virus, en principio, y solo en principio, no informático. Globalización, la correspondiente ahora a esta pandemia que, tácticamente, progresa utilizando en gran medida los medios de la globalización económico-política de los seres humanos.

En principio puedo imaginar una meseta inicial, una primera paz armada, donde la globalización pandémica gana el espacio abierto, la exterioridad atmosférica, incluso la otrora espacialidad pública, para luego amainar su potencia. El Nuevo Régimen Técnico, por su parte, mantendría unas espacialidades cerradas, auto-inmunológicas en tanto distanciamientos entre naturalezas humanas, aunque vinculadas técnicamente, controladas por la cibernética.

El Nuevo Régimen Climático de las naturalezas, o de “La Naturaleza”, como se la llamaba, detendrá en algún momento el ataque, quizás hasta deje salir de sus cuevas a un ser humano empequeñecido ahora, aunque reforzado tecnológicamente, pero ¿por cuánto tiempo? Creo que es momento de buscar seriamente a paz con el planeta. Es momento de que limitemos o, mejor dicho, desterremos nuestro ego, nuestro egoísmo, nuestra crueldad y nuestros excesos. Es momento de una nueva política. Recordemos a Foucault[5] quien dijo, dando vuelta la frase de Clausewitz, que la política es la continuación de la guerra por otros medios.

Mg. Arq. Leandro Tomás Costa


[1] La nota se adjunta al texto final de la tesis doctoral: Arquitectura Infraestructural Habitacional, para la Tercera y Cuarta Revolución Industrial. Dirigida por la Dra. Arq. Liliana Giordano. Autor Mg. Arq. Leandro Tomás Costa.
[2] Latour, B. (2017). Cara a Cara con el Planeta. Buenos Aires: Siglo XXI
[3] Heidegger, M. (1997). Filosofía, Ciencia y Técnica. La pregunta por la Técnica. Santiago de Chile: Universitaria.
[4] Clausewitz, K. (2005). De la guerra. Buenos Aires: ensayos agebe.
[5] Foucault, M. (2010). Defender la sociedad. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.


miércoles, 18 de marzo de 2020

Arquitectura Infraestructural Habitacional para la Tercera y Cuarta Revolución Industria




Arquitectura Infraestructural Habitacional para la Tercera y Cuarta Revolución Industrial[1].

Autor: Mg.Arq.Leandro Tomás Costa[2]

Prohibida todo tipo de plagio y utilización sin autorización del autor en relacción a la presente obra.


Resumen:

Dos teorías surgen como solución a un entorno ambiental en crisis y como propuestas ante la pronta escasez de recursos energéticos y materiales, la Tercera Revolución Industrial y la Cuarta Revolución Industrial. Ambas tienen en común el devenir en estrategias avanzadas para el desarrollo de una sociedad cibernética distribuida en el planeta, que llevará implícitos los problemas de la superpoblación mundial y del control total de los sujetos, las cosas y las energías, a través de infraestructuras de información física y metafísica. Infraestructuras como verdaderos laberintos de pura interioridad que serán el nebuloso dominio desde el cual se deberá proyectar una arquitectura habitacional inevitablemente infraestructural.

Palabras claves: Tercera Revolución Industrial, Cuarta Revolución Industrial, Sociedad Cibernética, Infraestructuras físicas y metafísicas, Arquitectura Habitacional.

Abstract:

Two theories arise as a solution to an environmental environment in crisis and as proposals in the face of the rapid shortage of energy and material resources, the Third Industrial Revolution and the Fourth Industrial Revolution. Both have in common the becoming of advanced strategies for the development of a distributed cyber society on the planet, which will involve the problems of global overpopulation and total control of subjects, things and energies, through physical and metaphysical information infrastructures. Infrastructures such as true labyrinths of pure interiority that will be the nebulous domain from which an inevitably infrastructural housing architecture must be projected.

Keywords: Third Industrial Revolution, Fourth Industrial Revolution, Cyber Society, Physical and Metaphysical Infrastructures, Housing Architecture.


1.INTRODUCCIÓN

1.1 Una imagen preliminar.
El Rio de la Plata, llegando a Buenos Aires, una noche de luna y estrellas sobre el río verde amarronado.
Las siluetas de las islas infraestructurales, las Islas replicantes, se yerguen frente a la costa, flotando, absorbiendo la luz de la luna entre sus jardines y bosques elevados.Los caminos y sus recodos interconectan islas técnicas, pantanos, inundaciones y tierra firme, en parte abandonada, nuevamente salvaje.
En las islas flotantes, que son arquitectura, ciudad y paisaje, humanos y máquinas crean, en sociedad; belleza, luz, oscuridad; un hábitat y una experiencia.

1.2. Introito.

“… es el rizoma, o red infinita, donde cada punto puede conectarse con todos los restantes puntos y la sucesión de las conexiones no tiene término teórico, dado que ya no hay exterior o un interior: en otras palabras, el rizoma puede extenderse al infinito.”De Umberto Eco sobre el Laberinto Rizomático[3].

La tercera y cuarta revolución industrial constituye un nuevo régimen técnico que se inscribe en la historia de la cibernética; en el devenir espacial de las infraestructuras físicas, metafísicas, e informacionales que, como el laberinto rizomático de Umberto Eco, nos sitúa en el interior radical de un mundo infraestructural. Si, en términos heideggerianos, el ser en el mundo moderno era un ser en las estructuras, el sujeto contemporáneo sería, entendemos, un ser en las infraestructuras, un sujeto de las redes cibernéticas, o sujeto por las mismas.

Una arquitectura del mundo infraestructural tiende a la escala territorial, y el sujeto, a la dimensión de la población.

Actualmente, dada una creciente superpoblación mundial, se necesita una vez y media[4] la superficie del planeta tierra como condición material y espacial para el reproducción de la vida humana y su cultura técnica. Esto, a la vista del proyecto de una futura arquitectura de alcance planetario, nos aproxima una propuesta clara, la producción, o, mejor dicho, la replicación artificial del poder generativo del suelo planetario posibilitado por una arquitectura infraestructural habitacional que aloje, especialmente en la dimensión tridimensional de las urbes, a una creciente población y su civilización, en hábitats integrales, heterogéneos y profusos en lugares para la exploración de nuevas prácticas sociales liberadoras.

La correspondiente Investigación sostiene, por lo tanto, que ahí donde se encuentra el peligro de un mundo infraestructural, se encuentra, potencialmente, el proyecto de una nueva genealogía arquitectónica que nos permitiría tornarlo habitable.

1.2.1. Propuesta arquitectónica relativa.

Poner por delante una cosa, y entenderla como cosa es propio del ser humano. Es el pensar. El proyectar es también un poner delante algo en tanto es previamente pensado y arrojado. El proyecto arquitectónico es poner delante lo pensado como arquitectura ¿Dónde? En el futuro problematizado. En nuestro caso, en el contexto-problema ya expresado.

Proponer el proyecto arquitectónico para el contexto de una sociedad cibernética relativa a un entorno, un hábitat humano en estado de catástrofe, no puede ser un simple poner. Sobreponer dicho territorio sería un poner encima, elevado sobre dicho contexto por el momento insalvable. Solo así podríamos, en todo caso, salvarnos nosotros, los humanos. Así, elevándonos o también flotando, pero ¿sobre qué?, ¿con que? Sobre la misma técnica moderna que nos ha puesto en la encrucijada, técnica cuyo devenir es la cibernética, y su avanzada, la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.

La Tercera y Cuarta Revolución Industrial es la revolución de las infraestructuras, las redes tridimensionales de información física y metafísica. De dichas infraestructuras deberá surgir la arquitectura próxima, futura. La genealogía de la Arquitectura Infraestructural se remonta, para ser estrictamente justos, a Yona Friedman, para quien una Infraestructura Espacial era:

“Una parrilla tridimensional, elevada sobre pilotes, situada por encima de la superficie del suelo.”[5]

Con las viviendas dispuestas en los huecos de las estructuras y los usos pesados, como flujos vehiculares y de transporte, los equipamientos industriales y de reunión masiva, ocupando el suelo terrestre.

Una Arquitectura Infraestructural Habitacional actualizada y relativa a la Tercera y Cuarta Revolución Industrial deviene de sus modos de producción distribuidos y replicantes, no presentes aun en el momento en que Yona Friedman hipotetizo su arquitectura espacial.

Cada nodo del rizoma territorial productivo de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, es un potencial conglomerado de Arquitectura infraestructural; en este sentido es también una Arquitectura Replicante pues replica, en tanto responde a las problemáticas socio-contextuales del sitio donde se dispone, no con sistemas únicos, sino con organizaciones variables y formas arquitectónicas diversas.

La Arquitectura Infraestructural Habitacional es la arquitectura de la sociedad cibernética de seres humanos y máquinas. Los seres humanos son los mediadores y facilitadores de la sociedad de máquinas, sociedad que no existiría sin la mediación de los seres humanos. La sociedad entre seres humanos y máquinas permite una rápida y económica construcción de los ámbitos de alojamiento que el ser humano necesitará para superar el problema de la superpoblación y los cataclismos socio-ambientales, atravesando la etapa de transición demográfica hasta el equilibrio poblacional.

La Arquitectura Infraestructural Habitacional es, en realidad, una meta-arquitectura, una matriz casi abstracta que replica la potencialidad generativa y reproductiva del suelo terrestre, urbano y natural, en diversos estratos por encima del mismo.

1.2.2 Sobre la Tercera y la Cuarta Revolución Industrial

El desarrollo de la arquitectura moderna en Europa, en Norteamérica, y gradualmente en el resto del mundo, se ha relacionado, históricamente, con las sucesivas revoluciones industriales, desde el siglo XVIII a la actualidad.

Hoy nos encontramos en el umbral de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, y la arquitectura no queda exenta de las solicitaciones y finalidades impuestas desde los actores de poder; solicitaciones y finalidades que deberán ser previamente meditadas en tanto sus sentidos, por el colectivo disciplinar, es decir proyectadas anteponiendo los efectos sociales, políticos, ambientales y económicos de tal o cual aporte.

El economista norteamericano Jeremy Rifkin y el economista alemán Klaus Schwab, son los teóricos de la nueva revolución industrial. Rifkin propone la tercera, mientras Schwab la cuarta. Ambos coinciden en ver en la Técnica una fuerza posibilitadora del cambio social, desde lo social.

En este sentido, Rifkin define de manera muy clara lo que una Revolución Industrial es, en términos estrictamente técnicos y económicos. Dice Rifkin:

“… de mis investigaciones he deducido que las grandes revoluciones económicas de la historia acontecen allí donde convergen unas nuevas tecnologías de la comunicación con unos nuevos sistemas energéticos.”[6]

La teoría de Jeremy Rifkin es una propuesta para un mundo en crisis por la escasez de petróleo y las catástrofes socio-ambientales, que ha ser salvado por las tecnologías cibernéticas gestionadas en red, las tecnologías para la producción de energías renovables y la fabricación digitalizada de bienes, en forma distribuida. Rifkin imagina una multi-internet mundial de datos, energía y cosas, que se intercambiarían en un mercado colaborativo, con costos marginales cada vez menores –coste marginal tendiente a cero-.

Rifkin solicita una arquitectura, para la Tercera Revolución Industrial, donde cada edificio se materialice como un soporte de tecnologías de producción de energía renovable. Es decir que cada edificio, interconectado a otros, debería producir su propia energía y compartir su excedente en una red. Esto haría de las ciudades entidades autosuficientes desde el punto de vista energético, lo cual mejoraría, sensiblemente, los niveles de la llamada huella ecológica[7].

Por su parte Klaus Schwab con la Teoría de la Cuarta Revolución Industrial, polemiza con Rifkin sin nombrarlo directamente. Schwab sugiere que nos encontraríamos en el inicio de una Cuarta Revolución Industrial cualitativamente distinta de la Tercera Revolución Industrial de Rifkin, aunque relacionada.

Schwab declara que la Cuarta Revolución Industrial se caracteriza por disrupciones continúas debidas a la interacción de los mundos físico, digital y biológico, a través de la generación de información; más exactamente de la escritura de la información. Dichos desarrollos tecnológicos devienen metamorfosis radicales del mundo que tornan inciertas a las condicionantes del proyecto arquitectónico, por lo que Schwab solicita una Arquitectura que, precisamente, haga lugar a dicha incertidumbre, mediante configuraciones de los ámbitos que le permitan mutar en el tiempo. Requiere, entonces, una arquitectura flexible ante los usos como estrategia para absorber, en un solo contenedor arquitectónico, todas las actividades posibles de manera de ahorrar suelo, energía, capital, material y tiempo. Dice Schwab:
“Los edificios tendrán la capacidad de transformarse de manera instantánea para servir como teatro, gimnasio, centro social, discoteca o lo que sea, lo cual minimizará la huella urbana en general. Esto les permitiría a las ciudades obtener más, a partir de menos.”[8]
 1.2.3. Los límites y peligros de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial.

1.2.3.1. Superpoblación.
Si bien, la tercera y cuarta revolución industrial, como unas revoluciones técnicas combinadas y simultáneas, plantean una probable nueva abundancia de energía y materia; la superpoblación mundial, como fenómeno demográfico que crece exponencialmente poniendo en jaque al Ambiente podría, según los mismos Rifkin y Schwab, limitar seriamente al proceso revolucionario y finalizarlo, antes de que el mismo logre desarrollarse plenamente.

1.2.3.2. Una infraestructura cibernética de control social.
La cibernética es la ciencia de los sistemas de control e información. Los sistemas de información devienen redes, infraestructuras de control de la información sobre objetos y sujetos. Dichas infraestructuras se interrelacionan y determinan espacialidades; conforman una heterogeneidad unitaria.

La sociedad de control sobre las poblaciones, la sociedad de la Biopolítica que Michael Foucault ideó como teoría en Vigilar y Castigar, deriva actualmente en la Sociedad de la Transparencia denunciada por el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han, como una nueva evolución técnica del control soberano sobre las poblaciones humanas.

Si en Vigilar y Castigar, el dispositivo cárcel podía ser entendido como la concreción de la Biopólitica, es decir, como tecnología de control de los individuos y sus cuerpos, con la Sociedad de la Transparencia[9] de Byung Chul Han, la cárcel, en cuanto ámbito concreto y centralizado, pierde su sentido en comparación con la efectividad del mundo cibernético contemporáneo de las infraestructuras de información. Las plataformas de individuación y control mediante la información, generan a diario millones de prisioneros voluntarios, en un parque mundial a lo Gran Hermano.

El mundo infraestructural concretiza las infraestructuras materiales e inmateriales de la economía de la globalización, aunque más que hablar de economía de la globalización deberíamos hablar de arquitectura de la globalización.

De forma voluntaria o coercitiva, las poblaciones humanas, en especial las pertenecientes a las urbes de la globalización, se vuelcan, o son arrojadas al laberíntico infraestructural del mundo globalizado exacerbado por un terror a una crisis de la exterioridad producto de la violencia, las diversas epidemias y pandemias y los llamados accidentes ambientales.

Salvo excepciones sin peso relativo, podemos decir que nadie escapa al mundo infraestructural, al laberinto rizoma que tiende a una extensión potencial y virtualmente infinita.

Salir de una red significa, en este mundo actual, entrar en otra red. Si una de las líneas de comunicación de flujos de información y materia se corta, adrede o no, siempre habrá otra que la reemplace, tarde o temprano.

Así, todas las poblaciones, no importa ya de donde, son interpretadas y puestas en utilidad por las infraestructuras cibernéticas. Los sujetos somos objeto del cálculo, como predijo Heidegger en relación a la técnica moderna y su peligro intrínseco.

En este contexto parece perdida toda posibilidad de constituir ámbitos libres de la dominación técnica en el mundo infraestructural. Sin embargo, fue también Heidegger quien dijo que, ahí donde radica el peligro de la Técnica Moderna[10], radica también lo que salva, lo que nos retornaría al origen, sutil manera, he aquí una hipótesis, de referirse a una revolución.

1.3. Metodología. 
En resumen, la investigación articula el desarrollo de un escrito teórico de interpretación del contexto de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, y unas prefiguraciones arquitectónicas, como aproximaciones imaginarias, programáticas y de los enucnciados de proyecto futuros, relativos al tema.

La investigación propone un camino de la transducción, es decir de la transformación de los diferentes modos del problema, en si el contexto estudiado, en un programa de sentidos arquitectónicos, desde el dominio mismo del problema. En este sentido, la réplica a cada problema específico no se expresa como solución sino como una invención arquitectónica y técnica que generará, a su vez, otras problemáticas.

1.4. Enunciados o hipótesis proyectuales iniciales.
1.4.1. Enunciado preliminar.

El proyecto de un sentido para la arquitectura relativa al contexto de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, es condición para el modo en que dicha Revolución Industrial se desarrolle.

1.4.2. Enunciado proyectual genérico.

Del dominio del problema, es decir del contexto relativo a la Tercera y Cuarta Revolución Industrial surgirán las condiciones para el proyecto de una arquitectura habitacional por venir.

1.4.3. Enunciado proyectual específico.

1.5. Experimentación proyectual

Como muestra de lo expuesto arriba, desarrollamos una propuesta, ahora urbano-arquitectónica, para la ciudad de Buenos Aires, más precisamente, sobre el rio de la Plata y su costa. Llamamos al proyecto Isla replicante para Buenos Aires. Un territorio técnico y artificial, semi-flotante, sobre el que se reproduce la vida. Una oportunidad para explorar una arquitectura que pueda adaptarse a las catástrofes socio-ambientales contemporáneas. En el desarrollo del texto aquí presentado, informaremos sobre el significado, las estrategias y tácticas de esta experimentación proyectual.

2.DESARROLLO DEL ARTÍCULO.

2.1- El origen.

2.1.1. Un período de escasez. Una nueva abundancia
La perspectiva de un final en la disponibilidad de petróleo, material sobre el que se basa la sociedad contemporánea de la segunda revolución industrial, ha desatado un verdadero pánico y toda una serie de conflictos ambientales, económicos, sociales, políticos y militares. A su vez, la industria en base al petróleo se inscribe en esa técnica moderna de la sobre explotación de los recursos no renovables del planeta. El filósofo Peter Sloterdijk llama a esta sociedad; ‘sociedad de la producción no regenerativa’ y a su naciente era; la era ‘post-fósil’, una era donde la escasez resurge como un fantasma que atemoriza, principalmente a las sociedades de consumo, las cuales comienzan un derrotero esquizofrénico de movidas geo estratégicas para garantizar esos 50 o 70 años más de petróleo antes de que se torne imposible, por los enormes costos, su extracción.

El planeta se ha visto devastado por el desarrollo de una segunda revolución industrial imparable. La población mundial continúa creciendo, así como el consumo de productos industriales, lo que empuja la huella ecológica planetaria al punto de no retorno a niveles de sustentabilidad y resiliencia Ambiental.
En este contexto desalentador, la emergencia de una era post-fósil, es decir de la escasez del petróleo como fundamento material de la sociedad de consumo, reclama un urgente desarrollo tecnológico para nuevas instancias de abundancia material, energética y alimentaria, que garanticen la supervivencia de la población humana en el planeta.
Hoy conviven tres revoluciones industriales en simultaneo. Por un lado, la segunda revolución industrial correspondiente a la fase de la producción de energía y materia industrial en base a los combustibles fósiles se encuentra en franca decadencia, pero aún vigente. Por otro lado, un nuevo poder lateral, una nueva topología revolucionaria, se gesta con la tercera y cuarta revolución industrial que proponen, de varias maneras, la sustitución del carácter energético y material de la segunda.

2.1.2. La Cibernética. Algo en común.
La tercera revolución industrial y la cuarta revolución industrial tienen en común su ascendencia en la Cibernética y su proyecto de un mundo bajo el control de tecnologías de la comunicación capaces de recibir y producir información.

Ciertamente, toda revolución industrial que se precie tiene su metáfora. Si la metáfora de las dos primeras fue la de la estructura racionalizada, la funcionalidad de la máquina, la metáfora correspondiente a la tercera y cuarta revolución industrial es la infraestructura, las redes materiales e inmateriales, o líquidas, metáfora debida a Zygmunt Bauman.
No por casualidad Umberto Eco propone, en el prólogo de “El Libro de los Laberintos”, que nos encontramos sujetos a un laberinto rizomático que lo envuelve todo, un laberinto infraestructural sin centro, o con centros infinitos, una trama de múltiples direcciones que podríamos llamar cibernética.

Así, la infraestructura pasó de estar constituida por un tipo de información materializada analógica y jerárquicamente vertical, a una constitución también digital, desterritorializada y lateral, con puntos de intensidad variable.


2.1.3.  La estrategia urbana y arquitectónica de la Cibernética.
 “Las ordenes mediante las cuales regulamos nuestro Ambiente son una especie de información que le impartimos. Como cualquier otra clase de informe, están sometidas a deformaciones al pasar de un ente a otro. Generalmente llegan en una forma menos coherente y, desde luego, no más coherente que la de partida. En las comunicaciones y en la regulación luchamos siempre contra la tendencia de la naturaleza a degradar lo organizado y a destruir lo que tiene sentido, la misma tendencia de la entropía a aumentar, como demostró Gibbs.”[11]

Como ya mencionamos, la tercera y cuarta revolución industrial se inscribe en la historia de una Cibernética que deviene ámbito de las redes. En este sentido esta nueva revolución industrial, es una revolución que, si bien se relaciona con la era de la máquina, la trasciende y se acerca más a la idea de Gilbert Simondon de mundo configurado según Conjuntos Técnicos, es decir, espacialidades técnicas totales de asociaciones humano-maquínicas. Ya no la máquina como objeto más o menos sensible, sino una máquina cibernético-espacial.

Recordemos que la teoría originaria de la cibernética se la debemos al matemático y filósofo norteamericano Norbert Wiener. El término Cibernética viene del griego Kubertnetes (timón) o mejor, de Kibernetikos, que significa piloto o gobernante de un barco.

La Cibernética nace en los Estados Unidos, en el ámbito académico y militar de la Segunda Guerra Mundial, como el desarrollo de sistemas de control para las máquinas de cálculo de los dispositivos balísticos de guerra, las máquinas industriales y de los sistemas de producción de energía. En un inicio se trató de una teoría de los mensajes aplicado a la ingeniería de las máquinas, y al estudio de los organismos vivos, es decir que la cibernética unifica dos mundos en uno, el natural y el artificial.

En la teoría de los mensajes, Wiener pretende fundar una ciencia de la comunicación entre los humanos, de los humanos con las máquinas, y de las maquinas entre sí.

Como desarrollo tecno-científico, la cibernética tiene por objetivo el generar lógicas para el control cualitativo y cuantitativo de los ambientes, mediante tecnologías sensibles a la información e interacción entre los humanos y máquinas. El obstáculo a dicho control se llama Entropía que es la medida de la desorganización de un determinado sistema; siendo la información, la medida de la lucha contra esa desorganización.

Así es que el concepto de Cibernética, aplicado al campo social humano, se asemeja tanto a la idea de Biopolítica de Michael Foucault, en cuanto Técnica para el control de las poblaciones mediante normas aplicadas a los cuerpos, como al concepto más arquitectónico de Antropotécnica, del filósofo alemán Peter Sloterdijk que, siguiendo la idea de Biopolítica, le incorpora una pre-historia, es decir un origen en los ámbitos tribales de las hordas humanas primitivas, como ámbitos inmunológicos de incubación de humanos, por humanos, vía un distanciamiento cultural de la riesgosa Naturaleza.

La Cibernética pretende no solo describir un mundo o el universo, sino desarrollar tecnologías de información, de concentración y eficiencia en la enunciación de mensajes, sean estos físicos o metafísicos. En este sentido la cibernética es una verdadera tecno-ciencia potencialmente proyectual.

Como vemos, las teorías de la tercera revolución industrial son estrictamente cibernéticas. El tema fundamentaI es el establecimiento de una producción y un control de la energía a escala planetaria, es decir, del control de la producción industrial y energía como información, para limitar la entropía propia de todo sistema.

Las ciudades actuales son grandes consumidoras de matrial y de energía; de esto se ocupa la propuesta de la tercera y cuarta revolución industrial de Rifkin y Schwab, de la posibilidad de transformar a las ciudades y sus edificios en soportes para la producción de energía, alimentos y bienes. Las ciudades intercambiarían, a su vez, sus producciones de energía, información y materia con otras ciudades de las regiones propias y cercanas; y de las regiones a los continentes para, por último, resultar en un intercambio global.
La propuesta de la tercera y cuarta revolución industrial requiere de una nueva infraestructura. Toda Infraestructura requiere de espacios nodales de control. La tercera y cuarta revolución industrial tendría además soportes espaciales para los dispositivos de producción industrial distribuida y de energía renovable. Dichos soportes espaciales deberían ser, en gran medida, los edificios de las ciudades. Los edificios nuevos deberán ser proyectados teniendo en cuenta la nueva infraestructura de la tercera y cuarta Revolución Industrial y los existentes deberán actualizarse.

2.2- El límite poblacional.

En sus últimos escritos, Jeremy Rifkin amplía el mundo infraestructural planteado en la tercera y cuarta revolución industrial, con la idea de una macroeconomía distribuida y colaborativa de producción industrial generalizada. Mediante la incorporación de la impresión 3d/4d y las plataformas colaborativas, la organización rizomática de la producción transformaría al actual mundo de escasez en un mundo de abundancia debido a una tendencia al coste marginal cero en la economía, esto quiere decir, una tendencia a la gratuidad.

“…Cuando el coste marginal de producir unidades adicionales de un producto o un servicio es casi cero, la escasez es sustituida por la abundancia. El valor de intercambio no sirve de nada porque todo el mundo puede obtener casi todo lo que necesita sin pagar por ello. Los productos y servicios tienen un valor derivado de usarlos y compartirlos, pero ya no tienen un valor de intercambio.”[12]

La abundancia de la tercera revolución industrial requiere de recursos de todo tipo; algunos, como la energía solar, son recursos renovables relativamente fáciles de conseguir, otros, como los alimentos, el agua, y el espacio habitable y productivo, no lo son. Jeremy Rifkin es consciente del límite entre la cantidad de seres humanos, y la posibilidad de la industria para abastecerse de materias primas para sustentar el consumo.

“Hoy en día, todos los seres humanos, sean ricos o pobres, consumen los recursos equivalentes a una Tierra y media; en otras palabras: hace falta casi un año y medio para regresar lo que consumimos en un año. Naciones Unidas calcula que, si el crecimiento demográfico y las tendencias de consumo siguen como hasta ahora, incluso sin que se dé un cambio apreciable en la calidad de la vida de los pobres del mundo, en 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas como la Tierra para regenerar los recursos que consumamos.”[13]

Rifkin no solo explicita el límite, sino que lo entiende como inquebrantable. Solo encuentra una solución a dicho límite en la reducción de la población humana en el planeta, mediante el control de la natalidad; en especial en las regiones sub-desarrolladas del planeta. Dice:

“Para que la población humana se adecue a la biodiversidad del planeta y para que la sociedad pase de la escasez a una abundancia sostenible, deberemos abordar la gran desigualdad entre la huella ecológica de los ricos y de los pobres, y al mismo tiempo, reducir la población humana del planeta.”[14] 

Para Schwab, la superpoblación es también uno de los límites más importantes al desarrollo de la cuarta revolución industrial, con el agravante de tratarse de una población que, según Schwab y otros, tiende a vivir cada vez más tiempo, lo que pondría al sistema financiero basado en las cajas de previsión, en situación crítica, al sobrepasar los habitantes jubilados a los aportantes.

“Se prevé que la población mundial crezca de 7200 millones en la actualidad a 8000 millones hacia 2030 y a 9000 millones en 2050. Esto debería conducir a un aumento de la demanda agregada. Pero hay otra poderosa tendencia demográfica, el envejecimiento.”[15]

La idea, en nuestra opinión muy discutible, de limitar la natalidad para reducir el impacto en el ambiente de la superpoblación mundial, no es nueva. En 1968, el biólogo norteamericano Paul Ehrlich, desarrolló una teoría y una fórmula para medir el vínculo entre Superpoblación, Tecnología, y el Impacto sobre el Ambiente en su libro “La Explosión Demográfica”, donde se conjetura que la Superpoblación es el origen del gran problema ecológico planetario, solo resoluble mediante un control mundial de la natalidad.

Para probar su hipótesis, Ehrlich desarrolló una ecuación de tres factores como forma de medir el impacto sobre los sistemas ambientales, la ecuación I (Impacto)= P (Población) x R (Riqueza) x T (Tecnología), que multiplica la cantidad de individuos, por la medida de los recursos que consumen, por el índice de destrucción ambiental de las tecnologías utilizadas por dichos individuos. La ecuación I=PRT demuestra, según Ehrlich, que la población y el control de natalidad es la clave, pues, aunque mejoren circunstancialmente los coeficientes de Riqueza y Tecnología, la Población Mundial continúa creciendo exponencialmente, llevando al impacto sobre el ambiente en la misma trayectoria.

Si bien la tasa de natalidad ha disminuido en el mundo y las técnicas transgenéticas de producción de alimentos han permitido proveer de alimentos a más población, el problema según Ehrlich, parece haberse aplazado, mas no solucionado. La presión sobre el suelo para la producción petrolera y de otras materias, la sobre-generación de residuos, la expulsión de las especies vivas de sus hábitats naturales y, fundamentalmente, el llamado cambio climático, entre otros problemas, están a la orden del día.

Sin embargo, Ehrlich naturaliza una única respuesta al problema planteado con la ecuación I=PRT, antes de ponerla realmente a trabajar, con el objeto de generar una política en una determinada dirección; la política del control de la natalidad, en especial para las regiones del subdesarrollo. ¿No pueden los factores R y T mejorar continua y exponencialmente, en el sentido de una mejor distribución de la riqueza espacial del planeta? ¿No puede el proyecto arquitectónico contribuir al desarrollo de una cultura Técnica no destructiva del planeta y su suelo?

Si la superpoblación y la presión crítica sobre el suelo terrestre son potenciales efectos del desarrollo de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial ¿no podríamos, por ejemplo, desarrollar nuevas tecnologías arquitectónicas para densificar nuestras ciudades de manera socialmente inclusiva en el sentido de una redistribución de la riqueza espacial? ¿Podría ser esta una solución a la Superpoblación? En términos de Ehrlich, esto no sería posible porque la Superpoblación no tiene directamente que ver con la densidad habitacional en las ciudades.

Un sentido común nos dice que, a mayor densidad, mayor superpoblación.  Sin embargo, Ehrlich, diferencia claramente ambos conceptos, Densidad y Superpoblación.

Para Ehrlich, superpoblación es la relación entre el número de personas que habitan una zona, con la capacidad de carga de dicha zona, es decir la disposición de un ambiente y sus dominios asociados, para admitir las actividades del grupo humano que lo habita. Plantea Ehrlich:

“¿Cuándo puede decirse que un área está superpoblada? Cuando su población no puede mantenerse sin que los recursos no renovables disminuyan aceleradamente (o se conviertan los recursos renovables en no renovables), degradándose la capacidad del medio ambiente de sostener a la población.”[16]

Ehrlich pone de ejemplo a países con altos niveles de densidad poblacional, como Holanda –más de 361 hab/km2-, Taiwán -562,9- y Hong Kong -5126-, para ejemplificar economías que pueden sustentar dichas poblaciones en estándares aceptables, en comparación con países en vías de desarrollo con muy poca densidad, pero altos niveles de superpoblación. Holanda, no estaría superpoblada porque tiene la capacidad de sustentar la vida y las prácticas de su población, mediante una economía globalizada, de importaciones-exportaciones de energías, alimentos y bienes industrializados. Es decir que Holanda tiene el poder económico para no caer en niveles de superpoblación.

Son, sin embargo, las potencias económicas de la globalización quienes ponen en peligro –con las complicidades locales correspondientes-, a los depredados países de Latinoamérica, Asia y África, debido a los altos niveles de consumo material a los que están habituados, materiales que, además, extraen de dichas regiones del subdesarrollo. Por esta razón, es importante encontrar una solución mundial al problema, empezando por los que más consumen. Ahora bien, Ehrlich representa a las ciudades como ineficientes terminales de consumo energético y materias primas, además de considerarlas como focos infecciosos.

Pero ¿qué sucedería si pudiésemos alojar a las poblaciones metropolitanas en arquitecturas de forma equitativamente distribuida espacialmente, según nuevas configuraciones capaces de contener y posibilitar tecnologías para la producción de energías renovables y la reproducción de materiales y alimentos de diversos tipos? Se trataría de entornos humanos radicalmente nuevos en el sentido de un cambio de la política arquitectónica, de un estar anclado al suelo y poseerlo, dominarlo, y explotarlo, a una re-distribución socialmente justa y equitativa del espacio tridimensional, en sectores específicos de las metrópolis existentes y sus entornos cercanos.

2.2.1. Una Transición Demográfica.
En el año 2012 se re-edita un famoso libro sobre economía, ecología y demografía, se trata de Los Limites del Crecimiento de la biofísica Donella Meadows y los economistas Jorgen Randers y Dennis Meadows. El libro es resultado de una investigación encargada por el Club de Roma a este grupo de científicos del M.I.T., que desarrollan un software específico para poder previsualizar, anticipar escenarios y disyuntivas respecto de las problemáticas económicas y ecológicas del planeta.

La tesis sostenida aun hoy por los autores vivos, es que el crecimiento de la economía y de la población, llevan a la humanidad más allá de los límites físicos del planeta, poniendo a las poblaciones en peligro. Es decir que, a mayor población mundial, mayor el riesgo de colapso económico, energético y material.

La investigación da una importancia fundamental al límite demográfico y plantea claramente que la industrialización es una vía contradictoria y paradójica de controlar la tasa de crecimiento de la población, dado que por un lado la limita y por el otro la alimenta.
Para entender el carácter aparentemente contradictorio del crecimiento, estabilidad y contracción de la tasa de crecimiento poblacional en las sociedades industriales debemos entender la dinámica de la transición demográfica.

Previo al inicio de un período de industrialización genuino, sea directo o indirecto, la población correspondiente se mantiene gracias a una política que propicia la mayor cantidad de nacimientos, dada una probable cantidad importante de decesos. La manera de mantener una economía de escala doméstica y nacional en estas sociedades pre industriales es equivalente a mantener equilibrada la relación nacimientos-defunciones, y dado que las tasas de defunciones en las sociedades preindustriales suelen ser mayores al estándar del mundo industrializado, la alternativa es la de propiciar una alta tasa de natalidad.

Cuando una población da comienzo a un proceso de industrialización y crecimiento económico, mejoran sensiblemente los estándares de salud, y la inercia de la tasa de crecimiento poblacional dispara exponencialmente el crecimiento demográfico, ya que se reduce la tasa de defunciones y, por inercia cultural, se mantienen altas tasas de natalidad.
Entonces, si la industrialización mejora los estándares educativos y los sistemas de salud, la población tiende a equilibrarse y, eventualmente, reducirse; aunque, dado que los humanos de las sociedades industrializadas tienden vivir cada vez más tiempo, la población que envejece se suma y convive con más capas generacionales, incrementando de esta manera el número de la población.

Recién después de un largo proceso de interiorización de una cultura industrial y moderna, una población puede reducir, voluntaria y pacíficamente, la tasa de natalidad, de manera de alcanzar un equilibrio en su tasa de crecimiento poblacional general.
Por lo tanto, dado el complejo contexto que relaciona catástrofe biológica-ambiental, la emergencia de un nuevo régimen técnico y el crecimiento exponencial de la población mundial, cabe la pregunta ¿Cómo alojar a una población mundial en crecimiento exponencial, de manera justa y a tiempo, para concluir el período de transición demográfica?

Una primer tesis sería entonces que la condición para llevar a buen puerto a la tercera y cuarta revolución industrial, es la producción de una espacialidad que aloje, con justicia social y distribución de la riqueza espacial del planeta, a una creciente población mundial, durante el período de Transición Demográfica, hasta que el crecimiento poblacional se equilibre, sin coerciones violentas y sin exclusiones sociales, de manera de reducir sensiblemente y finalmente anular el problema de la superpoblación.

2.3. Una sociedad cibernética.
 Nos preguntamos por la forma en que la arquitectura condiciona al desarrollo de la tercera y cuarta revolución industrial reafirmando una hipótesis según la cual toda revolución industrial, teniendo en cuenta sus genealogías, se desarrollan plenamente si y solo si, se gestan sus arquitecturas correspondientes.

El sentido estratégico de este tema se relaciona con el advenimiento concreto de un Nuevo Régimen Climático, como denomina Bruno Latour al cambio climático; régimen de características catastróficas para el ambiente humano planetario, y el surgimiento simultaneo de lo que llamamos acá un Nuevo Régimen Técnico como reverberación y origen del primero, es decir que apostamos por la idea de una condicionalidad recíproca entre los registros naturales y técnicos.

Si en las dos primeras revoluciones industriales, la nueva forma significativa es la máquina, en la Tercera y Cuarta Revolución Industrial es la constitución de una infraestructura cibernética planetaria, con variados estados de equilibrio, una red de máquinas y hombres interconectados de manera transindividualizada; lo que Simondón llamó un Conjunto Técnico.

Simondon, siguiendo a teóricos como Norbert Wiener, reflexiona sobre el camino que debería tomar la cibernética, como una nueva disciplina científica que unifica los saberes científico-técnicos modernos, mediante un control de los procesos informacionales y las formas devenidas.

Simondón ve, en la versión dominante de la cibernética, más bien pragmática, un futuro estancamiento evolutivo de los objetos técnicos, al perseguir una automatización lógica cada vez más eficiente, que permitiría la estabilidad de los sistemas, al costo de tornarlas incapaces de asociarse creativamente con el ser humano. Para Simondon, solo el ser humano puede, con sus indeterminaciones e incertidumbres, mediar entre las máquinas de manera de permitirle a las mismas, nuevas instancias de individuación, nuevas formas.

Por otro lado, Simondon intuye una futura explotación despótica hacia las máquinas por parte del ser humano, lo que retornaría como una explotación renovada de lo humano, dado que la máquina deviene tal, debido a un creador humano que la informa.

La Tercera y Cuarta Revolución Industrial propone una potencial distribución en redes colaborativas de las capacidades productivas, una nueva sociedad productiva de coste marginal tendiente a cero. Practicamente el sueño del socialismo industrialista original. En este sentido, el planteo de Simondon, por una sociedad de humanos y objetos técnicos encuentra hoy una potencialidad concreta.

La relación entre humanos y máquinas se reflexiona, con Simondon, como asociación conveniente y ambiente social, como cultura y civilización cibernética total. En la actualidad esta relación se convierte en mundo, o como se la suele llamar, desde hace más de tres décadas, globalización.

La tesis que planteamos rastrea inicialmente la metáfora arquitectónica más adecuada con el fin de desarrollar una genealogía que nos brinde tanto vestigios, como auspicios para el proyecto arquitectónico, en esta era de la técnica.

La Tercera y Cuarta Revolución Industrial, tanto para Jeremy Rifkin, como para Claus Schwab, trata de redes distribuidas de producción y control de la energía, redes de intercambio de información y redes productivas, que podrían transformarse en alternativas al ineficiente mundo de la producción industrial en base a los combustibles fósiles; era que se encuentra en su ocaso al depender de los no recursos, esto es de lo no retornable de las materias naturales con las que se produce energía y bienes.

La metáfora de la red es una metáfora biológico espacial, pero aun no arquitectónica. De manera preliminar encontramos en la teoría esferológica del filósofo alemán Peter Sloterdijk, una pista, cuando propone una interpretación de la espacialidad contemporánea como una espuma, como una organización de esferas de paredes finas que sostienen las individualidades agrupadas tridimensionalmente, de los sujetos cosmopolitas de las metrópolis de la globalización.

La representación de una organización intrincada de espacios de diferente valor, nos recuerdan a Deleuze y sus rizomas. Del rizoma podemos derivarnos a la idea de una organización multidireccional extensiva. La idea de una organización espacial extensiva e intrincada nos recuerda, a su vez, a los laberintos arquetípicos que fueron, desde sus inicios, concepciones que podrían situarse en relación a tres genealogías de la forma y el espacio arquitectónico: un posible laberinto esférico-platónico fuertemente estable, desde el punto de vista morfológico, uno hilemórfico aristotélico, matérico-formal con estructuras diversas, y uno informacional o cibernético infraestructural, donde la forma deviene y es metaestable, es decir con momentos estables susceptibles de transformación posterior.

A partir de esta investigación preparatoria encontramos el antecedente teórico de Umberto Eco, sobre las tres épocas del laberinto, siendo las mismas: el laberinto univiario, en general con unas formas arquitectónicas simples y un exterior natural, el laberinto manierista, con múltiples caminos confusos y engañosos; y el laberinto rizomático, como una macro infraestructura contemporánea de pura interioridad. 

El laberinto rizomático es una metáfora del establecimiento de un mundo dominado por la cibernética. Es también signo de un estado de situación del sujeto contemporáneo, en el momento del establecimiento de una sociedad de la información de carácter absoluto.

La cibernética, término que, como dijimos, acuña el filósofo y matemático norteamericano Norbert Wiener, es la teoría de la información para la no perdida inútil de la energía, la información y la acción en el medio tecno-científico. La cibernética es control negentrópico de la energía, cuestión también central de las teorías de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial y problemática crucial para la teoría del Nuevo Régimen Climático de Bruno Latour.

El mundo de la cibernética generalizada depende de energía, insumos materiales e industriales. Fenómenos concretos que condicionan y determinan la posibilidad de la expansión planetario de la cibernética.

EL filósofo alemán Peter Sloterdijk interpreta la metamorfosis de la cultura occidental actual, como resultado de una sociedad que se adentra en una era de la producción industrial post-fósil. Una sociedad forzada a proyectar y fundar una nueva abundancia en base a materias replicantes y sintéticas, ante una creciente escasez de recursos naturales para la explotación, situación que pone en riesgo la vida de miles de millones de seres humanos; en especial en las regiones paupérrimas del planeta que sufren el subdesarrollo y la superpoblación.

En este sentido, la Tercera y Cuarta Revolución Industrial se presenta como una solución a dicha creciente escasez de la era post-fósil. La cibernética propuesta por Rifkin y Schwab, es la cibernética del control de las energías renovables, de una eficiencia sensible, debido al desarrollo de los sensores electrónicos vinculados en redes informáticas, para el potencial control de todos los entes del mundo y, básicamente, el desarrollo de las tecnologías de replicación informático-biológicas; que permitiría la producción de una cultura material sintética y artificial.

Este factible nuevo mundo de abundancia material y energética tiene, dos problemas relacionados. El primero, tratado en la primera parte de la investigación, lo manifiestan tanto Rifkin como Schwab; se trata de la superpoblación mundial debida al nuevo crecimiento económico; superpoblación que pondría nuevamente en jaque al planeta y su capacidad de brindarnos recursos alimentarios y habitacionales. El segundo problema, aún más profundo, es la sociedad de control que todo desarrollo cibernético implica cuando se instaura de forma acrítica y totalitariamente, en el hábitat humano, entendiendo por el mismo al entorno cultural y natural determinado por las relaciones sociales correspondientes. 

Heidegger, en La pregunta por la Técnica, denuncia el peligro de la explotación perversa y sistemática del planeta y los seres vivos que aloja. Heidegger ilustra el discurso metafísico de la explotación del planeta por una esencia de la Técnica Moderna que hace hablar al ente dominante, un sujeto contemporáneo que se pavonea sobre su extensión.

La esencia de la Técnica Moderna es la Técnica que sitúa al ente para su explotación como energía por parte de un discurso de poder y dominación. La cosa, más que el objeto, se ve esclavizada por este discurso, es decir que dicha explotación se da en el sentido de una esclavitud que determina la existencia de todos los llamados seres, para transformarlos, cosificación mediante, en entes dominados tecnológicamente.

Es Heidegger también, quien en su última época de producción teórica sitúa a la cibernética como un problema determinado por la esencia de la Técnica Moderna, al afirmar que el surgimiento de la cibernética es el fin de la filosofía en tanto disciplina que agrupó y pensó, originariamente, a las ciencias. La cibernética es, para Heidegger, la instauración definitiva de la concepción metafísica del mundo; un mundo artificial de la eficiencia funcional.
Es este un punto de vinculación interesante con lo dicho por Gilbert Simondon al respecto, para quien:

“El ser técnico no tiene naturaleza; puede ser un análogo funcional del individuo, pero jamás es un verdadero individuo orgánico.”[17]

Heidegger, por su parte, responde de la siguiente manera, en la famosa entrevista a la revista Der Spiegel:

“SPIEGEL: Sin embargo, se le podría objetar de manera completamente ingenua: pero, ¿Qué es lo que esta dominando? Todo funciona. Cada vez se construyen más centrales eléctricas. Cada vez se producirá con más destreza. En la parte de mundo altamente tecnificado los hombres están bien atendidos, Vivimos en un estado de bienestar. ¿Qué faltaría en realidad?
HEIDEGGER: Todo funciona. Esto es precisamente lo inhóspito, que todo funciona y que el funcionamiento lleva siempre a mas funcionamiento y que la técnica arranca al hombre de la tierra cada vez más y lo desarraiga. No sé si vio usted, estaba espantado, pero desde luego lo estaba cuando vi las fotos de la Tierra desde la luna. No necesitamos bombas atómicas, el desarraigo del hombre es un hecho. Solo nos quedan puras relaciones técnicas. Donde el hombre vive ya no es más la tierra.”[18]

El ser técnico de Simondon, la máquina más específicamente, se apropia del accionar operacional cotidiano, sustituyendo al ser humano en cada vez más tareas. El problema, plantea Simondon, es que el ser humano al ver amenazada su labor, ha intentado en determinados momentos de la historia, luchar contra la máquina, demonizándola. El miedo al autómata es, para Simondon, un miedo sin sentido pues es el ser humano el responsable de la creación técnica. Dicha representación como creador, como mediador entre los objetos técnicos, es la clave para el lugar del ser humano, en una sociedad de máquinas.

“En la verdadera relación complementaria, es preciso que el hombre sea un ser inacabado que completa la máquina, y la máquina un ser que encuentra en el hombre su unidad, su finalidad, y su conexión con el conjunto del mundo técnico;…; hombre y máquina son mutuamente mediadores, ya que la maquina posee en sus caracteres la integración a la espacialidad y la capacidad de salvaguardar información a través del tiempo, mientras que el hombre, mediante sus facultades de conocimiento y su poder de acción, sabe integrar la máquina a un universo de símbolos que no es espacio-temporal, y en el cual la máquina jamás podría integrarse por sí misma.”[19]

Si los seres humanos no son libres en la técnica, entonces son sujetos por un discurso cibernético totalizador. Esto, para Simondon, constituye la trampa paradojal de la técnica como poder, pues si los humanos quedan sujetos, entonces dejan de poder mediar verdaderamente entre máquinas, pues se transformarían en sujetos definitivos de las mismas.

Como dijimos, Heidegger desoculta lo que la Técnica Moderna es esencialmente. Previamente nos recuerda el origen griego antiguo de la palabra Técnica, este es el desocultar poietico para traer a la presencia la cosa en tanto verdad. La pregunta de Heidegger es entonces ¿de qué manera desoculta la Técnica Moderna?

“El desocultar que domina la técnica moderna tiene el carácter de poner en el sentido de la provocación. Esta acontece de tal manera que se descubren las energías ocultas en la naturaleza; lo descubierto es transformado; lo transformado, acumulado; lo acumulado, a su vez, repartido y lo repartido se renueva cambiando. Descubrir, transformar, acumular, repartir, cambiar, son modos del desocultar.”[20]

La Técnica Moderna dispone de la naturaleza como una fuente calculable de fuerzas. Lo dispuesto es lo dicho-puesto; lo puesto en dicho; lo puesto en logos; entonces lo puesto en razón, es decir lo puesto en racionalidad. La racionalidad puesta en función del desocultar las fuerzas de la naturaleza es la Técnica Moderna.

La cibernética de la era de la globalización corresponde al estadio técnico más avanzado de este poner a disposición la naturaleza para la racionalidad de la producción.
Entonces, si para Simondon el ser humano debe completar a la máquina para que la misma conforme una sociedad con este y con los demás objetos técnicos, el valor de proyectar y construir un ámbito para la supervivencia de la especie humana, en momentos en que peligran los originarios terrestres, es estratégica para unos y otros, seres humanos y objetos técnicos.

Al mismo tiempo, si el ser humano no logra conformar los lugares para una reunión colectiva libre de dominación cibernética, aun dentro del ya citado laberinto rizomático, el mismo ser humano quedaría atrapado dentro de lógicas del automatismo cibernético al punto de caer en estados de individuación sistémica estables, es decir, incapaces de posteriores evoluciones, gran peligro para una sociedad de humanos y máquinas.
¿Por qué decimos que es un peligro el caer en un automatismo humano-técnico? Porque el automatismo lleva a lo estable; el automatismo implica el no movimiento. El no movimiento de lo estable contradice el movimiento del universo.

El universo se transforma. Lo constatamos en los choques estelares, en los ya comprobados agujeros negros, en la desertificación gradual acaecida en el planeta Marte, hace millones de años atrás, en el accionar de los agentes bióticos y abióticos, en la evolución de las especies animales y vegetales.

Una organización, técnica y/o biológica que no se transforma, o que está incapacitada para la transformación, es una organización estable; una organización estable, sin capacidad metaestable, es una organización exámine. Un mundo cibernético que tiende a la perfección y eficiencia de lo estable, es un potencial un mundo muerto, aunque funcional. Un mundo “Tierra” que muere es precisamente, lo que están detectando los científicos que denuncian el cambio climático.

Todo individuo debe, para devenir, mantener un gen o un agente que lo des-estabilice en algún momento con el fin de ensayar nuevas instancias de individuación, nuevas estabilidades formales potenciales. En el caso de una sociedad cibernética, ese gen es el colectivo humano creativo.

Heidegger plantea, en la famosa entrevista con la revista alemana Der Spiegel, la exigencia del pensar la técnica moderna, con el fin de recrearla en el sentido de una relación satisfactoria del ser humano con la misma, y la urgencia por restablecer una tarea colectiva del pensar el hábitat humano, es decir proyectarlo.

 “El despliegue de la Filosofía en ciencias independientes, aunque cada vez más decididamente relacionadas entre sí, es su legítimo acabamiento. La filosofía en la época actual, ha encontrado su lugar en la cientificidad de la humanidad que opera en sociedad. Sin embargo, el rasgo fundamental de esa cientificidad es su carácter cibernético, es decir técnico. Presumiblemente, se pierde la necesidad de preguntarse por la técnica moderna, en la misma medida en que esta época marca y encausa los fenómenos de mundo entero y la posición del hombre en él.”[21]

Cuando habla de sociedad se refiere a una disposición lógica del mundo según un lenguaje unificante llamado cibernética. Lo que desde hace un tiempo llamamos globalización o mundialización, fue preconizada por Heidegger, como un estadio evolutivo territorial lógico, del desarrollo de la Técnica Moderna y su nuevo discurso científico-técnico de la cibernética:

“El final de la Filosofía se muestra como el triunfo de la instalación manipulable de un mundo científico-técnico, y del orden social en consonancia con él, “final” de la Filosofía quiere decir: comienzo de la civilización mundial fundada en el pensamiento europeo-occidental.”[22]

La tarea final de Heidegger, su último programa filosófico será el de darle origen a un nuevo pensar ante la victoria final de la metafísica y su poder discursivo.
Heidegger plantea la necesidad de retomar un pensamiento del preguntar como manera de retornar a un sentido más originario de la técnica.

 “El pensar tiene que aprender primero a conocer lo que le queda reservado y guardado, y a entregarse a ello: en ese aprendizaje se prepara su propio cambio. Se piensa con ello en la posibilidad de que la civilización universal, que ahora mismo comienza, supere algún día el cuño científico-técnico e industrial, única medida para la estancia del hombre en el mundo; que lo supere, por supuesto no a partir de o por sí mismo, sino de la disponibilidad del hombre para una determinación que, se la escuche o no, habla constantemente en el destino aún incierto del hombre. Sigue siendo igualmente incierto el que la civilización universal sea rápidamente destruida dentro de poco, o bien se consolide durante un largo tiempo en el que no se apoye en algo permanente; sino que, más bien, se acomode al cambio progresivo de lo que cada vez es más nuevo.”[23]

Para Heidegger es indudable que dicha estancia del ser humano en el mundo deviene civilización universal de raíz científico-técnica apoyada en el cambio progresivo de las cosas técnicas que se manifiestan como aquello tecnológico y novedoso.
Como ya mencionamos, la sociedad cibernética es, para Heidegger, una sociedad del disponer a la naturaleza humana y no humana, para poder hacer un uso eficiente de sus energías.

Dicha racionalidad, se constituye como el entorno intrincado del dominio científico-técnico; dominio que oculta los ámbitos para la reunión humana de forma directa, detrás de lógicas discursivas determinadas por el mundo industrial y del consumo.
Desde hace tiempo es común oír hablar de un mundo de redes cibernéticas que todo lo atrapan; como enrevesados sitios, potencialmente escabrosos en su complejidad; bosques tupidos del logos científico-técnico donde las informaciones más trascendentes, y la más banales, son intercambiadas.

Los ámbitos en dicho bosque de la información se cierran, como en el laberinto rizomático de Umberto Eco sobre dicha racionalidad de la información, encerrando a su vez al ser humano, como sujeto en recintos estancos. Es en este punto donde intuimos una probable conexión, entre lo solicitado por Simondon respecto de una sociedad de Humanos y objetos técnicos, y lo pensado por Heidegger en relación a la construcción colectiva de unos “Claros en el bosque”, claros como ámbitos libres de dominación cibernética para que los seres humanos, reunidos cara a cara, proyecten sus ámbitos.

“Sabemos lo que es el claro del bosque [Waldlictung] por contraposición a la espesura del bosque, que en alemán más antiguo se llama Dickung [espesura]. El sustantivo Lichtung remite al verbo lichten. El adjetivo licht es la misma palabra que leicht.[ligero] Etwas lichten significa: aligerar, liberar, abrir algo, como, por ejemplo, despejar el bosque de árboles en un lugar. El espacio libre que resulta es la Lichtung. Ahora bien, das Lichte, en el sentido de libre y abierto, no tiene nada que ver, ni lingüística ni temáticamente, con el adjetivo licht, que significa hell [Claro]. Esto hay que tenerlo en cuenta para entender la diferencia entre Lichtung y Licht. Sin embargo, sigue existiendo la posibilidad de una conexión temática entre los dos: la luz puede caer sobre la Lichtung, en su parte abierta, dejando que jueguen en ella lo claro con lo oscuro. Pero la luz nunca crea la Lichtung, sino que la presupone. Sin embargo, lo abierto no sólo está libre para lo claro y lo oscuro, sino también para el sonido y el eco que se va extinguiendo. La Lichtung es lo abierto para todo lo presente y ausente.”[24]

Sin estos claros en el bosque, los humanos quedarían totalmente sujetos al control informacional eficiente, y el poder cibernético quedaría también limitado, como dijimos, a una racionalidad cerrada en sí misma, incapaz de cambiar con el universo, de manera creativa; creatividad que solo los humanos, reunidos en ámbitos libres de dominación por parte de la esencia de la Técnica Moderna, pueden propiciar.

Los claros en el bosque para la reunión libre los seres humanos deberán ser, entonces, libres de la esencia despótica de la Técnica Moderna; ¿pero libres de toda técnica? La arquitectura posee su técnica, la originaria técnica griega de la arquitectura es la tektónica. A diferencia de la espacialidad abstracta de la cibernética, la arquitectura, desde su técnica, puede aún liberar y construir un claro en el sentido ya expresado ¿significa esto un retorno al Tekton, al carpintero constructor de edificios de la antigua Grecia? Sostenemos que no; que es necesario, debido al Nuevo Régimen Climático que se desarrolla en el planeta, que se constituya una sociedad humano-cibernética que pueda, rápidamente, suministrar un alojamiento humano acorde.

En este sentido Heidegger diferencia entre un espacio construido como lugar en el sentido de un intervalo, un “Spatium”, y un espacio de lo dimensional calculado, de la “extensio”, cuyo devenir contemporáneo se manifiesta en la virtualidad de la espacialidad cibernética. Heidegger, de alguna manera pide atender la carencia del primero, del espacio para el lugar como hogar, más que el espacio para la mera ubicación de un numero poblacional en viviendas como meras cuantificaciones. Solicita un hábitat donde el ser humano se libere para reunirse, para crear y pensar colectivamente en el sentido del cuidar y proteger una relación satisfactoria con la técnica y la naturaleza.

Heidegger no niega la necesidad de un dimensionamiento, de un cálculo del espacio, sino que insta a una jerarquía conceptual, ético-procedimental y del proyecto, donde lo dimensional se ubica en segunda instancia luego de la reflexión sobre el habitar y sobre el carácter del construir mismo como aquello que abre lugares para ser habitados.

Es cierto que sin bosque no tendríamos un claro, algo a ser aclarado, una oscuridad a través de la cual desplegarnos y discurrir. El mundo de lo iluminado enteramente es también un mundo de la metafísica. Es la ciencia la que quiere todo clarificado. El bosque de la información es simultáneamente claridad omnipresente y oscuridad de las esencias. Contra esto ejercita Heidegger su pensar.

En Construir, Habitar, Pensar, Heidegger desarrolla su pensar y dice que el hombre habita poéticamente sobre la tierra mirando al cielo y esperando a los divinos. No es el dios un ente que pueda ser observado directamente, sino a través de sus manifestaciones, a través de los divinos, quienes a su vez se manifiestan a través de la Tierra y el Cielo. La destrucción de la Tierra y el cielo por parte de un sujeto de la esencia de la Técnica Moderna, dejaría al dios sin sus medios para comunicarse con los mortales.

“SPIEGEL: Bien. Pero ahora se plantea la cuestión: ¿puede el individuo influir aún en esa maraña de necesidades inevitables, o puede influir la filosofía, o ambos a la vez, en la medida en que la filosofía lleva a una determinada acción a uno o a muchos individuos?
HEIDEGGER: Con esta pregunta volvemos al comienzo de nuestra conversación. Si se me permite contestar de manera breve y tal vez un poco tosca, pero tras una larga reflexión: la filosofía no podrá operar ningún cambio inmediato en el actual estado de cosas del mundo. Esto vale no sólo para la filosofía, sino especialmente para todos los esfuerzos y afanes meramente humanos. Sólo un dios puede aún salvarnos. La única posibilidad de salvación la veo en que preparemos, con el pensamiento y la poesía, una disposición para la aparición del dios o para su ausencia en el ocaso; dicho toscamente, que no «estiremos la pata», sino que, si desaparecemos, que desaparezcamos ante el rostro del dios ausente.”[25]

Heidegger nos recuerda también, citando a Holderlin que: “Poeticamente habita el hombre sobre la tierra”. La raíz del griego para poesía es ποιεῖν, a través del latín es Poiesis que significa, acción de hacer o producir desde el dejar aparecer. Poiesis es la actividad creadora del hombre, de hecho, Heidegger pensaba a la Tejne como una actividad de la Poiesis. Por lo tanto, el habitar poéticamente, es el habitar productivo de traer a la presencia cosas, arquitectura, poesía, esculturas, música, etc., mediante sus técnicas correspondientes. El producir como construir es el modo de ser, del “Ser en el Mundo”.

Es Sloerdijk quien encuentra en “Ser y Tiempo”, el indicio para reanudar una investigación filosófico-proyectual, al recordarnos que fue Heidegger quien dijo, primeramente:
“El ser en el mundo es sin duda una estructura necesaria a priori del “ser ahí”[26]
Para a continuación decir:

“¿Qué quiere decir “ser en”? como completamos inmediatamente la expresión en el sentido de ser “en el mundo”, nos inclinamos a comprender el “ser en” en el sentido de este complemento. En este sentido se trata de la forma de ser de un ente que es “en” otro como el agua “en” el vaso, el vestido “en” el armario. Mentamos con él “en” la recíproca “relación de ser” de este espacio.”[27] Pág. 66

Sloterdijk sospecha que Heidegger abandona una posible filosofía del espacio y el lugar, por una del tiempo; sacando partido en el sentido de continuar esa hipotesis con su teoría de la esferología, justo en el momento que la problemática del ambiente humano es crucial.
Sloterdijk se pregunta por aquel “en” de “ser en el mundo” de Heidegger y desarrolla una tesis según la cual el ser humano construye hábitats como esferas inmunológicas. Esferas desde donde salvarse. Volviendo al Heidegger de Construir, Habitar, Pensar:

“Los mortales habitan en tanto salvan la tierra -la palabra "salvar" tomada en su sentido antiguo que Lessing todavía conoció. La salvación no sólo libera de un peligro. Salvar significa en realidad: dejar a algo libre de su propio ser. Salvar la tierra es algo más que sacarle provecho o incluso extenuarla. El salvar la tierra ni la domina ni la somete, a partir de lo cual sólo hay un paso hasta la explotación sin límites.”[28]

Salvar algo es también rebasar una altura, elevarse por encima de ella; es vencer un obstáculo pasando sobre. Sloterdijk, en su búsqueda de una genealogía espacial de proyectos que salvan alturas, encuentra en las utopías arquitectónicas, de las vanguardias europeas de los cincuentas, sesentas y setentas; las utopías de Buckminster Fuller, Yona Friedman, Eckard Schulze Fielitz, Paolo Soleri, Peter Cook, Ron Herron y, Constant, los modelos para una evasión del suelo, mediante ficciones arquitectónicas, nuevos modelos urbano-arquitectónicos proto-cibernéticos. Réplicas del suelo terrestre, natural y urbano, en altura.

“La descripción del espacio urbano se produce sobre zancos: sobre los paisajes ciudadanos del statu quo a los que se renuncia sin esperanza, se levantan, sobre altos sistemas de pilares, las nuevas articulaciones espaciales, radicalmente artificiales, en as que los urbanistas del futuro han de vivir la coexistencia con sus semejantes y con las cosas. Los pilares y apoyos contribuyen lo suyo a superar con un salto a la altura la cuestión del suelo, ya no resoluble sobre la superficie real de la tierra.”[29]

El término “salvar” viene del latín “salvare” y este del verbo “salvus”, es decir, lo que se mantiene entero, integro; por lo tanto, un hábitat que salva la tierra, es un hábitat integral, un hábitat que congrega.

Las construcciones a las que se refiere Heidegger son cosas, es decir, etimológicamente, congregaciones o, mejor dicho, congregantes, las cosas en tanto verdaderas construcciones, son congregantes de la cuaternidad o cuadratura, esto es, de la tierra, del cielo, de los divinos y de los mortales.

“El construir distintivo es un distinguido dejar habitar. Si realmente es esto, entonces el construir ya ha respondido a la interpelación de la cuadratura. Todo planificar permanece fundado sobre este responder que a su vez abre los recintos adecuados a los proyectos y a los diseños.”[30] 

2.3.1. Un hábitat integral y una arquitectura infraestructural, replicante.

“La espacialidad cartesiana, una espacialidad que es pura extensión y rigurosa geometría. Una pura extensión: homogénea, isótropa, ilimitada, tal vez la plenitud del intelecto, tal vez un desierto sin marcas ni horizonte.”[31]

Cuando hablamos de un Hábitat Integral, nos referimos entonces a la proyección arquitectónica y construcción de un alojamiento en tanto hábitat de múltiples sentidos, para congregar la cuaterna; en el sentido desarrollado por Heidegger.
Es de una intuición evidente, que los seres humanos necesitan de la tierra y el cielo para sobrevivir.

Sigamos entonces la metáfora heideggeriana. Las divinidades se manifiestan a través de los signos terrestres y celestes; con las calmas y las tormentas, con las sequias y las exuberancias de las vegetaciones, con el paso de los cometas y los eclipses. Las divinidades son los mensajeros de un Dios que se retira al silencio

Decir “Sólo un dios puede aún salvarnos “es decir que solo preparando y esperando su llegada, cuidando la Tierra y el cielo, este nos salvará, es decir, nos restituirá al origen, al sentido del habitar.

Dios, envía a sus mensajeros y los mismos se manifiestan a través de la Tierra y el Cielo a los mortales, que tienen que poder ver dichos signos, es decir estar en contacto con la destrucción de dichas naturalezas, Tierra y Cielo, dejaría a los mensajeros sin la posibilidad de brindar sus mensajes y a los mortales sin los medios para sobrevivir y poder esperar.
Preparar el hábitat para la llegada de Dios es lo mismo que decir: salvemos a la Tierra y el Cielo; y por supuesto, de esta manera nos salvaremos, tanto física, como metafísicamente.
Repasemos por última vez entonces las preguntas específicas relativas a la propuesta arquitectónica que acompaña esta investigación:
¿Por qué un hábitat integral? Porque aloja a la cuaterna en la congregación simultanea de todos los sentidos arquitectónicos contemporáneos, es decir todas las tipologías semánticas arquitectónicas corporizadas en edificaciones que son también sus aglomeraciones, poblaciones, ciudades y metrópolis. Edificaciones que salvan, es decir que se sitúan sobre la tierra.
¿Por qué una arquitectura replicante? Porque responde, es decir replica al desafío de construir un hábitat para la humanidad, desde las mismas lógicas productivo-replicantes que son dominio del problema explicitado antes; en el momento histórico de la catástrofe ambiental, catástrofe debida a la esencia de la Técnica Moderna, y su avanzada, la cibernética.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Como efecto del desarrollo teórico que antecede, se disponen a continuación dos resultados fundamentales, uno de carácter enunciativo arquitectónico-proyectual y otro de carácter experimental, propositivo y pre-figurativo.

3.1 Enunciados arquitectónico proyectuales.

A continuación, se enuncian los problemas y sus réplicas como fines externos (solicitaciones desde la sociedad a la disciplina) y fines internos (indagaciones disciplinares). Las réplicas, en tanto finalidades, son los objetivos particulares.

3.1.1. Particularidades:

- Transducción: problema / Réplica según fines externos (solicitaciones del contexto):
- Catástrofe ambiental > Una arquitectura que salva la tierra, es decir elevada sobre la misma.
- Superpoblación > Una arquitectura de densidades múltiples. Un hábitat autosuficiente.
- Sociedad cibernética de control > Un hábitat integral libre de dominación técnica.
Transducción: problema / Réplica según fines internos (indagaciones disciplinares):
- Escasez de materiales > Replicación sintética de materiales.
- Nuevos medios de producción > Arquitectura fabricada in-situ de manera distribuida.
- Catástrofes del entorno ambiental > infraestructuras de adaptación y autosuficiencia.

3.1.2. En general (reiteramos): proponemos, ahora apoyados en las argumentaciones previas, una Arquitectura Infraestructural Habitacional, como una matriz meta-arquitectónica que integre multiplicidades, que sea capaz de adaptarse a las transformaciones técnicas vertiginosas de la Tercera y Cuarta Revolución Industrial, y los modos de habitar en una sociedad cibernética de carácter absoluto, de manera de establecer un ámbito libre para reconstruir un entorno humano.

3.2. Experimentación Proyectual. Isla Replicante.

3.2.1. Insulamientos[32]
Una isla es o suele ser, en el imaginario arquitectónico-literario, una construcción relativamente autosuficiente enmarcada por un o unos fluidos, es un injerto. Una isla es un fenómeno territorial que se aleja del mundo, concentrando la materia que la forma en el sentido contrario al desborde abierto del orbe. Sin embargo, algunas islas devienen derrame y diluvio. 
El anegamiento actual del mundo tiene diversas fases. Fenómenos como la superpoblación humana mundial, la contaminación ambiental, el nuevo régimen climático[33] asociado a la crisis socio-cultural producto de la economía de la globalización y la hegemonía de un nuevo régimen técnico[34], provocan al proyecto, lo revolucionan. Ni la devastada superficie del planeta, ni las legislaciones humanas actuales pueden dar solución a las calamidades.
El proyecto de las islas por venir, como hábitats integrales para la experimentación del entorno humano de un futuro cercano, serán objeto de la presente experimentación proyectual.

3.2.2. Hipótesis preliminar relativa a la experimentación proyectual propuesta:  El emergente de un Nuevo Régimen Climático y un Nuevo Régimen Técnico condicionan el proyecto de una Nueva Política Arquitectónica.

3.2.3. Contexto de la experimentación I. Una ficción.
 Como parte de un proyecto estratégico de carácter regional y global de inserción económica de la Argentina y de la metrópolis de Buenos Aires se desarrolla, finalmente, un corredor bioceánico de conexión entre Chile y Argentina. Dicho corredor atraviesa la cordillera por dentro, disponiendo de una infraestructura de ferrocarril de transporte y rutas para camiones de carga, así como carriles para vehículos particulares.
Ya en territorio argentino, el corredor se despliega en red, hacia distintos puntos estratégicos del país, llegando también a la ciudad de Buenos Aires y su puerto.



3.2.3. Contexto de la experimentación II.

En el corredor bioceánico convergen infraestructuras productivas y administrativas que requieren de nuevas cualidades arquitectónicas y espaciales, acorde a la tercera y cuarta revolución industrial.

Con el fin de realizar las experiencias concretas de un nuevo hábitat técnico relativo a lo expresado en la investigación se propone en particular el proyecto de una Isla Técnico-Habitativa de carácter experimental frente a Buenos Aires, como re-propuesta de la que hace tiempo formulara Le Corbusier con su Isla de los Negocios para Buenos Aires, previas adecuaciones del caso según la idea de un Arquitectura Infraestructural Habitacional.

La isla Técnico-habitativa, es una matriz cibernético-arquitectónica experimental, para una arquitectura infraestructural habitacional auto-suficiente y auto-replicante, que incluye programas de usos diversos, de carácter mutable.




3.2.4. Contexto de la experimentación III.

A modo de anticipación problemática, se conjetura una futura inundación de la costa de la Ciudad de Buenos Aires en su margen central conexo al Rio de la Plata, especialmente en la Cuenca del Rio Matanza Riachuelo y alrededores, por efecto del calentamiento global de la biosfera terrestre.

Como agravante se puede mencionar un crecimiento de la población[35] en Buenos Aires debido a las migraciones regionales y su probable efecto superpoblacional[36] –incapacidad del territorio de proveer un sustento total a la población, en un esquema económico tradicional-.

A continuación, y a grandes rasgos, se ilustran los primeros esquemas relativos a esta experimentación y se detalla la disposición, configuración y secuencia de generación urbano-arquitectónica.




3.2.5. Disposición, según el contexto I-II.

Como una terminal avanzada del corredor bioceánico se proyecta y realiza la Isla Técnico-Habitativa de la tercera y cuarta revolución industrial para Buenos Aires.
  
Etapas básicas de la configuración y generación de la Isla Técnico-habitativa.

1-     La Isla es una infraestructura constituida, inicialmente, por una estructura semi-flotante de pontones.
2-     Una vez dispuestas las primeras plataformas semi-flotantes, a una distancia adecuada de la costa, se construyen torres técnicas donde se dispondrán, en su parte superior, los equipos constructores humano-maquínicos que contribuirán a la edificación de la isla.
3-     A partir de la plataforma inicial, las infraestructuras se replican, como diferentes edificaciones sobre el rio, constituyendo el soporte material de nuevos suelos en altura, susceptibles de ser programados para el cultivo, la generación de materiales, la producción de energía y el tratamiento de los residuos, al tiempo de propiciar los entornos habitacionales y de trabajo correspondientes a una población estable y en tránsito. Al tratarse de un hábitat auto-regenerativo, la afectación sobre el Ambiente es teóricamente nula.



 3.2.6. Disposición, según contexto III

La Isla Técnica se concreta como un hábitat humano complejo, acorde con una tercera y cuarta revolución industrial. Los avances técnicos allí experimentados se proyectan hacia la Ciudad y el continente en forma de nuevas infraestructuras arquitectónicas, físicas y metafísicas.

El carácter replicante de los nuevos modos de producción distribuida de la nueva revolución técnica propicia resonancias arquitectónicas a lo largo de todo el corredor bioceánico, ampliando las redes técnico-habitativas y multiplicando las condiciones para una revolución espacial que permitiría alojar a una creciente población, en el momento justo del establecimiento definitivo de un nuevo régimen climático de condiciones catastróficas.

La ciudad de Buenos Aires se ve transformada, tanto por el desborde de un clima planetario catastrófico, como por una revolución técnica que llega a tiempo para poner a resguardo a las poblaciones, permitiendo, además, liberar el suelo para su regeneración.






4. CONCLUSIÓN

4.1. Un tercer género.

Los griegos de la antigüedad, los inventores de la arquitectura, la arque-tektonica, tenían un nombre para el sitio primigenio, el sitio desde el cual se desplegaron los paisajes, lenguajes, las cosas, la escritura, y claro, la arquitectura; a este lugar lo llamaban Khora. La noticia de su existencia nos llega en primera instancia, por intermedio de Platon, en su Timeo, y se actualiza su pensar, con Jacques Derrida.

Si nos interesa la idea de Khora, es porque nos parece que, dado lo expuesto en la introducción, el desarrollo teórico y los resultados proyectuales, es una complexión, más que una figura, desde la cual cerrar esta historia para, contradictoriamente, dejarla abierta.

En Khora, Jackes Derrida, sondea el complejo entrelazado de significados y ficciones alrededor de esta idea, por llamarla de algúna manera, pues, en verdad, Khora no es exactamente una idea, aunque tampoco un fenómeno exclusivamente material. Derrida lo plantea de la siguiente manera:

“Lo sabemos bién: lo que Platón designa con el nombre de Khora parece desafiar, en el Timeo, esa “lógica de no-contradicción de los filósofos” de la que habla Vernant, esa “lógica de la binaridad, del sí o no”. Pondría de manifiesto pues, quizás, esa lógica distinta de la lógica del logos”, La Khora no es “sensible”, ni “inteligible”, pertenece a un “tercer género” (triton genos, 48e, 52a).”[37]

Es decir que Khora; que en el lenguaje originario significa lugar, sitio, emplazamiento, región, comarca, pero también Polis, determina tanto en la dimensión de la estrategia, del territorio, como en las tácticas materiales y sensuales, en las sensaciones que generan las tramas densas de sus arquitecturas. Khora es triton genos, el tercer género. Nada más parecido a lo que proponemos como Arquitectura Infraestructural Habitacional.

La Arquitectura Infraestructural Habitacional, no responde, exclusivamente, a un proyecto de la dimensión urbana o de la dimensión arquitectónica, responde, como Khora, a un proyecto de carácter híbrido, entre lo inmutable de sus materializaciones estructurales y lo corruptible de sus sub-organizaciones internas.

Khora está, según Platón, entre la nodriza y la madre. Madre en latín es matrix, de donde viene matriz. El entramado infraestructural es una matriz, matriz que, ahora con Marx, es la base material de la sociedad industrial moderna. De la misma manera, la Arquitectura Infraestructural Habitacional que hemos presentado acá, en la forma de unos primeros sentidos intelectuales y prefigurativos, se revelará como el sitio para las futuras determinaciones
 de los ámbitos humanos, sin ser por esto, infraestructuras determinadas de una vez y para siempre, sino puro devenir.






5. AGRADECIMIENTOS

A mi padre por su guía espiritual sin la cual esta tesis no existiría, a mi madre por su acompañamiento sin condiciones, a mi directora de tesis, la Dra. Arqta. Liliana Giordano, y muy especialmente a mi mujer, Arq.Graciela Elsztein, a mis hijas Sara y Julia, mi hermana Pilar y amistades del alma -Arq. Diego García Arrien en especial-.

6. BIBLIOGRAFÍA:

Bibliografía teórico-metodológica:
< Doberti, R. (2008). Espacialidades. Buenos Aires: Infinito.
< Doberti, R. (2011). Fundamentos de la Teoría del Habitar. Buenos Aires: Ediciones de la Universidad Metropolitana para la Educación y el trabajo.
< Giordano, L. (1999). Tipologías Semánticas. En la publicación digital: http://catedragdd.blogspot.com.ar/p/morfologia-urbana-m2.html. Buenos Aires: Instituto de la Espacialidad Humana – UBA/FADU.
< Giordano, L. (2011). Tesis de Doctorado: tipologías semánticas. Buenos Aires: Ediciones UBA/FADU.
< Giordano, L. y D’angeli, L. (1999). El Habitar – una orientación para la investigación proyectual. Buenos Aires: Laboratorio de Morfología – FADU/UBA.
< Sarquis, J. (2003). Itinerarios del Proyecto, tomos I y II.  Buenos Aires: Nobuko.
< Sarquis, J. (2005). Arquitectura y modos de habitar. En la revista de la Sociedad Central de Arquitectos nº 217. Buenos Aires: Ediciones de la Sociedad Central de Arquitectos.
< Sarquis, J. (2005). La investigación proyectual, precisiones. Recuperado el 1 de agosto de 2013, de: http://www.arqepisteme.iteso.mx/CQV1JorgeSarquis1.htm.

Bibliografía teórica específica sobre la Tercera y Cuarta Revolución Industrial:
< Rifkin, J. (2011). La Tercera Revolución Industrial. Barcelona: Paidós.
< Rifkin, J. (2014). La sociedad de coste marginal cero. Buenos Aires: Paidós.
< Schwab, K. (2017). La cuarta revolución industrial. Buenos Aires: Debate.

Bibliografía teórica general:
< Arendt, H. (2013). Sobre la Revolución. Buenos Aires: Alianza.
< Bauman, Z. (2017). Vida Líquida. Buenos Aires: Paidós.
< Byung-Chul Han (2013). La sociedad de la transparencia. Buenos Aires: HERDER.
< Castells, M. (2001). La Era de la Información: Economía, sociedad y cultura. Volumen II: El poder de la identidad. México: Siglo XXI.
< Castells, M. P. (1997). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Volumen 1: La Sociedad Red. Madrid:  Alianza.
< Dalí, S. (2002). El mito trágico de «El ángelus de Millet. Barcelona: Tusquets.
< Deleuze, G. (1992). El misterio de Ariadna. París:  Magazine Littéraire N°298.
< Derrida, J. (1989). Freud y la escena de la escritura. Barcelona: Anthropos.
< Derrida, J. (1989). La escritura y la diferencia. Barcelona: Anthropos.
< Derrida, J. (1995). Khora. Córdoba: Ed. Alción.
< Ehrlich, P. y Ehrlich, A. (1993). La explosión demográfica – El principal problema ecológico.  Barcelona: Salvat.
< Enzensberger, H. M. (1963). Las aporías de la vanguardia. Buenos Aires: Revista Sur n° 285.
< Fernández Per, A.; Mozas, J.; Arpa, J. (2011). This is Hybrid. Barcelona: A+T.
< Foucault, M. (2009) Seguridad, territorio, población. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
< Foucault, M. (2010). El cuerpo utópico. Las heterotopías. Buenos Aires:  Nueva Visión.
< Friedman, Y. (1978). La arquitectura móvil. Barcelona:  Poseidon.
< García-Germán, J. (2009). De lo mecánico a lo termodinámico. Barcelona: Gustavo Gilli.
< Harvey, D. (2013). Ciudades Rebeldes. Buenos Aires: Akal.
< Hegel, G.W. (2012). Fenomenología del espíritu. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
< Heidegger, M. (2002). Construir, Habitar, Pensar. Buenos Aires: Alción.
< Heidegger, M. (2006). Cartas al Humanismo. Madrid: Alianza.
< Heidegger, M. (2009). El ser y el tiempo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
< Heidegger, M. (2010). Caminos de Bosque (El Origen de la Obra de Arte – La Época de la Imagen del Mundo). Madrid: Alianza.
< Jünger, E. (2003). El Trabajador. Barcelona: Tusquets.
< Latour, B. (2007). Nunca fuimos modernos. Buenos Aires: Siglo XXI.
< Latour, B. (2017). Cara a Cara con el Planeta. Buenos Aires: Siglo XXI.
< Latour, B. (2017). Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Siglo XXI.
< Marx, K. (1973). El Capital. Tomo I. México: Fondo de cultura económica.
< Marx, K. (2007). Elementos fundamentales de la economía política. Buenos Aires: Siglo XXI.
< Measows, D.; Randers, J.; Meadows, D. (2012). Los Límites del Crecimiento. Buenos Aires: Taurus.
< Nietzsche, F. (1994). Ditirambos Dionisiacos. Buenos Aires:  Los libros de Orfeo.
< Nietzsche, F. (1999). La filosofía en la época clásica de los griegos.  Madrid:  Valdemar.
< Nietzsche, F. (2009) La voluntad de poder. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
< Platón. (2010). Timeo.  Madrid: Abada.
< Ranciere, J. (2014). El reparto de lo sensible. Buenos Aires: Prometeo.
< Sartre, J. P.; Heidegger, M. (1972). El Existencialismo es un humanismo / Carta sobre el Humanismo. Madrid: Siruela.
< Simondon, G. (2015). La individuación a la luz de las nociones de forma y de información. Buenos Aires: Cactus.
< Simondon, G. (2008). El modo de existencia de los objetos técnicos. Buenos Aires: Prometeo.
< Sloterdijk, P. (2001). Sin Salvación. La domesticación del ser. Madrid: AKAL.
< Sloterdijk, P. (2002). En el mismo barco. Madrid:  Siruela.
< Sloterdijk, P. (2006). El Hombre Operable. En Revista Observaciones Filosóficas.
< Sloterdijk, P. (2009). Esferas III. Espumas – Esferología Plural. Madrid: Siruela.
< Sloterdijk, P. (2010). En el Mundo Interior del Capital. Madrid: Siruela.
< Sloterdijk, P. (2014). Esferas I. Burbujas – Microsferología. Madrid: Siruela.
< Sloterdijk, P. (2014). Esferas II. Globos – Macrosferología. Madrid: Siruela.
< Wiener, N. (1988). Cibernética y Sociedad. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.

Bibliografía general teórico-proyectual:
< AA. VV. (1995). Cities of Artificial Excavation: the Work of Peter Eisenman, 1978-1988, ed. Jean Francois Bedard. Nueva York, Rizzoli, 1994 (catálogo para la exposición con el mismo nombre en el Center Canadian for Architecture; Montreal, 2 mayo-10 junio 1994, traducido parcialmente al español en Ciudades de la arqueología ficticia. Obras de Peter Eisenman. 1978-1988. Madrid: Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente, Dirección General para la Vivienda, el Urbanismo y la Arquitectura.
< Ábalos, I. (2009). Naturaleza y artificio. Barcelona: Gustavo Gilli.
< Alexander, Ch. (1971). La estructura del medio ambiente. Barcelona: Tusquets.
< Banham, R. (1971). Teoría y diseño arquitectónico en la era de la máquina. Buenos Aires: Nueva Visión.
< Derrida, J. (1988). El filósofo y los arquitectos, entrevista de H. Viale, Diagonal n° 73. pp 37-39.
< Derrida, J. y Eisenman, P. (1997). Chora L Works. New York: Monacelli Press.
< Echevarría, J. (1996). La vida doméstica en Telépolis, la ciudad global en: Presentes y futuros. Arquitectura en las ciudades. Barcelona: Actar.
< Eisenman, P. (1994). El fin de lo clásico, el fin del comienzo, el fin del fin”, DD. AA., Textos de arquitectura de la modernidad. Madrid: Nerea.
< Santarcangeli, P. (1997). El Libro de los Laberintos (Prólogo de Umberto Eco). Madrid: Siruela.




[1] El siguiente documento es un avance de la investigación doctoral con el mismo nombre, dirigida por la Dra. Liliana Giordano, profesora de la UBA/FADU. Los textos aquí vertidos son, a su vez, desarrollos inscriptos en la investigación marco: Habitares: lógicas de constitución y lógicas de interpretación, de la UBA/FADU, dirigida por el Dr.Arq.Roberto Doberti, profesor de la UBA/FADU.
[2] Leandro Tomás Costa es arquitecto por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos aires. Es magister por la Maestría de Proyecto Arquitectónico de la UBA/FADU y becario doctoral (arquitectura) de la UBA/FADU. Es también adjunto de cátedra de la materia Investigación Proyectual de la UBA/FADU, adjunto de cátedra en la materia troncal de proyecto arquitectónico en la cátedra Javier Fernández Castro de la UBA/FADU e Investigador del CENTRO POIESIS y del Instituto de la Espacialidad Humana, ambos de la UBA/FADU.
[3] Santarcangeli, P. (1997). El Libro de los Laberintos (Prólogo de Umberto Eco). Ed. Siruela, Madrid.
[4] Prontamente, según estudios de Living Planet Report del 2014, deberemos multiplicar la superficie planetaria por cuatro para poder alojar a la suma de la población mundial y brindarle sustento.
[5] Friedman, Y. (1978). La Arquitectura móvil. Barcelona: Poseidon.Pág.:19
[6] Rifkin, J. (2011).  La Tercera Revolución Industrial. Buenos Aires: Paidós. Pág.:14
[7] Indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, en relación a la capacidad de dichos ecosistemas de regenerar sus recursos.
[8] Schwab, K. (2017). La cuarta revolución industrial. Buenos Aires: Debate.
[9] Byung-Chul Han (2013). La sociedad de la transparencia. Buenos Aires: HERDER.
[10] Para Heidegger, la cibernética es la nueva ciencia producto del desarrollo de la Técnica Moderna y su esencia como discurso y operatividad que explota a las naturalezas (humanas y no humanas).
[11] Wiener, N. (1988). Cibernética y Sociedad. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. Página:17.
[12] Rifkin, J. (2014). La sociedad de coste marginal cero. Buenos Aires: Paidós.Página: 337.
[13] Rifkin, J. (2014). La sociedad de coste marginal cero. Buenos Aires: Paidós. Página: 338.
[14] Nos basamos en la idea de ser replicante de la película de de Ridley Scott, Bladerunner, que a s u vez se inspira y sigue a la historia de Phillip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?: referencia bibliográfica: Dick, P. K. (1968). ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Buenos Aires: edhasa.
[15] Schwab, K. (2017). La cuarta revolución industrial. Buenos Aires: Ed. Debate.
[16] Ehrlich, P.y Ehrlich, A. H. (1993). La explosión demográfica. El principal problema ecológico. Barcelona: Salvat. Página: 31.
[17] Simondon, G. (2015). La individuación, a la luz de las nociones de forma y de información. Buenos Aires: Cactus. Pág.: 453.
[18] ENTREVISTA DER SPIEGEL A MARTIN HEIDEGGER.  Traducción y notas de Ramón Rodríguez, en Tecnos, Madrid, 1996.
[19] Simondon, G. (2015). La individuación, a la luz de las nociones de forma y de información. Buenos Aires: Cactus. Pág.: 459.
[20] Heidegger, M. (1997). Filosofía, Ciencia y Técnica. La pregunta por la Técnica. Santiago de Chile: Universitaria. Pág.: 85.
[21] Heidegger, M. (2000). Tiempo y ser. El final de la filosofía y la tarea del pensar. Madrid: Tecnos.
[22] idem
[23] idem
[24] Heidegger, M. (2000). Tiempo y ser. El final de la filosofía y la tarea del pensar. Madrid: Tecnos.
[25] ENTREVISTA DER SPIEGEL A MARTIN HEIDEGGER.  Traducción y notas de Ramón Rodríguez, en Tecnos, Madrid, 1996.
[26] Sloterdijk, P. (2014). Esferas I. Burbujas – Microsferología. Madrid: Siruela. Pág.:66. 
[27] Sloterdijk, P. (2014). Esferas I. Burbujas – Microsferología. Madrid: Siruela. Pág.:66.
[28] Heidegger, M. (2002). Construir, Habitar, Pensar. Buenos Aires: Alción. Pág.:27
[29] Sloterdijk, P. (2009). Esferas III. Espumas – Esferología Plural. Madrid: Siruela. Pág.:499.
[30]  Heidegger, M. (2002). Construir, Habitar, Pensar. Buenos Aires: Alción. Pág.:51
[31] Doberti, R. (2008). Espacialidades. Buenos Aires: Infinito.
[32] Según la teoría de la Esferología del filósofo alemán Peter Sloterdijk, insulamiento es una dinámica técnica que trabaja según la inclusión de grupos o por auto-reclusión creadora de distancias, en islas experimentales. En términos de Sloterdijk, todas las experimentaciones arquitectónicas contemporáneas presentan dicha dinámica técnica. Ver en: Sloterdijk, Peter, “Esferas III. Espumas”, Madrid, Editorial Siruela, 2009.
[33] En el sentido expuesto por el Filósofo y antropólogo Bruno Latour en su libro: “Cara a cara con el planeta – Una nueva mirada sobre el cambio climático alejada de las posiciones apocalípticas”, Buenos Aires, Editorial Siglo XXI, 2017.
[34] CATEGORÍA QUE PROPONGO EN: SUPERPOBLACIÓN, DISTRIBUCIÓN Y ARQUITECTURA: https://italparkhotel.blogspot.com.ar/2017/11/superpoblacion-distribucion-y.html 
[35] Para el año 2050 se prevé una población de 56,8 millones de habitantes en la Argentina y 20 millones en la región metropolitana de buenos aires (sumada la ciudad autónoma de buenos aires).
[36] La Ciudad de Buenas Aires deberá alojar a 5 millones de habitantes más, con menos recursos energéticos y menos espacio disponible por diversas catástrofes Ambientales y económicas.
[37]  Derrida, J. (1995). Khora. Córdoba: Alción.